Un informe de la UNC, en la mira

Pero el tema amenaza también el prestigio del laboratorio de suelos de la Universidad Nacional del Comahue. Esto obedece a que, según las licitaciones, el material a proveer debe cumplir con determinadas normas IRAM: la 1525 de resistencia al ataque de sulfato de sodio, la 1532 de abrasión con máquina «Los Angeles», y 1533 de densidad relativa y absorción de agua.

Según comprobaron los legisladores Pinazo y Peralta, la Universidad no realiza en forma adecuada el estudio correspondiente a la norma 1532 de abrasión con máquina «Los Angeles», ya que en lugar de hacer girar las piedras a 500 revoluciones por minuto -como marca esa norma IRAM- lo hace a 200 revoluciones por minuto. Aun así, una de las muestras tomadas de las defensas perdió el 97,8% de masa, mientras que otra perdió el 56,2% de masa.

«Si las areniscas analizadas hubieran sido sometidas a 500 revoluciones por minuto como establece la norma IRAM, la pérdida habría sido prácticamente total», escribió en su informe la licenciada en Geología Patricia Castellote, titular de la matrícula profesional 2303.

Según expresaron los legisladores Pinazo y Peralta, el ingeniero Fernández, del laboratorio de la UNC, les manifestó que realizaban el análisis a 200 rpm y no a 500 «por un acuerdo con el DPA y la AIC» porque no se necesitaba un material más duro para realizar las defensas.

«No es aconsejable para hacer taludes en la defensa de ríos dado que su vida útil es muy limitada», expresó en su informe técnico el geólogo Caldiroli, matrícula profesional Nº 312.


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