Una remisera denunció que le negaron un trámite por tener ropa «inadecuada»

Clara Roberto tiene 62 años y hace 20 que maneja un remís en Neuquén. Un inspector le objetó su vestimenta y la mandó a cambiarse. La mujer tenía puesto un pantalón largo de gabardina "beige" pero el funcionario le dijo que tenía que ser de color oscuro. El código de vestimenta habla de "exceso de escote" y "buenas costumbres".

“Soy de las primeras mujeres. Cuando me entregaron la credencial de remisse para manejar éramos tres”, contó Clara Roberto. Por primera vez, en 20 años al volante, un inspector de Tránsito le objetó su vestimenta y se negó a hacerle un trámite hasta que cambiara de ropa.

La historia comenzó el 7 de noviembre de 2018. Clara, de 62 años, estaba en la base de un hipermercado. El inspector se acercó y le hizo el control de rutina (cédula, verificación técnica, seguro). Antes de finalizar elaboró un acta porque “no estaba vestida adecuadamente”. Afirmó que el pantalón largo de gabardina beige claro que usaba no concordaba con la indumentaria exigida. Le indicó que debía usar uno “como la de las empleadas de los bancos.”

La dirección de Transporte es la que establece las prendas requeridas a los choferes (ver aparte). Si bien la disposición es cuestionable -ya que establece una moral sexual prohibiéndole a las mujeres el “exceso de escote” y a los varones las camisas que afecten “las buenas costumbres”- Clara no estaba incumpliendo ninguna norma. Así se lo hicieron saber cuando fue con la nota del inspector a la dependencia correspondiente.

El 6 de diciembre se dirigió a la dirección de Transporte a tarifar. Cuando llegó su turno la atendió el mismo inspector de aquella vez. Ambos fueron a la playa de estacionamiento, entregó la documentación, los tickets diurnos y nocturnos con el nuevo monto, certificado de reloj y número de precinto.

-¿Otra vez señora tengo problemas con usted?, planteó el hombre.

Y rápidamente agregó: “Por el pantalón, no puede seguir trabajando así. Hagamos una cosa, vaya a su casa a cambiarse y vuelva y le hago el tarifado.”

Clara habló con los superiores del inspector y le completaron el trámite. “Yo me sentí humillada, porque él inclusive cuando hice el tarifado llamó a un chofer varón para decirle: “ve, así tiene que ser, eso es un pantalón de vestir”. Yo he sentido abuso de autoridad de parte de él”, manifestó.

Decidió recurrir al poder Judicial. La defensora civil, Silvia Pini, tomó su caso. Tramitaron la denuncia para que cese el hostigamiento, a través de la ley 2786 de violencia de género, que le permite a los magistrados tomar medidas preventivas. La jueza Elizabeth García Fleiss hizo lugar al pedido que consistía básicamente en que cesen las conductas del inspector, y que se comunicara lo sucedido a su lugar de trabajo. El hombre apeló. Aseguró que “cumplió con su deber” y que la medida solo “influirá en su concepto y calificación ante su empleador, lo que podría relegarlo en eventuales ascensos en su carrera”.

La Cámara Civil- integrada por José Noacco y Patricia Clérici– dejó este año sin efecto el libramiento del oficio a la dirección de Transporte. Noacco señaló que “más allá que le queda un reproche a la conducta del denunciado” no se advierte que la actuación “hubiera sido impuesta contra la mujer por el solo hecho de ser tal, ni importen per se un trato discriminatorio.”

A Clara nunca la notificaron de esta decisión. Insistió: “es absolutamente injusta. Yo a él no le deseo ninguna cosa mala, pero quiero sentar precedente para que se tenga en cuenta como se nos trata a los trabajadores fundamentalmente. Y esto tiene que ver con las mujeres mucho más.”


El reglamento


• La vestimenta de los conductores de remisses está reglamentada. La dirección de Transporte municipal dispuso una división de “indumentaria masculina y femenina”.

• La “indumentaria femenina” para la temporada de verano 2018/2019 incluye “camisas, camisolas, remeras y/o musculosas de corte cerrado en el escote” sin inscripciones políticas y/o deportivas.

• Establece la prohibición de “prendas transparentes y/o que posean exceso de “escote.”

• Se admiten pantalones que “van desde la cintura hasta los talones, y pantalones denominados tipo “capry, corsarios o pescadores”, con terminación de largo de piernas, cerca de media pantorrilla y/o justo bajo la “media pierna.” Está prohibida la utilización de ropa deportiva y/o calzas.

• La “indumentaria masculina” debe ser: pantalón de vestir, camisa o chomba sin inscripciones políticas, deportivas “ni que afecten la moral y las buenas costumbres” y zapatos. Podrá agregar “suéter, pullover o campera, todo ello higienizado y en buen estado.”


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