Un comité bajo vientos de cambio

Rodríguez, flamante presidente de la UCR de Roca, dice "no" al internismo

Una papa caliente.

Esto es lo que recibió el diputado José Luis Rodríguez al asumir la presidencia del Comité Roca de la UCR, que con más de 8.000 afiliados es en ese nivel organizativo la estructura más poderosa que tiene el partido en la provincia.

Desde esa gravitación, a lo largo de toda la transición, este comité fue una pieza clave para definir los sucesivos triunfos del partido en elecciones generales.

Sin embargo el año anterior, el peronismo lo derrotó en comicios municipales, un espacio en el que el radicalismo campeó a sus anchas en 20 de los 22 años de transición.

A partir de esa derrota, el comité se transformó en un escenario signado por carencia de autocrítica, reproches, duro internismo e incluso dispersión de militancia y cuadros. Acostumbrado a funcionar desde siempre vía la conducción muy personalizada del ex gobernador Pablo Verani, la ausencia de éste -vive el grueso del mes en Viedma- dejó al comité sin referencias cotidianas de poder. Un vacío que se profundizó debido a la permanencia en la capital provincial de no pocos dirigentes del radicalismo roquense que cumplen funciones en la administración Saiz.

Ahora, en recta hacia las elecciones del 2005 para la renovación de la Cámara de Diputados, a la UCR rionegrina se le torna imprescindible ordenar su casa en Roca. Máxime cuando se computa que, por su gravitación, este comité proyecta su influencia sobre un importante tramo del radicalismo del Alto Valle.

Con esa consigna llega Rodríguez al timón del comité. Pertenece al ala no ortodoxa del veranismo. Y su estilo de hacer política habla más de darle valor a la búsqueda de consensos, que de privilegiar protagonismos personales excluyentes para la toma de decisiones.

A días de haber asumido, Rodríguez bajó sus objetivos a todas las líneas que animan la vida interna del comité. Dos son, en ese marco, los objetivos que se destacan.

* No poner fin a las internas. Desalentar toda interna que, expresando legítimas expectativas de poder, no se sustente sin embargo en ideas y propuestas sobre cómo mejorar la calidad de la política del partido y la calidad de gestión política que el partido se debe para con Roca.

* Para lograr ese objetivo, desterrar usos y costumbres que desacreditaron al comité y provocaron incluso el alejamiento de militantes y dirigentes.

– Y de la sociedad- suele acotar Rodríguez.


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