Venus volvió en una final para la historia
Salvó un match point y venció a Davenport.
Venus está de vuelta. A casi cuatro años de su último título de Grand Slam, la mayor de las Williams venció ayer a Lindsay Davenport, por 4-6, 7-6 (4) y 9-7, y le agregó muchos datos a su rica historia.
Sumó su tercer Wimbledon (había ganado en 2000 y 2001) y se convirtió en la primera mujer desde 1935 en ganar el título después de enfrentar un match point en la final.
Para hacerla completa y marchar derechito a los libros de los récords, lo hizo en la definición femenina más larga de la historia de Wimbledon. Fueron 2 horas y 45 minutos.
El partido estuvo cargado de emoción y concluyó con el tercer set más extenso del césped londinense, desde que Louise Brough dejó en el camino a Margaret Osborne DuPont por 10-8, 1-6, 10-8 en 1949.
Al promediar el tercer parcial, Davenport sufrió dolores de espalda y requirió atención de un preparador físico cuando iba al frente 4-3.
Se puso a un punto del triunfo con el set 5-4, pero Williams mantuvo el partido con vida al conectar un winner de revés y luego se apuntó otro para ganar el game cuando iban 5-5.
En el 7-7 y para seguir con el tema de las «extensiones», las estadounidenses necesitaron de 25 raquetazos para definir un punto. Fue, ni más ni menos que la síntesis de un partidazo.
A ese ritmo, estaba claro que la que menos se equivocaba, se quedaba con toda la gloria. Con el marcador 40 iguales en el último game, Williams acertó dos veces seguidas y concluyó su trabajo.
Después, llegó la hora de festejar. Recibió el tradicional trofeo y un cheque de más de un millón de dólares. Davenport, desolada, debió «conformarse» con el premio menor y 531.000 dólares.
Al margen de la tranquilidad que aseguran los billetes, lo más importante para Venus es su vuelta a los primeros planos del circuito de la WTA.
Con 25 años, tiene para varias temporadas en el más alto nivel, pero necesitaba un impacto como este, porque no jugaba una final de Grand Slam desde la derrota en el 2003 ante su hermana Serena.
Distinto el es panorama para Davenport, que ya mencionó la palabra retiro e, incluso, arrastra problemas físicos que suelen complicarle la vida.
La número uno del mundo ganó en All England Club en 1999, pero ayer dejó pasar la oportunidad de repetir y si bien se sostiene en lo más alto, su futuro es incierto. (DPA/AN)
«Mantenerme con vida»
«Hubo muchos momentos en que sólo trataba de mantenerme con vida en el partido''. Venus Williams, agotada pero feliz, le habló a la multitud y al toque recordó a Davenport: «Realmente no podría haber tenido una mejor contrincante para mejorar mi nivel''.
Después, más melancólica y mientras miraba a los suyos, manifestó: «Gracias a Dios por dejarme estar sana y por permitir a mi familia estar conmigo».
Y agregó que «uno nunca sabe lo que la vida le va a dar. Cada día espero que salga el sol, eso es todo por estos días».
Sobre el partido comentó que «Lindsay jugó tan bien, que estuvo cerca de la victoria y así lo marca el resultado. Fue una final muy tensa, jugada al límite, en la que había que equivocarse lo menos posible».
La número uno y campeona de Wimbledon en 1999 también habló y le tiró flores a su rival. «Cada vez que Venus tenía todo en contra jugaba increíble. No me dejó aprovechar ninguna de las chances'', afirmó.
Además, no consideró que sus problemas de espalda hayan sido un factor decisivo en la derrota: «Siento que jugué muy bien y tuve muchas oportunidades, pero considero que ella nunca me dejó definirlas''. (DPA/AN)
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