Una a una, las respuestas del hospital al amparo de los terapistas de Neuquén

El director del hospital Castro Rendón de Neuquén, Adrián Lammel, reiteró que los profesionales plantearon "falsedades". Analizó que buscan mejoras salariales.

Una descripción con «lugares terroríficos sacados de alguna película de ciencia ficción» fue lo que respondió el director del hospital Castro Rendón de Neuquén, Adrián Lammel, a la acción de amparo que presentaron 11 médicos intensivistas en reclamo de mejores condiciones de trabajo. Aseguró que «es falso» que el servicio de terapia intensiva se encuentre «en peligro inminente para realizar prestaciones», que no haya lugares de descanso apropiados y hasta adjuntó fotos de los dispenser de agua disponibles para uso de los profesionales.

En el informe de 11 páginas que presentó a pedido de la Fiscalía de Estado de la provincia, el director del hospital indicó que «la llamada crisis del sistema de salud provincial, no es más ni menos que el desborde de la demanda, que es un fenómeno de carácter mundial, incluso en los llamados países del primer mundo, y en lo que respecta a este nosocomio las condiciones de salubridad e higiene son la óptimas».

Planteó que «el esfuerzo del sistema público de salud sigue siendo desmedido y fue dicho por todos los medios posibles y las notas periodísticas sacadas de contexto dicen claramente de la crítica situación pero dista del panorama que pintan los amparistas».

Lammel insistió en el informe en que los intensivistas presentaron «falsedades» y que, si ocurrieron situaciones de hacinamiento en los espacios de descanso, fue por «el propio mal manejo de los criterios que debe cumplir el personal y que le caben a todas la personas de a pie».

El escrito fue una de las pruebas documentales que el fiscal de Estado, Raúl Gaitán, presentó ayer a la jueza de feria, Elizabeth García Fleiss, para pedir que no se dé curso a la demanda.

Jornadas de trabajo

«Las jornadas que efectúan los amparistas fueron consensuadas para su mayor confort y reestructurando la totalidad del trabajo como si fuera extraordinario, reconociendo el mayor caudal de tareas registrado», sostuvo Lammel. «Por ello se restructuró su tarea en guardias de 12 horas, pero no se programó la tarea ordinaria de 30 horas semanales», detalló.

En el informe, afirmó que el esquema basado solo en trabajo extraordinario, ya que los médicos estarían relevados de realizar las 30 horas semanales, «y tomando 10 guardias de 24 horas, da un total de 240 horas mensuales, es decir que se redujo en 24 horas de efectiva prestación». Los amparistas habían denunciado que hacían un promedio de 264 horas al mes.

Médicos por cama

Lammel también desmintió la relación expresada por los profesionales en cuanto a médicos por camas de terapia intensiva. «Con el aumento de camas por la pandemia se sumaron más recursos humanos», aseguró.

Planteó que omitieron a seis intensivistas y que el staff de médicos terapistas «es asistido por otros profesionales que se encontraban abocados a otras tareas y retomaron servicio».

Espacios de descanso

Lammel dijo que la terapia intensiva de la Unidad Covid del quinto piso cuenta con dos espacios asignados en cada lado de la locación exclusivos para los terapistas y que se suman tres habitaciones de descanso.

«Otra mentira es la falta de dispenser de agua. Amén que el hospital cuenta con agua corriente potable para uso humano, a falta de uno hay varios», planteó el director, aunque reconoció que fueron donaciones «realizadas en tiempo de pandemia al hospital, y gestionadas no por los amparistas sino por redes solidarias que asisten habitualmente».

«Partes de las sillas faltantes que se refieren, por protocolo covid fueron quitadas para evitar el hacinamiento simultaneo, y por ello se habilitó otro espacio de estar para otros especialistas y otros exclusivos de los terapistas. No es una decisión para que permanezcan ‘más de 12 horas parados'», sostuvo.

Falta de medicamentos

«No hubo ni hay falta de insumos, ni medicamentos que haya afectado la salud de ningún paciente», afirmó. Añadió que, a nivel mundial, «con principal afectación de nuestro país, por el gran consumo de medicamentos en las terapias, se debieron adecuar protocolos y reemplazar por otros».

Salarios y salud mental

Para el director del hospital, «los amparistas muestran su verdadero interés, tal vez legítimo, de pretender una mejor remuneración, que asocian por allí a la solución del síndrome de burn out«.

«Al respecto se implementó una aplicación SER+COVID, para registro de situaciones emocionales, sin que se registre adherencia en el servicio, pese a ser un dipositivo de SATI. También desde Salud Ocupacional se implementó un cuestionario de salud mental sin que tuviera éxito por falta de contestación», planteó.


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