Viedma: de jubilada, Rosana pasó a ser diseñadora de té

Las combinaciones más exquisitas de infusiones siempre se logran con mucho conocimiento y alto espíritu emprendedor.

A  Rosana Zublin su jubilación docente le cayó como anillo al dedo, y el reto de diseñar té, con varios aromas, le significó buscar su propio modelo de negocio. Y le  viene funcionando a las mil maravillas.

Luego de una capacitación su proyecto cobró vida en la Planta Almería. Este establecimiento de procesamiento comunitario de alimentos resultó  ideal ya que tiene toda una buena infraestructura  como para elaborar distintas producciones. Cuenta con cocina industrial, envasadora, tapadora y sistema de esterilización de frascos, con las correspondientes habilitaciones del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y la municipalidad de Viedma.

Rosana en una de sus tantas presencias en ferias de emprendedores.

Sobre la ocurrencia de este espacio comercial, reveló que “estaba atravesando una situación privada (de su jubilación como docente del idioma inglés) y encontré esta salida cuando empecé a incursionar y averiguar hasta que llegué a esta iniciativa, y que resultó una belleza y encontré mucha paz y placer”.

Para ello, puso toda su energía propia para conseguir transformarse en diseñadora de té logrando ahora sus propios blends con aprobación bromatológica. Su musa inspiradora fue Laura Pausa Vogel, una doctora en química (UBA) y docente de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), quien heredó un libreto de su familia de tealeros misioneros, y es diseñadora de “El gato negro” de Buenos Aires.

La municipalidad capitalina le permitió registrar ocho variedades a las denominó, desde el punto de vista comercial, destacándose “Armonía estival” con base en pimienta rosa entre otros productos, “Atardecer de la riviera” con pétalos de rosa, “Del Currú Leuvú” con canela y pimienta negra, “Tranquilidad en las orillas” con caléndula, entre otras. Las hebras son nacionales, y de alta calidad, salvo el rooibox que es importado.

“Estoy deseosa de seguir compartiéndolo porque son  sabores muy ricos, que hacen bien”, resalta.

Estos productos “delicateseen” tienen salida como regalos protocolares de la comuna y se pueden apreciar habitualmente en distintos eventos de carácter popular con que cuenta la ciudad. También se puede conseguir en algunas casas especializadas de la ciudad.

La marca “Te del río” conlleva un mensaje. La emprendedora argumenta que “es una forma de devolver a Viedma lo que me ha dado todos estos años porque soy de Bahía Blanca aunque me crié y formé en esta ciudad, y de hecho está que la mayoría de los nombres de las variedades se inspiran con el río”. Insiste en que “todo tiene que ver con el río”.

Rosana cuenta con el apoyo familiar de su hijo Gerardo, un estudiante de Arquitectura quien le diseñó la presentación trazando una perspectiva del puente ferrocarretero.

Aclara que “este sentimiento –de ayuda- tiene que ver con el amor que uno le pone a las cosas” porque  no sólo está vinculado a la familia, sino que además “el puente es un lugar representativo del lugar”.

En cuanto a qué representa para ella este emprendimiento, lo califica de especial. “Realmente es un placer ponerse a pensar como lográs satisfacer a las personas,  y más que nada para mí, es un mimo para ellas porque desde el aporte de una taza de té se puede mejorar el estado de ánimo o convertirse en un momento en que se puede agasajar a alguien. Está vinculado a lo emotivo y al querer que la otra persona esté contenta cuando abra ese paquete de té, lo prepare y lo deguste”, concluye.

Agencia Viedma


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