Tiene un tumor y desde hace meses espera la operación
Desde noviembre del año pasado, un joven de San Antonio Oeste lucha para que Salud Pública de Río Negro autorice el presupuesto para que los médicos le extirpen un tumor cerebral.
SAN ANTONIO OESTE (ASA)- Un joven de 30 años espera que Salud Pública autorice el presupuesto del neurólogo que debe operarlo para extirparle el tumor cerebral que le impide trabajar desde hace varios meses.
Juan Alberto Altamirano ha deambulado desde noviembre del año pasado por hospitales de la provincia, presentado notas y gestionando ante distintos funcionarios, pero aún no tiene fecha cierta para la intervención que puede mejorarle su calidad de vida. O tal vez, salvársela.
Su relato estremece. Hace dos años empezó a sentir un dolor insoportable que aparecía durante algunas semanas y luego se iba. Un neurólogo viedmense lo medicó y, ante la reiteración de los dolores, incrementó las dosis de las pastillas que le calmaban las terribles jaquecas, de origen en ese entonces desconocido.
«Me cansé y me hice atender por otro neurólogo que me hizo estudios más profundos. El 4 de noviembre del año pasado me enteré del tumor en un hospital de Cipolletti», cuenta el joven que hasta hace poco trabajó como taxista. «Me dan 60 pastillas por semana, y no puedo trabajar más, porque me hacen dormir y no puedo correr el riesgo de quedarme dormido manejando el taxi», cuenta Juan Alberto, en su vivienda de Islas Malvinas al 1800. «En marzo me vio un doctor en Roca. Le mostré los estudios y después fui otra vez, directamente con el turno para operarme. Me había hecho el electrocardiograma y fui con mi hermano para que me acompañara en el hospital. Pero no me atendió, lo esperé varias horas, me dijeron después que no tenían cama en la Clínica, me mandaron al hospital y me tuvieron a las vueltas. Hasta que el doctor mandó a decir que regresara a San Antonio, como si quedara a la vuelta del hospital y que lo llamara una semana más tarde», cuenta con bronca.
Ante esta situación, tomó contacto con otro profesional.
«Me hice atender con el doctor Raúl Villafañe en Villa Regina. Me dijo que él iba a pasar el presupuesto a Salud Pública y que me quedara tranquilo. Ante la demora yo había presentado cartas a la defensoría del Pueblo, donde me contestaron que ya habían intimado», cuenta el joven.
«El jueves de la semana pasada me llamó Villafañe y me dijo que había estado en Viedma y que todavía no le aprobaban el presupuesto», dice Altamirano con su paciencia al límite.
La intervención, según le manifestó Villafañe, debe ser concretada con urgencia. Su situación es complicada, los dolores que en algunas oportunidades le provocan convulsiones, regresan cada vez con mayor frecuencia y el tumor, cuyo tamaño aún desconoce, podría seguir creciendo.
Buena parte del tratamiento ha corrido por cuenta de Salud Pública. «Las pastillas me las dan en el hospital. Yo no quiero nada, no pido ni plata ni comida. Solamente que me operen para poder volver a trabajar, es lo único que pido», afirma.
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