Un clásico del otro lado del mundo

Coria y Nalbandian juegan por un lugar en los cuartos de final.

Los dos tienen 23 años. Uno nació en Rufino y otro en Córdoba, ambos en Argentina. Los dos son «top 10» del ranking mundial.

Los dos se retaron para esta noche en el Abierto de Australia, donde se enfrentarán por los octavos de final.

Son Guillermo Coria y David Nalbandian. O David y el «Mago», simplemente. Los dos son amigos, se conocen desde que eran niños, pero hay una rivalidad que nunca reconocen.

Ambos lograron ayer su pase después de derrotar a dos durísimos rivales. Coria venció cómodo a uno de sus grandes rivales, el español Juan C. Ferrero. Lo derrotó por primera vez en el circuito y lo hizo con contundencia.

Nalbandian sufrió más, pero también liquidó ayer a la madrugada al chileno Fernando González, por 6-7 (3/7), 7-5, 6-2 y 6-3.

El enfrentamiento en octavos asegura a un argentino en cuartos de final, que podría enfrentarse a Lleyton Hewitt en un hipotético partido.

Coria repite su mejor actuación en Melbourne. En 2003 llegó a octavos y cayó ante André Agassi, a la postre campeón.

«Estoy cerca de mi mejor nivel, en un ochenta por ciento. De tenis estoy casi perfecto, me falta de hombro», comentó Coria después de tomarse revancha de Ferrero.

«Está tal y como esperábamos que estuviera», afirmó su entrenador, el español Josep Perlas, quien no se sorprende del nivel de su pupilo después varios meses alejado del circuito por una operación de hombro.

Llega bien al duelo con Nalbandian. Muestra un saque mejor que nunca, pese a que el hombro no está al ciento por ciento, rápido como siempre de piernas y como nunca de cabeza, bien dirigido por Perlas.

«Para ser número uno hay que jugar bien en todas las superficies», afirmó para explicar su mejoría en pista rápida.

Al hablar del partido con Nalbandian, se le enciende la cara. «Será bueno y por lo menos habrá un argentino en cuartos. Si no gano yo, estará bien que gane 'Nalbi' por la muerte de su padre. Estar aquí y poner el pecho como lo hace él no lo hace cualquiera», profundizó.

Nalbandian lleva dos años seguidos siendo cuartofinalista y se siente como en casa en Melbourne Park. «Me gusta la superficie y siempre juego bien aquí», señaló.

«Lo conozco desde hace tiempo y no es lo mismo jugar contra él que hacerlo contra otro rival», afirmó acerca de Coria.

Sobre cómo será un partido en el que los dos se conocen bien, Nalbandian no hace pronósticos. «No tengo ni idea, los dos tenemos el mismo objetivo de ganar», afirmó.

Lo que está claro es que no harán saque y volea. «¿Porqué no?», ironizó en cualquier caso.

En visperas del duelo revelaron que jugarán haciendo pareja de dobles en los próximos torneos de Marsella y de Rotterdam.

Ya ganaron juntos Wimbledon en 1999 en categoría juniors y vuelven a formar dupla, abriendo una posibilidad de ser el dobles de la Copa Davis.

Los dos se conocen, se admiran y se respetan. Se enfrentaron tres veces con tres victorias para Coria, todas sobre polvo de ladrillo.

En Melbourne la superficie en principio favorece más a Nalbandian. Ambos se retan en un gran momento de juego y físico. Melbourne es el lugar. Esta noche, la cita, y las armas, en forma de raqueta, están perfectamente engrasadas. (DPA yAR).

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