Murió Lucas, el joven baleado en un presunto caso de gatillo fácil

Se trata de un juvenil de Barracas Central de 17 años. La madre de la víctima denunció que "plantaron" un arma.

Un adolescente de 17 años fue baleado ayer en la cabeza por un policía de la Ciudad de Buenos Aires y en la tarde de hoy se confirmó su fallecimiento, horas después de que le diagnosticaran muerte cerebral.

Lucas González fue interceptado cuando se trasladaba con tres amigos en un auto por el barrio porteño de Barracas. El primer parte médico había señalado que permanecía en estado «crítico», “ventilado mecánicamente” y con “medidas de soporte vital”.

Al mismo tiempo que se conoció la noticia de la muerte, se realizaba una marcha multitudinaria en Barracas en reclamo de justicia.

Más temprano la madre de la víctima había denunciado un caso de «gatillo fácil», que los efectivos «tiraron a matarlo» y que le «plantaron» un arma de fuego para simular un enfrentamiento.

«Es un caso de ´gatillo fácil´ porque no pueden sacar un arma y dispararle a unos pibes. Tiraron a matármelo. Esa gente (por los policías) no está capacitada para andar con un arma», había dicho Cintia a la Agencia Télam y, entre lágrimas, había manifestado que su hijo recibió dos disparos en la cabeza.

Cintia iba a reunirse hoy a las 19 con el presidente, Alberto Fernández, en Casa Rosada. La reunión fue suspendida luego de que se confirme el fallecimiento del joven.

Durante esta mañana los tres jóvenes amigos del baleado, que estaban en el auto con él y también fueron perseguidos por la policía, fueron liberados, informó la abogada que los representa, Lorena Blanco.

La letrada añadió que en la causa no hay por el momento detenidos -ni civiles ni policiales-, que el expediente está caratulado aún como «averiguación de ilícito» y que los tres jóvenes serán citados a declarar.

El hecho


Todo comenzó ayer a las 9.30 cuando, en circunstancias que aún son materia de investigación judicial, el adolescente y tres amigos se movilizaban en un Volkswagen Suran y al detenerse en un kiosco de Barracas fueron interceptados por efectivos de la brigada de la Comisaría Vecinal quienes, según su versión, creyeron que iban a cometer un robo.

La policía dijo que los jóvenes se negaron a ser identificados, embistieron con el vehículo a dos efectivos y tras una persecución a los tiros el futbolista fue hallado herido de dos tiros en la cabeza en el asiento del acompañante, dos de sus amigos fueron detenidos y un tercero escapó, aunque más tarde se presentó en sede policial con su madre y quedó aprehendido.

Tras conocerse el hecho por fuentes policiales, la primera información indicaba que a raíz del episodio dos policías habían resultado heridos con politraumatismos leves al ser embestidos por los chicos cuando quisieron detenerlos porque supuestamente estaban armados.

En el auto de los chicos fue hallada una réplica de plástico de un arma, pero según la mamá del herido nunca pudo haber sido vista por la policía porque la hallaron en el baúl.

Con información de Agencia Télam

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