Coronavirus: estuvieron graves y sobrevivieron para contarlo

Lograron recuperarse luego de atravesar largos períodos de internación. Algunos ya están en condiciones de ser donantes de plasma. El dolor físico, el impacto del aislamiento, la estigmatización y la alegría de los afectos tras recibir el alta médica.


Neuquén: “Fueron días muy tristes, fueron traumáticos. Vi muy de cerca la muerte”

Era lunes por la noche, Sandra empezó a sentirse mal. Le costaba respirar, le dolía la garganta y tenía fiebre. A la mañana fue a la clínica. Los síntomas eran claros. Le hicieron el hisopado y seis horas después era una de esas personas que a diario informan en los partes epidemiológicos de Neuquén: positiva de covid-19. Se le cruzaron un montón de cosas por la cabeza. Por delante le esperaban 22 tristes días de internación.

Sandra tiene 50 años, desde que empezó la pandemia solo se subía al auto para ir trabajar y para, luego, volver a su casa. Eso fue clave. Ella contrajo el virus y sólo contagio a su esposo e hijo. “Tengo una familia muy numerosa, nueve hermanas, mi papá y mi mamá, más todos mis sobrinos. Somos muy unidos, pero yo hacía dos meses y algo que no veía a mi familia. Es fundamental para cortar un poco con la epidemia, imaginate si yo me hubiese visitado, nada más, con cuatro de mis hermanas, todas tiene tres hijos, si multiplicás, es terrible”, señaló sobre la cadena de contagios que se podría haber desatado si no hubiese cumplido con el aislamiento.

En su trabajo tomaba todos los recaudos, sin embargo el virus se filtró y desencadenó un daño pulmonar, que no le dejó opción. La internación no podría ser domiciliaria, como si fue la de su marido y su hijo.

Fueron días muy tristes, fueron traumáticos. Vi muy de cerca la muerte, se murió una abuela que estaba conmigo y otra señora que estuvo después se la llevaron a terapia entubada, la pasé muy mal”, resumió Sandra, con algo de angustia en su voz. Fue casi un mes encerrada en una habitación, sin visitas y con un seguimiento médico remoto. Afuera, muchas mentiras se decían sobre ella. La sociedad la juzgaba, y eso pesa.

Pero no sólo fueron días complicados psicológicamente. El cuerpo también le pasaba factura. “Me sentía mal, con falta de aire, fiebre, muchísimo dolor de garganta y mucho dolor de pecho y de espalda. El pecho es como que te lo presionan, te lo oprimen, es un dolor raro, no es normal. Es la primera vez que siento un dolor así”, recordó Sandra que por estos días ya tiene el alta y disfruta de unos días de licencia para luego volver a su día a día.

Para superar esos días de dolor y soledad, el amor de su familia fue clave; pero también lo fue el apoyo del personal de la clínica Pasteur.

Sobre el final, tres test le dieron positivos, el cuarto fue la luz de esperanza. Y después, llegó ese segundo negativo que le sellaba el alta definitiva. “No te puedo explicar, me estallaba el corazón de alegría, pero miraba a mi compañera, pobre, que seguía ahí. Quería estar feliz pero es como que no podes porque ves al otro que sigue sufriendo”, aseguró Sandra sobre el momento del alta.

Hoy los tres están bien y son donantes de plasma, para tratar de ayudar a las personas en estado severo que aún conviven con el virus en la provincia.

“Hay momentos en esos 22 días que yo tenía ganas de abrir la puerta e irme. Es sentirse preso sin haber cometido ningún delito”.

Sandra estuvo 22 días internada en Neuquén, con complicaciones pulmonares.

Bariloche: Dio positivo, se desvaneció y despertó 20 días después

Esteban Neculman despertó de repente en la sala de terapia intensiva del hospital Ramón Carrillo. Sus manos estaban atadas y tenía sondas y cables de monitoreo. Sintió una desesperación que no había registrado nunca en su vida y que solo pudo traducir en llantos y gritos.

Este hombre había pasado 20 días en coma en el área de terapia intensiva. En total, fueron 59 días de internación en el hospital de Bariloche. Las enfermeras le confiaron que “cuatro veces, estuvieron a punto de perderlo”. “Cuánto trabajo nos dio, Necu”, le recriminaban cariñosamente a medida que su cuadro mejoraba.

Una mañana de mayo, Esteban Neculman concurrió al hospital de Bariloche para hacerse “una placa de control” ya que el año anterior, había atravesado un principio de neumonía. Minutos después, le dijeron que debía someterse a un hisopado para descartar coronavirus que para su sorpresa, dio positivo.

No recuerda más nada porque se desvaneció y despertó 20 días después.

“Fui al hospital más que nada por precaución porque estábamos colaborando con alimentos para la gente y con barbijos para fuerzas de seguridad. Siempre, con todas las medidas de seguridad. Excesivas de hecho. Por eso, pensé que a mí no me iba a tocar”, confió este hombre de 55 años a Río Negro, un día después de haber logrado el alta.

Neculman tiene una despensa en el barrio El Frutillar, es líder de una iglesia evangélica y está retirado de la Policía de Río Negro.

Al recobrar el conocimiento, fue trasladado en una silla de ruedas hacia otra cama en terapia intermedia. Había bajado 13 kilos y no sentía fuerzas para caminar. Tampoco podía hablar.

“Una cosa es que te lo cuenten pero hay que vivirlo. Es un virus fuerte y te hace sentir débil e impotente. Sentí mucha angustia. Te hace sentir como un niñito”, resumió Neculman.

No duda que su fuerza y su fe le permitieron salir adelante. Lo más duro, reconoció, fue que estando internado, se enteró de que varias veces lo habían dado por muerto, a través de las redes sociales. “No entiendo por qué la gente quiere hacer tanto daño. Fue doloroso más que nada por mi familia. Detrás de cada enfermo, hay una familia”, resumió.

Cuando obtuvo el alta y abandonó el hospital, Neculman jamás imaginó que sus familiares, vecinos y hasta algunos de sus excompañeros en la Policía, lo esperaban frente a su casa en el barrio El Frutillar para darle la bienvenida.

“No hay que juzgar a nadie. El virus no es algo que nadie quiera tener. Yo pasé por radioterapia y me cuido muchísimo y aún así me tocó. Si sabemos de algún vecino que se haya contagiado, tratemos de cuidarlo”, señaló.

Una cosa es que te lo cuenten pero hay que vivirlo. Es un virus fuerte y te hace sentir débil e impotente. Sentí mucha angustia”.

Esteban Neculman permaneció 59 días en el hospital Bariloche
“Cuánto trabajo nos dio, Necu”, le dijeron cariñosamente las enfermeras a Esteban. Foto: Alfredo Leiva

General Roca: “Estuve estable hasta que me compliqué con una neumonía”

La batalla más difícil de muchos argentinos este año fue vencer el coronavirus. En la policía de Río Negro hubo varios contagios. Dos integrantes de la fuerza que prestan servicio en Roca detallaron lo que les tocó afrontar y pidieron reservar su identidad, por temor a represalias.

Cuando apenas surgieron los casos en las comisarías de la ciudad, el oficial que cuenta esta experiencia sintió un poco de picazón en la garganta y mucho dolor corporal. El policía de 27 años fue a la farmacia pero como estaba cerrada concurrió al hospital Francisco López Lima. “A las 18 me hicieron el hisopado y al otro día me enteré que era positivo y ya me habían internado en la Sanatorio Juan XXIII”, afirmó.

Desde ese momento comenzó a tener más fiebre y también diarrea. Cuando le tocó darle la noticia a su pareja no pudo evitar las lágrimas, ya que no podría volver a casa, con su hijo de nueve años, por un tiempo. “Al principio fue duro, mantuvimos la comunicación con mi familia con videollamadas”, recordó. Estuvo internado cuatro días en la clínica y siete en el hotel del gremio Unter, que funciona como centro de aislamiento. Se detuvo para destacar a todo el personal que lo acompañó.

“Entraba uno de maestranza y me decía: “Si querés tomar una gaseosa te la voy a comprar y te la dejo en la puerta, no te preocupes por la plata”. Era gente que ni conocía”, agregó.

Me seleccionaron para donar plasma porque estuve varios días internado y se crearon más anticuerpos”, expresó otro de los policías recuperados de Roca. A sus 41 años jamás pensó que estaría hospitalizado 22 días por covid-19. “Los primeros cuatro días estuve estable hasta que me compliqué por una neumonía, y los cuidados empezaron a ser intensivos. Estuve con suero a través del cual me daban los medicamentos las 24 horas”, dijo.

Entraba uno de maestranza y me decía: ‘Si querés tomar gaseosa te la voy a comprar y te la dejo en la puerta, no te preocupes por la plata’”.

Uno de los policías de Roca debió ser alojado en el hotel de Unter, que funciona como centro de aislamiento.

En números

32,02%
del total de casos confirmados en Neuquén se ha recuperado de coronavirus. Hasta ayer había 349 activos y 16 fallecidos.
656
es el número de personas recuperadas de la provincia de Río Negro. Registra 214 casos activos y 41 fallecidos.

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