Violencia hospitalaria en el Zatti
Una enfermera fue agredida ayer jueves por un paciente del área de Salud Mental.
Sociedad
La denuncia de una enfermera del hospital Zatti, sobre que fue golpeada por un paciente de salud mental, dejó al desnudo la problemática subyacente por la que atraviesan los trabajadores de ese nosocomio. Preocupa que los pacientes de ese sector compartan sala con internados por otras afecciones.
La enfermera Cristina Quepil intentó ayer suministrarle medicamentos a un paciente que padece problemas mentales, y según su testimonio, al no contar con todo el cóctel -ante la falta de stock en la farmacia- le anticipó esta situación a su atendido y éste le respondió con un golpe.
La mujer, cuando logró reponerse, abandonó rápidamente la sala y comunicó este acontecimiento a la jefa del área, Silvia Lara, y a la directora Nancy Andaloro. A raíz de este hecho conflictivo, decidió radicar una denuncia en la Comisaría Primera de esta capital.
Allegados a la trabajadora transmitieron a DeViedma la inquietud reinante respecto de la integridad y seguridad para los trabajadores porque “pareciera que se olvidan que los trabajadores también tienen derechos”.
Al respecto, el Coordinador de Salud Mental de la Provincia de Río Negro, Enrique García Díaz, consideró que “no estamos dentro de casos en los que los pacientes provocan desmanes todos los días” aclarando paralelamente que “no atendemos máquinas, ni estamos apilando bulones, sino que se trata de contener a seres humanos con distintos tipos de reacciones; y también le puede pasar en su trabajo a un colectivero o al cajero de un supermercado”.
Añadió que hay un protocolo de actuación, “cualquiera que está dentro de un hospital puede estar en riesgo, y si lográmos situaciones presupuestarias -después de lo que pasó en esta Provincia- se podría avanzar en salas acondicionadas especialmente aunque la separación física tampoco es garantía”.
Estos problemas también repercutieron con otros sectores laborales del nosocomio como el personal de servicios generales. No es la primera vez que ocurre una situación controversial de esta naturaleza.
En más de una oportunidad suele mezclarse el sufrimiento de algunos convalecientes con quienes, en las salas, practican la falta de convivencia en cuestiones domésticas e íntimas; de acuerdo a las denuncias recogidas ayer por este medio. Algunos empleados se han preocupado por reunir registros fotográficos de este tipo de trances como el hecho de que se apilen “colillas” de cigarrillo o parvas de yerba usada.
DeViedma
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