Una planta de faena que estuvo tres años sin funcionar y ahora deben ampliarla

Fue inaugurada en 2017 en la capital de Vaca Muerta, Añelo, y funciona a medias. El gobierno tuvo que licitar la ampliación del sistema de tratamiento de desechos. Buscan que pueda duplicar su capacidad de producción.

La capacidad actual de la planta de faena de Añelo, inaugurada en 2017 en la búsqueda de diversificar la dominante Vaca Muerta, es de 60/70 caprinos/ovinos y 8/10 bovinos diarios. El objetivo, que parece ambicioso, es llegar al doble de animales por día. Las instalaciones recién empezaron a funcionar a fines del año pasado y a poco de andar notaron que la limitante estaba en el tratamiento de los desechos. Por eso, a través de una reciente licitación, el gobierno provincial busca ampliar el sistema de tratamiento para los efluentes líquidos.

Julia Urtasun, coordinadora de la actividad del frigorífico y de la relación con el Municipio, se refirió a esta modificación como un “complemento para poder lograr una dinámica acorde al mercado”. A su vez, aseguró que “sería contradictorio querer formalizar la faena pero no recuperar bien el sistema de tratamiento”.

Por el momento, la planta está funcionando martes, miércoles y jueves, “para darle tiempo a la planta de tratamiento de efluentes en el proceso”, dijo.

El proyecto obtuvo las instalaciones en 2017. En julio de ese año fue inaugurado, contando con una superficie cubierta de 520 metros cuadrados, 150 de semicubierto, 330 de corrales. También tiene una planta de tratamiento de efluentes con una capacidad diaria de 38 metros cúbicos.

Lo que se pretende es aumentar la actividad iniciada en diciembre de 2020 y “apostar por la diversificación económica de la zona”, aseguraron fuentes del municipio local.

Desde 2017 hasta 2020 la faena estuvo inactiva. Según Urtasun, esto se dio porque, en un principio, faltaban tramitaciones, que “a primera vista no parece que lleven mucho tiempo, pero sí implican su tratamiento”. Por lo que en diciembre del año pasado iniciaron el proyecto e invitaron a crianceros y pequeños productores a una capacitación sobre cómo ser usuario del frigorífico.

Hoy el frigorífico está funcionando con alrededor de 15 empleados. Entre los que se encuentran veterinarios, directores, secretarios y siete integrantes de la cuadrilla, compuesta por hombres y mujeres que se encargan de las tareas de la faena y mantenimiento.

La cuadrilla tuvo cuatro capacitaciones sobre las distintas actividades a llevar a cabo, entre las que se encuentran el uso del noqueador eléctrico para insensibilizar a los animales, las etapas clave del proceso y el manejo óptimo de los elementos de la planta. Según explicó Urtasun, fueron brindadas para que el equipo “sea lo más cuidadoso posible, entendiendo que la actividad necesita suma responsabilidad para entregar un producto de calidad”.

Por otro lado, desde el Municipio brindaron capacitaciones para que pequeños productores de la región formalicen la actividad. Apuntaron a que puedan cumplir con las exigencias para regularizar la actividad. Por ejemplo, la inscripción al monotributo. Según Urtasun, “la faena informal es cultural en la localidad, por lo que nuestro compromiso es acompañar y formalizar la actividad”.

El riesgo ambiental de los mataderos y sus desechos

La faena en el matadero de Añelo está habilitada por el permiso ambiental. Pero para poder incrementar la producción, recibieron observaciones desde la subsecretaría de Desarrollo Territorial y Ambiente.

Las prácticas del frigorífico deben responder a las demandas del entorno para evitar la degradación ambiental por contaminación de suelos, agua y aire con agentes tóxicos y patógenos, y por erosión de suelos.

Como informaron desde la planta, están probando diferentes técnicas como la alimentación a corral intensiva, “con la que buscamos incrementar la producción y el cuidado del medio ambiente”, según comentó Julia Urtasun.

Fuentes especializadas en saneamiento ambiental que consultó este medio, explicaron que los efluentes líquidos de los frigoríficos ingresan con concentraciones muy altas de carga orgánica a las plantas de tratamiento: según el grado de dilución, puede llegar a ser 10 veces mayor que el de un residuo cloacal urbano. Por lo que las sustancias que lo componen deben ser reducidas por las diferentes etapas del proceso, hasta llegar a un valor menor al que establecen los límites legales para el vertido. Desde el Ministerio de Producción e Industria, informaron que se están trabajando con plantas de tratamiento de efluentes con vertido cero y sistemas de riego para tratamiento terciario de esos residuos.


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