Un destino para la U9

Dejen la U9 como está. No la toquen. La memoria es un necesario y perentorio ejercicio colectivo. Dejen que esas paredes cuenten su historia secular. Es la historia del Neuquén, de la Patagonia, del país mismo. Que entre sus muros crezca un aula común donde todos recordemos y aprendamos de dónde venimos, en qué consiste el silencio criminal y la justicia que no llega. Vicente Amorín, el estupendo escritor uruguayo, publica, en 1946, su novela “Nueve lunas sobre Neuquén”. La gran figura de ese hermoso relato es la cárcel de Neuquén. La convierte en personaje, siguiendo el mismo procedimiento que Emile Zola utiliza en su cuento “La desocupación”, donde una fábrica es testigo y partícipe de una terrible historia colectiva de una actualidad que hiere. Dejen, por favor, que la voz de quienes estuvieron confinados allí durante un siglo luctuoso se constituya en una historia que no podemos olvidar, se haga una con la de Talero, Chaneton, Monseñor de Nevares, Agustín Tosco. Dejando cada centímetro de su superficie en pie lo que haremos, como sociedad, es escribir una palabra: libertad. Llenemos la cárcel de escuela. En toda su dimensión. De Escuela, con mayúscula. Es el mejor destino que podemos darle. El necesario, el urgente.

Alejandro Finzi

DNI 8.598.920

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