Tuvieron Covid y ahora vuelven a los hospitales que les salvaron la vida para ayudar

Antonio fue a hacerse un control, vio a las enfermeras inventando lugares donde colgar los sueros y decidió ayudar. A un vecino de Rincón le bastó ver una nota para sacrificar el dinero que podría haber ganado con un alquiler.

La realidad de los hospitales es la peor desde el inicio de la pandemia, con escenas que no se vivieron el año pasado. El reconocimiento de la cantidad de personas internadas en las guardias en los partes del comité de crisis, a través de un número, no alcanza para graficar lo que significa ser paciente y trabajar cuando no hay espacio para nada. A esa situación respondieron dos vecinos, uno de Chos Malal y el otro de Rincón de los Sauces, cuando vieron que podían ayudar a esos centros de salud que poco tiempo antes, cuando tuvieron coronavirus, les salvaron la vida.

La directora del hospital de Rincón, Gladys Ledesma, explicó que la ayuda apareció después de una entrevista que le hicieron en la cuenta de Facebook del Municipio, el viernes pasado. Durante la misma contó que se encontraban en una situación crítica, «superados en lo que hemos planificado con un total de 15 pacientes prácticamente internados”, Graficó que en el sector de guardia se habilitaron con dos consultorios en la guardia que rápidamente se transformaron en sala de internación, «por lo que no hay espacio para atender otros tipos de pacientes«.

Un hombre fue al hospital y pidió verla. Ledesma no dio el nombre pero contó que la «pasó muy mal y logramos que lo derivaran». Le preguntó qué necesitaban y antes de que la enfermera pudiese terminar el largo listado, la interrumpió porque tenía la idea justo. «Yo tengo un tráiler», le dijo. Los profesionales de salud corroboraron que les serviría y ahora el vecino se dispuso a instalarle los servicios básicos.

En uno o dos días, el tráiler que estaba destinado a ser alquilado por alguna empresa petrolera, se convertirá, en cambio, en un consultorio externo para patologías no Covid. «Rincón de los Sauces está trabajando toda mancomunadamente», resaltó, orgullosa, Ledesma.

En el caso de Antonio Rodríguez no fue una nota, sino sus propios ojos los que lo movilizaron a hacer algo. En Semana Santa tuvo coronavirus y la «pasó mal», frase que se repite entre los contagiados. Hace pocos días, cuando fue al hospital a hacerse un control, lo vio desbordado.

«Escuchamos que las enfermeras buscaban formas de colgar los sueros porque no tenían más pies», recordó Antonio y pidió saber más. Así descubrió que también faltaban estanterías «porque han ocupado todos los rinconcitos del hospital».

No son insumos de suma urgencia, pero eso no les quitaba importancia, así que Antonio aprovechó, junto a uno de sus compañeros, su trabajo en Radio Nacional para pedir donaciones de caños y demás elementos de soldadura, para ayudar al hospital. Además, otros soldadores de la localidad se sumaron.

Ahora, Antonio pidió a quienes sepan hacer esta clase de tareas que se acerquen a sus centros de salud, para consultar si pueden ayudar. «Sabemos que a veces no son artículos de primera necesidad así que no creo que los manden rápido, aunque ojalá repongan porque hacen al desarrollo del trabajo de los enfermeros que andan a las corridas», resaltó.


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