Una huerta para mejorar la salud en el norte de Roca

Agentes sanitarias de Barrio Nuevo removieron la tierra y sembraron hortalizas. Buscan ofrecer una forma para tratar y prevenir enfermedades. Sostienen la soberanía alimentaria.

Redacción

Por Redacción

En el norte de Roca las agentes sanitarias encontraron una interesante forma de mejorar la calidad de vida de los vecinos a través de una huerta orgánica que funciona en el predio del centro de Salud de Barrio Nuevo.

Allí cada viernes las familias de la zona participan y aprenden a cultivar sus propios alimentos. A través de esta alimentación saludable se busca prevenir enfermedades crónicas y también ofrecer una dieta para aquellos que ya las padecen. Además, sirve como un espacio de socialización y para aliviar el estrés.

Las agentes sanitarias que iniciaron el proyecto son Gloria Lacapra, Lourdes Espinoza y María Gabriela Gregorio. “Todo el personal que trabaja en el centro está comprometido con esto”, señaló María Gabriela que también es psicopedagoga y hace 15 años trabaja como agente sanitaria en Barrio Nuevo.

La profesional explicó cómo comenzaron con el proyecto en 2019.
“Vimos mucha población en Barrio Nuevo con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, cardiovasculares que requieren tratamientos farmacológicos y aparecen cada vez más temprano. Tenemos niños y adolescentes con sobrepeso y diabetes”, mencionó.

De esa forma surgió la idea de una huerta para promover ciertas pautas como la alimentación saludable y la producción del propio alimento.
“Esa fue nuestra primera preocupación poder influir favorablemente en los vecinos, mejorar su salud”, remarcó.
María Gabriela comentó que también hay otros objetivos como terapéuticos en el sentido en que mejora la calidad de vida también como espacio de socialización.

Están gestionando plantar 20 árboles alrededor del predio. Foto Juan Thomes.

“Los vecinos pueden conectarse con la tierra con prácticas ancestrales que están descuidadas y consideramos que son fundamentales cuidar la tierra y lo que produce. Además, sostenemos la soberanía alimentaria”, expresó.
La profesional expuso que el espacio está planteado como un lugar para promover condiciones de vida más saludables y para prevenir las dolencias.

“Hablamos de promoción, prevención y tratamiento. Se promueven condiciones de vida saludables, se previenen dolencias y se tratan aquellas que padecen los vecinos”, reiteró.
El proyecto lo iniciaron con un vecino que es jardinero llamado Pablo Jaramillo y que semanalmente está cuidando de las hortalizas.

En cuanto las organizaciones que han apoyado el proyecto mencionó el acompañamiento del INTA con folletería, semillas y mangueras para un sistema de riego.
La agente sanitaria destacó también el aporte del municipio que envió camiones de tierra para cultivo. “La primera tarea que hicimos fue luchar contra el suelo que es de calcáreo, nos ha costado mucho salimos adelante y hoy tenemos hasta canteros”, señaló.

Se tuvo que sacar mucha piedra y poner tierra de cultivo para lograr la huerta productiva que hoy tienen.
“Este momento tenemos ajo, habas lechuga, rúcula, apio”, contó.
Además, construyeron microtúneles donde pusieron almácigos.
“Algunas plantas están en una bandeja y otras en tierra bajo ese microtúnel para protegerlas de las temperaturas del invierno”, detalló.

Contó que están en tratativas con la municipalidad para forestar las veredas que rodean al centro de salud.
“Vamos a plantar 20 árboles”, dijo entusiasmada.
La trabajadora sanitaria agradeció también la ayuda de la Casa de atención y acompañamiento Comunitario Ruca Piuke y la Asociación Civil Haciendo Camino.

La huerta se inició en diciembre de 2019 pero desde marzo de 2020 la presencialidad de los vecinos se ha visto un poco truncada por la pandemia del coronavirus.
El personal del centro de salud y el jardinero Pablo mantienen el espacio.
“A fines del año pasado hemos retomado la presencialidad porque se permitieron las actividades en espacios al aire libre”, contó María Gabriela.

Informó que presentaron un proyecto a la provincia en el Programa Emprender para que la huerta se reconozca como un taller de capacitación de oficio.
“Por esto a las personas que asisten todos los viernes se les toma asistencia. Cuando finaliza el año también concluyen la capacitación para trabajar en horticultura en huertas urbanas y en jardinería”, detalló.
Todos los viernes de 10 a 12 participan 15 vecinos divididos en dos grupos.

El equipo es heterogéneo, asisten niños y familias que tienen huertas en su casa y lo que aprenden lo aplican en su hogar. También jóvenes y adultos mayores. “Los jóvenes buscan la herramienta de trabajo a través de la horticultura, vienen personas desde los 13 años hasta los 50 y adultos mayores”, explicó.
Los vecinos que tienen afecciones crónicas como diabetes y cardiopatías se inscriben para tener mejoría en su salud con una dieta saludable.

Otro taller que se ofrece a los vecinos es sobre la violencia de género. Se asesora y acompaña a las víctimas que afrontan esta problemática.
Los viernes también aprenden sobre alimentación para personas con enfermedades crónicas, como diabetes e hipertensión.


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