“Vamos por una gestión que ayude a construir ciudadanía”
La Defensora del Pueblo de Bariloche, Analía Woloszczuk, lleva un mes y medio en el cargo, tras la polémica designación. Se fijó los objetivos a corto y largo plazo, con el eje en la participación y gestión. Transporte, medio ambiente y tierras, los primeros temas en la agenda.
Analía Woloszczuk, es abogada especializada en derecho ambiental y temática de género. Foto: Chino Leiva
Superado el traumático proceso de elección -que incluyó el vencimiento de los plazos, ásperas discusiones en el Concejo y una derivación judicial todavía no saldada- la Defensora del Pueblo municipal Analía Woloszczuk cumple hoy 46 días en el cargo, al que definió como “una herramienta importantísima para la comunidad”.
En lo inmediato su propósito es realizar un “relanzamiento” de la Defensoría, que acumula en Bariloche una historia de 12 años, y señaló que su gestión apuntará en lo esencial a “construir ciudadanía”.
También mencionó otras prioridades como las de profundizar en los temas ambientales y aplicar en todo “una mirada transversal desde la perspectiva de género”. Dijo que en esto último queda mucho por hacer y el Estado debería incorporar “categorías de análisis que contemplen la particularidad de los hombres, las mujeres y las diversidades sexuales”.
Woloszczuk es abogada, tiene 50 años, y registra antecedentes en la función pública como agente del ministerio de Familia de Río Negro y asesora de la exconcejal Carmen Giménez (Partido Socialista). Ejerció la profesión en su estudio particular, fue docente de nivel medio, también profesora de derecho ambiental en la UNRN y tiene dos máster de la Universidad de Huelva (España) en Derecho Ambiental y en estudios de Género, Identidades y Ciudadanía. Hoy prepara su doctorado.
Su nombramiento estuvo precedido de polémica porque en los papeles no cumplía con la residencia obligatoria inmediata de tres años en Bariloche, ya que vivió en España por razones de estudio entre 2018 y 2020. Pero finalmente prevaleció un criterio amplio para evaluar ese requisito y los concejales reunieron los ocho votos para designarla Defensora.
Woloszczuk dijo que con la historia construida desde sus inicios, la Defensoría “ya está instalada entre los vecinos, y cada vez va a ir creciendo más”.
Señaló que “más allá de la consulta individual, la Defensoría está muy vinculada con organizaciones de la sociedad civil” y uno de sus “pilares” es el servicio de mediación comunitaria, al que diferenció de la mediación prejudicial obligatoria o la mediación escolar.
Según Woloszczuk, es importante que los vecinos valoren de la Defensoría su capacidad para el acceso irrestricto a la información, que muchas veces es imposible obtener de otra forma.
“La Defensora la pide a cualquier área del Estado y no se la pueden negar. De la misma manera, puede estar presente en cualquier tipo de reunión sobre temas que afecten a la comunidad”, afirmó.
Entendió que la tarea a su cargo es compleja en ciudades como Bariloche, porque “hay mucha superposición de jurisdicciones” y temas ríspidos en los que es necesario “escuchar, acompañar y darles un encuadre jurídico”.
Agenda diversificada
En un rápido repaso de lo que ya identificó como mayores preocupaciones de los vecinos dijo que “sin dudas están el vertedero y todo lo relacionado con la gestión de residuos domiciliarios”, los servicios públicos (con el transporte en primer lugar) y eldéficit habitacional. Esto último, dijo la Defensora, “está además relacionado íntimamente con lo ambiental”.
Señaló que ya mantuvo reuniones con organizaciones vecinales por el tema de viviendas y encaminó gestiones ante el Instituto Municipal de Tierras y Viviendas.
Dijo también que la situación del transporte urbano es un tema de “máxima prioridad”. Afirmó que sigue de cerca el plan de reestructuración que puso en marcha el Ejecutivo municipal y que le preocupa especialmente que se atiendan los derechos de viajar para las personas con discapacidad.
Período
- 4 años de gestión
- por delante tiene la actual defensora, que presentó un proyecto para llevar adelante en el organismo, con impronta propia.
Al mismo tiempo comenzó a participar de las reuniones periódicas que convoca el Observatorio del Derecho a la Ciudad enfocados en la expansión urbanística hacia el oeste y la afectación del bosque nativo.
Sobre esto último, Woloszczuk sostuvo que “hay mucha normativa y hay que desentrañar el tema desde lo jurídico” para ver qué inversiones tienen viabilidad y cuáles no, pero advirtió que “la participación ciudadana es importante” y de allí se desprende la necesidad de lograr “licencia social” para avanzar con ciertos emprendimientos, aunque en lo formal cumplan con la ley.
Subrayó que estos últimos condicionamientos son emergentes nuevos de una conciencia ambientalista que años atrás no existían y que deben ser incorporados. “La gente tiene un conocimiento y lo aporta. Es muy bueno y saludable que quieran participar”.
Señaló que desde esa nueva voluntad de opinar e incidir “surgen ciertos límites al crecimiento y conceptos como el de desarrollo sostenible”, al que la Defensora se propone dedicar especial atención.
La Defensoria no puede exigir ni sancionar a funcionarios del poder político, pero sí efectuar “recomendaciones”. Woloszczuk dijo que ya trabaja en dos presentaciones de ese tipo, vinculadas con la accesibilidad del transporte para las personas con discapacidad y sobre “la perspectiva de género en las normativas” municipales.
Aseguró que al cabo de sus cuatro años en la Defensoría le gustaría dejar “una institución de respuestas, de resolución de conflictos, de cercanía con la gente”, con una especial dedicación a “las personas vulnerables”.
La Defensora Analía Woloszczuk destacó más de una vez durante la entrevista que su rol no es individual sino que forma parte de un “equipo”, en cuya conformación asumió una directa injerencia, ya que la Defensoría tiene una mínima proporción de empleados de planta, más baja que en cualquier otro organismo municipal.
Woloszczuk defendió la “idoneidad” como principal criterio para armar ese plantel. Pero la selección no depende de un concurso con jurado independiente, sino que su opinión personal es determinante.
La funcionaria no supo decir con precisión cuánta gente trabaja bajo su dirección, pero según el último detalle publicado por el Ejecutivo en en el presupuesto 2021, el organismo funciona con 14 empleados, de los cuales el 80% tiene designación política. Estos datos pertenecen al plan de gestión que había diseñado la anterior defensora Beatriz Oñate, cuyo mandato culminó en mayo.
Durante la audiencia pública en la que expusieron todos los candidatos a Defensor del Pueblo y también luego en el debate generado en el Concejo surgieron iniciativas para modificar la forma de elección y establecer un sistema de voto popular.
Woloszczuk opinó que el actual sistema no le resta legitimidad, porque “todos los concejales están representando ciudadanos”. Y que en todo caso habría que mejorar los criterios a la hora de votar esos cargos o bien que “cuando hagan campaña digan explícitamente qué van a hacer con la Defensoría”.
Señaló que para cambiar la Carta Orgánica e imponer una elección del cargo por voto directo “bastaría con una enmienda” y cualquier organización política la podría impulsar.
“Estoy en funciones, legitimada por una ordenanza”, aseguró la Defensora. Sobre la controversia en torno a su radicación temporal en España en los años recientes, dijo que a su juicio correspondía aplicar el criterio de “residencia habitual” previsto en el Código Civil con la reforma de 2015. Señaló que ella mantuvo esa condición sin cambio alguno desde 2000, cuando llegó a Bariloche. Agregó que lo importante es tener demostrada “inserción en la comunidad”.
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