Todas las voces para que se apruebe el cupo laboral trans en Neuquén

En una histórica reunión de comisión en el Concejo Deliberante expusieron de forma virtual más de una docena de activistas trans, travestis y personas no binarias que reclamaron la sanción de la ordenanza en el mes del orgullo.

La discusión para establecer un cupo laboral que permita el ingreso a la planta municipal de la ciudad de Neuquén de las personas trans y travestis avanzó, en vísperas del Día del Orgullo que se celebra hoy, con una reunión virtual calificada de “histórica” por parte de referentes del colectivo LGBTIQ+, entre otras organizaciones, que expresaron su opinión sobre el proyecto de ordenanza que tiene dos años en el Concejo Deliberante.

No fue un abordaje de intensos meses de debate: toda vez que se lograba un avance, se aplazaban las definiciones.

El proyecto estuvo a pocos minutos de ser votado el año pasado cuando se remitió a comisión para “profundizarlo”, lo que luego no ocurrió y el expediente quedó en el mismo lugar del que se lo extrajo hace dos meses.

La reunión virtual en la que se escucharon más de una docena de voces de colectivos diversos durante dos horas, por ejemplo, estuvo a punto de fracasar y la alternativa era la presencia de una o dos representaciones invitadas, durante varios meses, para luego tomar una decisión.

Pero el reclamo por mayor celeridad y la búsqueda de modalidades de trabajo no presenciales debido a la pandemia, permitió no solo que varios referentes estuvieran presentes el viernes pasado en una sesión de Zoom, sino que se transmitiera públicamente para los interesados en presenciar el debate.

El proyecto del cupo para el municipio de Neuquén consiste en establecer que no menos del 1% de la planta de personal pueda ser integrado por personas trans. La propuesta que está en debate pertenece a las concejalas Cecilia Maletti (Libres del Sur) y Ana Servidio (Frente de Todos). En la Legislatura el tema nunca llegó a tratarse en el recinto, y la última iniciativa fue presentada en marzo pasado.

“Si no hubiera logrado estar acá, posiblemente estaría parada en una esquina”, resumió una joven que está contratada en un organismo, durante su exposición. Quienes están trabajando bajo sueldo en organismos públicos dieron su testimonio sobre la misión imposible que resulta ser la búsqueda laboral debido al rechazo, la discriminación y los malos tratos. Acceden a contratos políticos (temporales) ya sea en espacios peronistas, del MPN, del ARI o Cambiemos.

Las exposiciones fueron intensas y directas. Sin tapujos expresaron lo inaccesible que les resulta el mercado informal por la segregación y el rechazo, con el mismo resultado para un empleo registrado con obra social. Y por ello se apela al Estado para que garantice los derechos permanentemente vulnerados.

Hablaron de la expulsión de sus hogares y del sistema educativo antes de llegar a la adolescencia y la sensación de ser sobrevivientes de un colectivo, que aún en el 2020, tiene la expectativa de vida más baja: 35 años.

Las más antiguas en la pelea por la incorporación al mercado del trabajo indicaron con sutileza que su condición no era “contagiosa ni una elección”, para que quedara en claro ante los prejuicios de algunos integrantes de la comisión.

Las más jóvenes plantearon el derecho a la oportunidad de trabajar y capacitarse. Y que el ingreso no fuera a tareas de limpieza y cocina. Apelaron a la necesidad de lograr la misma apertura en el sector privado y las ponencias dieron muestras de las intensas frustraciones para conseguir los mismos derechos que otras personas.

Las nuevas generaciones reclaman el paso de la visibilidad de la diversidad, a la inclusión.

En números

45%
de las personas trans relevadas en 2017 en la región tuvo dificultades para alquilar relacionadas con la discriminación que padecen por su identidad (más del 60% en ambas provincias).
63%
declaró en el mismo informe haber tenido dificultades en sus relaciones con padres/madres, vinculadas a cuestiones culturales como el patriarcado/machismo, la religión, el “que dirán” y la transfobia.
“No elegimos estar fuera del sistema. No quiero llegar a la vejez rogando por un aporte al Estado”, dijo Benjamín Génova, varón trans, en la comisión. Foto Oscar Livera.

No hay cifras oficiales sobre la cantidad de personas trans que son parte de la planta estable de la administración pública.

El municipio de Neuquén cuenta con eximiciones en el pago de licencia comercial para los privados que incorporen personal, y que si son del colectivo trans, se cuadruplican. Pero no hubo presentaciones hasta el momento.

La concejala Isabel Mosna (MPN) aseguró que todavía falta mucho en el camino de la visibilización de las identidades de género, ya que sigue siendo común el ocultamiento, “sólo para evitar el maltrato y la desconfianza”.

Agregó que hay personas trans en áreas de Diversidad, Educación, Desarrollo Social, Deportes, Cultura, Salud, entre otros. Pero es incierto cuántas son incorporaciones efectivas.

“Hemos tenido que luchar para ser incluidas en la esfera pública y aún así se sigue debatiendo nuestro ingreso al trabajo registrado”, dijo Ornella Infante, directora de políticas antidiscrimatorias del Inadi en la reunión de comisión. Agregó: “A los 35 años conseguí mi primer sueldo y soy la única viva de un grupo de 24 travestis de las primeras en Neuquén”. Luján Acuña, histórica militante de la región, agregó que, a dos años de cumplir con el requisito de la edad jubilatoria, no podrá acceder al beneficio debido a que estuvo durante muchísimo tiempo en la informalidad.


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