Una cervecería con visión orgánica

La mayoría de los productos que utiliza Crafter para elaborar sus cervezas nacen en su chacra. Además gestionan de manera sustentable los desechos de la producción.

La ciudad tiene unas cuantas fábricas de cerveza artesanal. Todas tienen sus características, pero una de ellas se caracteriza por incluir la sustentabilidad entre sus valores. Crafter, instalada en medio de una chacra de 13 hectáreas utiliza mucho de lo que ahí se produce para sus cervezas y sidras, pero también gestiona de manera sustentable los desechos de la producción.

En la chacra, ubicada casi sobre la Ruta 151, además de producirse cerveza y sidra, se cultivan manzanas, peras, zapallos, duraznos y se produce miel. Todos esos elementos son parte de las bebidas que conquistaron al Alto Valle y más allá de él.

Las manzanas valletanas de la chacra donde está instalada la fábrica, recorren unos escasos metros y son la base para dos versiones de sidras (Hoppy Cider y Honey Cinnamon). Los zapallos del otoño son un ingrediente fundamental para la Smashing Pumpkin, un estilo bien particular y característico de Crafter. Los duraznos forman la Duraznito IPA, una cerveza de temporada. Y la miel que cosechan de las colmenas detrás de la fábrica es, tal vez, el secreto de la Honey Ale, llamada La Recaída de Winnie.

La singularidad del sabor de sus cervezas nace en esta chacra. Foto: Florencia Salto

Esas son las fijas, pero todo el resto de los frutales que rodean a la fábrica les sirven también para experimentar nuevos sabores. “Tener los frutales cerca nos permitió experimentar libremente y fácil. No es lo mismo tener una fábrica en la ciudad y tener que ir a la verdulería para comprar dos kilos de durazno y ver qué podes hacer, que tener a 10 metros una planta de durazno”, explicó Osvaldo Buggiano, uno de los dueños de Crafter.

Pero el proceso es sustentable por completo: todo comienza en la tierra y termina en ella. En la fábrica cervecera cipoleña reutilizan las cepas de levadura, y lo que puede reutilizarse se reconvierte en fertilizante para un campo de nogales. Y también, el bagazo, la malta usada, termina en un feedlot de la zona.

Crafter es la creación de Osvaldo Buggiano y Axel Tiemroth, dos cipoleños que se hicieron amigos en jardín de infantes y que, a partir de ahí, siempre emprendieron desafíos juntos. Emigaron a Buenos Aires a estudiar y allí comenzó a germinar la idea de hacer cerveza. Cuando volvieron al valle, a su Cipolletti natal, pusieron manos a la obra; y hoy, 7 años después, son una de las principales y más reconocidas marcas de cerveza artesanal de la zona.

En números

7
años de vida tiene el emprendimiento cervecero, uno de los más reconocidos en la región.
13
hectáreas de superficie tiene la chacra donde surge el sabor de la cerveza Crafter.

“Entramos en el momento justo”, reconoce Buggiano como una de las claves del crecimiento repentino. El movimiento de la cerveza artesanal se venía gestando y justo ahí llegó Crafter, que haciendo las cosas bien y con un sello bien canchero logró posicionarse.

¿Y la pandemia? Como a todos, la pandemia por el coronavirus los afectó. La producción nunca paró pero las escalas se achicaron abruptamente. Claro, ellos dependen del sector gastronómico y turístico que, en el mejor de los casos, recién está arrancando nuevamente.

La cerveza en lata, las ventas por internet y el reparto a domicilio, fueron de alguna forma, los salvadores. “No nos podemos quejar porque pudimos mantener el bar y a todo nuestro equipo, que eso es lo que más nos interesaba”, confió “Bugui”, uno de los dos jóvenes amantes de la “birra”.

“No nos podemos quejar porque pudimos mantener el bar y a todo nuestro equipo, que eso es lo que más nos interesaba”,

explicó Osvaldo Buggiano, uno de los dueños de Crafter.

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