Un centro de día complicado por atrasos de obras sociales

Se trata del centro Esperanza que atiende a 15 personas con discapacidad. Funciona en Beschtedt al 1.800 desde hace 20 años pero el día a día se hace cada vez más complejo.

El centro de día Esperanza para personas con discapacidad cumplió 20 años pero en el último tiempo, el funcionamiento se vio obstaculizado por los retrasos en los pagos de las obras sociales.

“Sabemos que hay muchos centros que están en las mismas condiciones pero esta institución no tiene fines de lucro. Quienes integramos la comisión directiva somos los mismos padres que bregamos porque los chicos tengan una buena asistencia”, explicó Graciela Heguy, presidenta de la Asociación de Padres.

Unos 15 chicos con discapacidad concurren al centro Esperanza que cuenta con 21 terapeutas. Asiste gente con discapacidad mental y motora, trastorno generalizado del desarrollo (TGD), hipotonía (tonicidad muscular débil) y sordera con autismo, entre otros.

“El abordaje a un chico con discapacidad no es solo por el problema médico; hay un abordaje interdisciplinario. Necesitás de muchos especialistas en lenguaje de señas, psiquiatría, asistente social y psicólogos, entre otros”, agregó Heguy.

Pese a las dificultades, seguimos brindando el servicio. No se puede cortar porque sería un abandono de persona. Hacemos ferias de ropa, venta de empanadas y ponemos plata

Graciela Heguy

Más allá de la terapia individualizada para cada persona, hay talleres de cocina, higiene personal, lavado de dientes, de manos, para cruzar las calles.

“Hay una relación entre terapeuta y paciente muy cuidada. Eso nos garantiza que los chicos no están en un depósito viendo pasar la vida sino estimulados en muchas áreas. Se organizan actividades, talleres, campamentos para vincular al chico a una ciudad que da la espalda a la personas con discapacidad”, señaló Heguy.

Los usuarios tienen una terapia individual en el centro de día. Foto: Chino Leiva

El centro de día Esperanza nació 20 años atrás cuando una institución destinada a las personas con discapacidad cerró de manera intempestiva.

“En ese momento, no había otro lugar para chicos con discapacidad y los padres se pusieron de acuerdo. Es la única institución sin fines de lucro que no recibe subsidios”, sostuvo la mujer.

Heguy recalcó que “hay chicos que llegan sin certificado de discapacidad y sin documento. Detrás de ese chico, hay una familia que no puede o se angustia porque no sabe qué va a pasar después. Hay toda una asistencia integral porque para muchos chicos es la única institución a la que asisten”.


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