Tras los vampiros, nos invaden los aliens
La autora de “Crepúsculo” propone un filme romántico con extraterrestres.
La huésped
No es que la señora tenga la fórmula del éxito, pero nadie dirá que –hasta aquí al menos– le ha ido mal. Hasta el 2005, la entonces desconocida Stephenie Meyer era una madre de tres niños que estudiaba Filología Inglesa y trabajaba de recepcionista. En sus ratos libres (¿cuáles, si es madre de tres, estudia y trabaja?) escribió la saga “Crepúsculo”, la vendió al cine y ahora tiene un currículum de 100 millones de libros vendidos y casi 2.560 millones de euros en sus bolsillos. Por si fuera poco, esta mujer mormona, nacida en la Navidad de 1973 en Connecticut, vuelve a la carga con “La huésped”, un filme de ciencia ficción que se estrenó en varios cines de la región. Aquí no hay vampiros. En esta nueva historia –que también llegó primero al libro, en el 2008, y se mantuvo 26 semanas al tope de más vendidos de “The New York Times”– el mundo fue invadido por una raza de seres extraterrestres invisibles llamados “almas”. Para ellos los humanos son apenas un “cuerpo”. Allí se instalan y borran todo de sus mentes. La protagonista de la historia es Melanie Stryder (Saoirse Ronan) quien, a pesar de haber sido “poseída” por uno de estos seres extraños, se negará a perder su esencia, recuerdos y amor. Por su parte, Wanderer (como se llama el organismo que la habita) debe cumplir una misión: rastrear en la memoria de su huésped la ubicación del resto de los humanos rebeldes, una tarea que lo llevará a debatirse entre el amor y su misión. Es que, instalada en el cuerpo de Melanie, aprenderá cómo funcionan las relaciones humanas y los sentimientos que se generan. Y así, claro, se formará uno de esos triángulos amorosos que tanto le gustan a esta autora y que tan bien explotó en “Crepúsculo”. Porque Melanie, claro, tiene un novio que enamorará a ambas, la humana y su huésped. Eso sí, como en la saga anterior, no habrá nada de sexo. Si en la historia de vampiros prevalecían los valores de la virginidad hasta el matrimonio, los alienígenas y humanos, aunque igual de atractivos, practican la religión de la contención. “Me planteo si habrá gente que entre en las salas buscando repetir los sentimientos que le produjo ‘Crepúsculo’. Espero que le den una oportunidad, porque van a experimentar una sensación distinta”, avisa Meyer al público. Pero seguramente espera tener éxito, porque en este preciso momento ya hay dos libros más de la saga: “El alma” y “La buscadora”, dos apuestas para repetir un fenómeno de este planeta. Y de otro también.
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