Un feroz Pitt Bull mordió a su dueña en el rostro

En el patio de una vivienda de Neuquén convivían tres perros de la misma raza. El hecho sucedió ayer cuando los canes atacaban a otro y su propietaria intentó separarlos. Esta sufrió heridas graves en un pómulo y pidió que maten al animal. Los perros fueron llevados por la policía a la Dirección de Zoonosis municipal y el Tribunal

NEUQUEN (AN).- «Gringo» tiene apenas un año y, tras las rejas de una pequeña jaula de la dirección de Zoonosis, parece un perro inofensivo. Aún tiene las orejas sin cortar y los flashes de la cámara no parecen inquietarlo. Sin embargo, y a pesar de su edad, ingresó ayer a la triste nómina de animales que en los últimos años han atacado a sus dueños.

La trágica celebridad que ahora lo envuelve comenzó a montarse el martes a la tarde, en una vivienda del barrio TCI II, donde convivían una familia y seis perros.

Ese día, uno de los tres Pitt Bull que habitaban el patio de tierra de la casa de los Velázquez atacó a su dueña, ocasionándole graves heridas en el rostro.

El perro había sido comprado por David (23), uno de los hijos de Lila Velázquez (59), quien tuvo que ser atendida en el hospital Heller debido a la profundidad de las mordeduras.

El hecho se produjo cuando «Gringo», «Negro» y «Chico» -los tres cachorros Pitt Bull que posee la familia- atacaban y herían de muerte a otro de los perros con el que convivían en el patio. Los aullidos fueron escuchados por Lila, quien salió de la casa y trató de separar a los animales mojándolos y pegándoles con palos.

Pero en sus intentos por evitar la muerte de uno de sus perros, la dueña se acercó demasiado y «Gringo» comenzó a atacarla, dejándole una profunda cicatriz en un pómulo.

Según declaró a «Río Negro» Lisa Velázquez, la hija de la mujer atacada, los Pitt Bull ya habían atacado anteriormente a otros animales. Sin embargo, esta es la primera vez que uno de ellos muerde a un miembro de la familia.

Según David, el comprador de los perros, el episodio ocurrió porque en ese momento él no estaba en el lugar.

«El Pitt Bull es un perro fuerte y yo lo compré para que cuide la casa porque en el barrio hay muchos robos», declaró el joven, quien además dijo que él separaba a los perros ahorcándolos o «asfixiándolos por la nariz» para que suelten a sus presas.

En la noche del martes, los tres perros fueron llevados por la policía a la dirección de Zoonosis, donde están bajo ob

servación en busca de indicios de rabia o desórdenes neurológicos.

Allí estarán durante diez días, período en el cual el Tribunal de Faltas del municipio resolverá la situación de los animales.

Los reclamos por mordeduras que llegan a la dirección municipal de Atención al Ciudadano llegan al 30 por ciento, mientras que en el 2004 se observó un crecimiento de los ataques a personas con respecto a años anteriores.

El municipio de Neuquén se ha declarado no eutanásico, por lo que se desestima el sacrificio de los perros.

 

El destino de los perros

 

David Velázquez espera le devuelvan sus mascotas para llevarlas a casa de otros familiares. Pero el deseo de su madre y de su hermana apunta a una decisión más drástica: «Uno puede encariñarse con un animal, pero no puede aceptar lo que le hicieron a mi mamá», confesó Lisa.

Por otra parte, la víctima manifestó que estaba muy nerviosa por lo ocurrido, pero que quería la muerte de «Gringo».

Irónicamente, ella fue quien le puso el nombre al Pitt Bull Terrier color marrón que ahora duerme en una jaula de Zoonosis.

«Quiero que la gente sepa que no se puede tener a estos perros -lloró Lila-. Quiero que esto se sepa, que a nadie más le pase esto», agregó la mujer, nerviosa y adolorida.

Nota asociada: Una raza leal y violenta El propietario es responsable de los daños  

Nota asociada: Una raza leal y violenta El propietario es responsable de los daños  


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios