Un faro en el camino de la costa más inolvidable

La atracción que ejercen los faros está vinculada con su historia y los paisajes que los enmarcan. El más célebre de la Patagonia está en Viedma y es la primera cuenta de un rosario de playas de ensueño.

Los faros poseen un magnetismo particular para los viajeros de mundo que los ven como sinónimo de luz, de guía y lealtad. Miles de turistas viajan por el mundo buscando estas construcciones y en Viedma se encuentra el faro Río Negro, uno de los más antiguos de todo el país.

Desde el año 2000 en varios países los faros se convirtieron imanes turísticos, por su historia o su ubicación geográfica. Algunos se reciclaron como hoteles pequeños. Incluso hay instituciones dedicadas a preservarlos, como Trinity House en Inglaterra, U.S. Lighthouse Society en Estados Unidos, Phares de France en Francia, entre otras.

En 2017 se convirtió en Patrimonio Cultural de la Humanidad

Ubicado en el balneario El Cóndor, a 32 kilómetros de Viedma (Río Negro), ya cumplió 132 años de su fundación y su reflejo -con una intermitencia de 10 segundos- tiene una extensión de 16 millas náuticas. En ese momento del país se erigió tomando en cuenta que el río Negro -con el puerto de Patagones- constituía una vía imprescindible para la expansión territorial de la Nación y desde entonces guía a los navegantes.

Está considerado el primer faro continental y el más antiguo de los faros en servicio en la República Argentina. Desde allí, se puede observar el paisaje terrestre y marítimo, además de la confluencia del río Negro y el océano Atlántico.

Si recorre el Camino de la costa en vehículo particular cargue combustible en Viedma. Consulte el estado del camino y no se olvide de llevar la botella de agua, protector solar, etc.

informaron desde las oficinas de Turismo.

El edificio, fue inaugurado durante el gobierno del General Lorenzo Winter, y del Teniente Coronel de Marina, Martín Rivadavia, que interpretaron la importancia de contar con un faro a la entrada de ese curso de agua por la existencia de obstáculos que dificultaban la navegación segura.

Balneario El Cóndor, una villa con infraestructura turística

Su construcción se inició el 8 de octubre de 1886 y fue tan rápida su edificación con las características que aún mantiene, que se inauguró el 25 de mayo de 1887. Algunas versiones alegan que uno de los motivos fue el encallamiento sobre la restinga ubicada al pie de los acantilados del motovelero danés “El Cóndor” que luego dio lugar a que esa playa se bautizara con ese nombre.

Posee una estructura cilíndrica blanca con garita superior y una casa habitación hexagonal, con 64 escalones hasta su torre. Está ubicado a 43,5 metros sobre el nivel del mar, y el edificio soporte tiene 16,5 m de alto, que depende de la autoridad portuaria del Servicio de Hidrografía Naval.

En 2017 se convirtió en Patrimonio Cultural de la Humanidad. En un nuevo aniversario de su fundación, en consonancia con los festejos por la Revolución de Mayo de 1810, fue descubierta sobre su fachada el escudo Azul de Naciones Unidas, con el que se pretende preservar bienes arquitectónicos mundiales.

Se pueden hacer varias actividades

Los días y horarios de visita, según la autorización de la Armada Argentina –dueña del faro- son los viernes, sábados y domingos de nueve a 17.30.
“Cuando nos visitan ofrecemos una pequeña charla sobre para que sirve y sus funciones, y esto lo hacemos en el pie del faro ya que no se puede subir a la torre”, comenta el actual responsable de las instalaciones, Nicolás Díaz.

Entre los visitantes, según cuenta, pasan por el predio muchos extranjeros -principalmente de Francia e Italia- que son fanáticos de los faros, y que así como suelen recorrer otros faros del mundo “también se llegan hasta aquí”.

El camino de la costa recorre 210 km que bordean el litoral.

La permanencia en el sitio se puede complementar con una visita a un pequeño museo que está habilitado al pie del edificio y donde se exhiben fotografías de otros faros, y los equipos de iluminación que se utilizaban antiguamente.

También puede aprovechar a pasar el día en el Balneario El Cóndor, una villa balnearia con infraestructura turística, que se convierte en el principal centro de servicios de esta zona.

Para seguir camino

Pero lo que no puede dejar de hacer, es el Camino de la costa si quiere quedarse enamorado del mar. Por la Ruta Provincial Nº 1 se recorren 210 km que bordean el litoral rionegrino y conectan Viedma con el Puerto de San Antonio Este. Durante el trayecto, la naturaleza le regalará escenarios naturales llenos de belleza y tranquilidad.

La Lobería, con piletones naturales

Si desde El Cóndor avanza 30 km más llegará a La Lobería, un balneario con piletones naturales socavados por el mar. A partir de aquí el camino de ripio, lo llevará el eterno desierto patagónico, las dunas y siempre en compañía de la inmensidad del mar.

Tres kilómetros más adelante, llegará a la Reserva Faunística Provincial de Punta Bermeja, donde encontrará la mayor colonia de lobos marinos de un pelo de Sudamérica, toninas overas, orcas, delfines y, ocasionalmente, ballenas francas.

Bahía Creek y su pequeña villa

Continuando el recorrido surgen Bahía Rosas y Bajada Echandi y con ellas la posibilidad para realizar pesca de tiburón desde la costa. Siguiendo hacia el este llegará a Bahía Creek, una playa amplia entre dunas y acantilados, un indescriptible lugar para los bañistas. Esta zona cuenta con una pequeña villa de muy pocas casas y un club de pescadores.

En Bahía Rosas y Bajada Echandi se puede pescar tiburón desde la costa.

Unos kilómetros adelante el camino vuelve al nivel del mar con un conjunto de grandes médanos y dunas que lo conducirán hasta Caleta de los Loros, una Reserva Natural Provincial de usos múltiples, que en bajamar se convierte en un espejo de agua y deja visible un ecosistema de flora y fauna, que puede recorrer con el asesoramiento del guardafauna.

Punta Mejillón, es la próxima playa de arenas finas y aguas cristalinas, que lleva este nombre por la abundancia de este molusco. Esta zona es conocida popularmente como “Pozo Salado”.

Próximos a terminar el fin del recorrido, se accede la zona de conchillas, donde hay kilómetros de playas blancas, con agua cálida y transparente y así llegará a San Antonio Este.


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