Una vez más la Facultad de Roca perdió de todo a mano de ladrones

Esta vez le tocó a la Sala de Informática. Durante la madrugada de ayer desconocidos ingresaron al edificio sin forzar puertas principales. Luego vencieron el acceso al lugar con más equipamiento tecnológico y cargaron una decena de CPU, tres monitores, dos teclados y un mouse. Indignación.

Espacios vacíos en la sala de infor-mática de la facultad roquense, luego de la presencia de ladrones.
ROCA (AR) .- La Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Roca volvió a ser blanco del accionar de delincuentes, en un predio que cada día se parece más a una «tierra de nadie». En efecto, en la madrugada de ayer, desconocidos ingresaron en la Sala de Informática de la universidad y lograron sustraer entre 9 y 10 CPU de computadora y unos tres monitores, además de dos teclados y un mouse.

El robo se habría producido entre las 4.15 y las 4.45 de ayer, al parecer mientras el sereno a cargo de la protección se encontraba en otro sector del predio universitario. Los malvivientes ingresaron tras forzar el candado de un portón ubicado sobre la calle Venezuela. Por la cantidad de equipos sustraídos, se trataría de tres o más personas, que se movieron con total tranquilidad y dispusieron de uno o más vehículos para llevarse el botín.

Lo llamativo del caso es que los ladrones ingresaron al edificio principal sin forzar las puertas, por lo que se deduce que tendrían una copia de la llave o que contarían con la complicidad de algún empleado que se desempeña en la Facultad.

Ya en el interior de la Facultad, los ladrones vencieron con una barreta o un elemento similar la puerta de la Sala de Informática y actuaron con tranquilidad para desenchufar los cables de los equipos informáticos.

De hecho, tendrían conocimientos de computación, a juzgar por la «selección» de los CPU sustraídos, que serían de maquinarias Pentium I, II y III.

Dentro de todo lo malo, hubo algunos elementos que no fueron robados y ayer quedaron a resguardo en otra dependencia.

La investigación estuvo a cargo de efectivos de la Policía Federal y de la División Criminalística de la Policía de Río Negro.

Una fuente de la fuerza federal confirmó la sustracción de los insumos citados, aunque precisó que no se tenían mayores elementos para orientar posibles allanamientos o detenciones.

Muchas de las sospechas estuvieron orientadas hacia el sereno encargado de la vigilancia durante la noche del robo, según se constató en la casa de altos estudios ya que «es el mismo que se desempeñó durante varios de los saqueos ocurridos en los últimos meses», se afirmó. De hecho, el empleado fue sancionado con treinta días de suspensión tras el hecho de ayer.

Las pérdidas de ayer se sumaron a una larga lista de desapariciones ocurridas en los últimos meses, en un claustro que atraviesa por una crítica situación económica y presupuestaria.

En escaso tiempo, la Facultad de Roca sufrió el robo de al menos tres cámaras de video de la sala de Comunicación Audiovisual, un fichero para registrar el ingreso y egreso de empleados, tres computadoras del Departamento de Publicaciones y del de Alumnos y una impresora láser de última generación de la Sala de Informática, aunque en aquella oportunidad los ladrones ingresaron sin forzar la puerta.

El robo produjo desazón e indignación en el ámbito académico, ya que se trata de una cuantiosa pérdida material en una sala que había sido instalada con mucho esfuerzo, y que era utilizada por gran cantidad de estudiantes para tareas de redacción, diseño gráfico y consultas de Internet.

Desolados, con mucha bronca

Un sentimiento demoledor evidenciaban ayer a la mañana la mayoría de los docentes y no docentes de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNC. «Este lugar parece tierra de nadie», reconocía la mayoría de sus trabajadores. «¡Basta, por favor!», agregaban. «El vaciamiento, este año sobre todo, ha sido impresionante. Los amigos de lo ajeno no tuvieron nunca una mínima señal que los delatara, los asustara, los sancionara de parte de quienes gobiernan esta facultad», denunciaban al mismo tiempo.

Uno de los docentes, también desolado, decía que «todas las soluciones que se presentan como alternativa para dar seguridad a las instalaciones y sus equipamientos fueron rechazadas una a una. A cambio, obviamente, no se propuso nunca nada». «Pareciera que esta Facultad no le interesa a nadie; ocurre que los funcionarios pasan, pero nosotros seguimos quedando acá, porque nuestro trabajo es este. No somos de paso», expresó otro colega suyo.

Tanto docentes como no docentes coincidieron ayer en un dato que también saltó en la larga lista de robos que hubo este año: la computadoras fueron robadas un día antes que pusieran un sistema de seguridad en la sala. «Es decir, acá hay complicidades internas. Hay tráfico de información. Esto es lo más grave. Incluso rondan nombres de sospechosos. Pero en esta facultad nunca se prueba ningún delito de robo. Quienes robaron ayer no forzaron ninguna puerta: tenían llaves o sabían como abrirla, sin ningún problema», concluyó otro docente que lleva años dictando clases en la UNC de Roca y que esta «abatido por la impunidad de muchos y de la terquedad obstinada de quienes dicen dirigir los destinos de esta facultad». ¿Por qué terquedad? «Porque uno puede pensar de un modo, pero cuando la realidad te demuestra la contrario a lo largo de todo un año, como mínimo habría que considerar otras posturas para dotar de seguridad a nuestro lugar de trabajo. Y esto no se hace», concluyó el profesor universitario, abriendo un debate que no se dio en el 2002: «¿qué intereses operan para que se robe constantemente, con tanto desparpajo? El vaciamiento de lo público también es ésto».


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