De Puerto Madryn a Península Valdés, el día que un fotógrafo encontró lo que soñaba

Maxi Jonas viajó con la esperanza de poder fotografiar a las orcas, pero lo que vio superó lo que imaginaba. Crónica de un domingo que no olvidará y con un gran premio: las primeras fotos de una orca bebé en una gran temporada de avistaje en la costa de Chubut.

Orcas al ataque en Península Valdés. Varan para cazar lobitos marinos, en este caso sin suerte en Punta Norte. Fotos: Maxi Jonas.

Ese domingo que no olvidarán arrancó de madrugada para Maxi y Meli en Puerto Madryn. El fotógrafo y su compañera de aventuras habían planeado salir a las 5 hacia Punta Norte con la ilusión de poder registrar a las orcas en el comienzo de la temporada, en este paraíso de la Patagonia donde los predadores más astutos y poderosos del planeta surcan las aguas del Atlántico para llegar puntuales a la cita y varan para cazar crías de lobos marinos que nadan desprevenidas a metros de la orilla. Las más afortunadas sobrevivirán a los ataques de las gigantes de cuatro toneladas que aprendieron a varar apenas lo necesario para poder volver al mar con su presa casi en el mismo movimiento, si tuvieron éxito en el intento. Es una asombrosa secuencia de naturaleza en estado puro, como si vieras en vivo a metros de donde ocurre un documental de National Geographic, de esos que los camarógrafos se pasan cuatro meses en el mismo lugar para cazar su propia presa, esa con la que sueñan cuando apoyan la cabeza en la almohada, la escena salvaje perfecta. Esa increíble técnica de las orcas atrae a turistas y científicos de todo el mundo a la costa de Chubut, que ofrece sus miradores para que la aprecien en toda su impresionante dimensión. Con un pequeño gran detalle: nada garantiza verlas, ni aunque te encomiendes a todos los santos marinos. Aunque esta temporada hubo avistajes casi todos los días, nunca es seguro, hay que tomar el riesgo: cuando lo ves, no lo olvidás. Y Maxi Jonas estaba de buenas ese domingo.

Zafó. Este lobito marino le escapó por centímetros y el topetazó lo hizo volar.

“Las orcas están viniendo desde el sur”

De Madryn a Punta Norte hay 170 kilómetros. Los primeros 100 asfaltados, hasta el cruce hacia Puerto Pirámides. Los últimos 70 de ripio. Ahí, cuando desaparece la señal, es el tramo preferido para Maxi: sin otra conexión, es más profundo el vínculo con esa Patagonia agreste y profunda que se despliega ante sus ojos y su cámara. Meli estaba a cargo del mate y la música tranqui para acompañar las primeras luces del día.


Su novio levantó el pie del acelerador: había cientos de guanacos en el camino. Sobrevolaban aguiluchos y halconcitos, aparecían a lo lejos zorritos y maras, algún solitario ñandú.


Vieron muchos guanacos camino a Punta Norte.


Por tramos sintonizaban la radio AM. Al fotógrafo le gusta escuchar los mensajes para los pobladores rurales. Si leen, por ejemplo, para Don González en zona de Bajada del Diablo su familia le desea que pase un muy feliz cumpleaños, no le pasa desapercibido.


-Vas mirando las interminables llanuras de la Patagonia y te imaginas la soledad de ese hombre pegado a la radio a ver si llega algún mensaje para él -dice. Pero ese domingo, tenía otro objetivo en mente.

-¿Estarán? -preguntó mientras bajaba un poquito el volumen.
-Ojalá -respondió Meli. Desde que instalaron las cámaras en vivo en el Área Natural Protegida Península Valdés, Maxi trata de no mirar el monitor de la computadora todo el tiempo en el departamento en Puerto Madryn, o el celular en el rato libre en una cobertura o en el semáforo mientras de reojo espía si llegaron las ballenas adelantadas como esa vez que filmó un salto antes de que pasara de rojo a verde.


No puede evitar darse manija, aunque ya tenga 14 temporadas encima, porque conoce a las orcas por su nombre, sabe de las matriarcas, de las herederas, de las nietas, vibra cuando aparece una nueva cría y las más grandes le enseñan la técnica para alimentarse, comparte sus imágenes para que Península Valdés Orcas Research (PVOR) identifique a cada una por las marcas y señas que las distinguen.


Entonces, antes de salir, se promete ir a disfrutar aunque no haya orcas, pero en el fondo sabe que sino aparecen se va a sentir como el nueve en un domingo sin goles. Y entonces llega, estaciona y ve que el guardafauna sale de caseta y camina rápido hacia ellos. Dice exactamente lo que quería escuchar.

La primera foto al llegar a Punta Norte.


-Están viniendo las orcas desde el sur-. Maxi y Meli se miraron, sonrieron, agarraron los bolsos y tras una rápida escala en el baño (última chance) fueron a tomar posición al puesto de observación donde pasarían el domingo. Ella en el mirador. Él, en la playa, en el lugar donde está habilitado para ubicarse como fotógrafo. Se llama canal de ataque.

El fotógrafo Maxi Jonas, Lara, la veedora de Turismo y Luciano, colega de Mar del Plata, en el canal de ataque en Punta Norte.

Las primeras fotos del día, con el contraluz de la mañana del domingo.


Maxi compartió las horas que seguirían con Luciano, un colega de Mar del Plata. Y con Lara, la veedora del Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas. La esperaron para acceder juntos a ese lugar privilegiado.


Cuando se ubicó sobre la arena de cara al canal de ataque aun faltaban unas cinco horas para la marea alta. Pero sucedió la segunda buena noticia del día.

La técnica de varamiento que desarrollaron las orcas atrae visitantes de todo el mundo.

Acostumbrado a que la chance de ver orcas es alrededor de tres horas antes de la marea alta, se sorprendió cuando observó que empezaron a hacer varamientos cuatro horas antes.


Se agrandó la familia: las primeras fotos de una orca bebé


Lo que nunca imaginó es que las orcas se quedarían seis horas en las que sería testigo de la perfecta división de roles de una familia de la que reconocía a todos los integrantes menos uno. Esa era la tercera y gran noticia.


Primero divisó a Pao, el macho gigante que no se acercaba mucho. Por su porte, se le complica para encallar y el riesgo de que se quede varado es alto, explica Maxi. En cambio, se quedaba lejos y patrullaba de una playa a otra, iba y volvía, como si eligiera lugares. Eso parecía. Por momentos, se quedaba al cuidado de la cría.

Los impactantes varamientos de Shekei. Los nombres los eligen chicas y chicos de las escuelas de Chubut.


Mientras tanto, Shekei, la experta en varamientos que cuando capturaba una presa compartía la comida con el resto del clan y para eso la llevaba hasta donde estaba el resto del grupo. «Sino solo comería la que caza», explica Maxi.

Y también estaban Konke y su hija Nova, aquella que nació en la costa de Río Negro en 2021 y fue registrada por el guarda ambiental Fernando Mariño y el reportero gráfico Marcelo Ochoa.

«Y esta es Shekei con Nova, le está enseñando a varar. Nova es el bebé que lograron fotografiar por primera vez en el 2021 los guardas ambientales de Punta Bermeja en Río Negro», dice Maxi

Ese domingo, a Konke el bebé que no se le despegaba. Y mientras tanto, Shekei le enseñaba a varar a Nova. El fotógrafo volvió a asombrarse por cómo se reparten el trabajo. Y enfocó cada vez que pudo al bebé.

«Konke es hija de Jazmín y volvió a tener una cría, su segunda después de Nova, que nació en julio de 2021 en las costas de Río Negro. Damos la bienvenida a esta nueva bebé. Konke tiene 14 años», informó Península Valdés Orcas Research.


Con esas imágenes, Península Valdés Orcas Research determinó que la cría no estaba registrada. «Tuve esa suerte, me emocionó», dice Maxi. Confirmado: se había agrandado la familia. Cada vez que eso sucede, como sobreviven pocas de las que nacen, se alegra toda la cofradía que sigue las aventuras de las orcas.

Ese domingo, durante esas seis horas observaron intentos de cazas exitosos y otros fallidos con lobitos marinos que zafaban por centímetros o volaban rumbo a la orilla empujados por el topetazo que no fue mordisco.


Ese extraordinario espectáculo natural que tanto impresiona a quienes regresan a verlas cada año y que para otros es sangriento. “La caza de las orcas nos puede parecer cruenta, pero es simplemente una puja por la supervivencia donde todos arriesgan, los pequeños lobos y las orcas también”, explica Península Valdés Orcas Research.

Y cita como ejemplo lo que se observó en los últimos días en la costa de Chubut: orcas que apresan lobitos cuando enseñan la técnica y después los sueltan. “Cazan para comer, no por placer”, argumentan.


Una buena temporada de avistaje


Hasta el momento se han avistado orcas casi todos los días en la costa de Chubut.

Entre mediados de febrero y mediados de mayo, es más frecuente desde el Mirador de Punta Norte, ya que es la época del nacimiento de las crías de lobos marinos.


En cambio, en octubre y noviembre crecen las posibilidades de verlas en Caleta Valdés (50 km al sur) ya que en esos meses nacen las crías de elefantes marinos. A veces se las aprecia mejor desde los miradores, en otra desde los canales de ataque. Como sea, siempre es un motivo de alegría para la cofradía.


Como dice Maxi: “Sabemos cuál es cuál, imagínate la emoción de verlas. Es como reencontrarte con familia Y la felicidad cuando, como en este caso, aparece una con un bebé”.


La organización que estudia e identifica a las orcas

Península Valdés Orca Research (PVOR) es una organización internacional con asiento en Península Valdés, Chubut. Su misión es el estudio de la población de orcas que habita esta área protegida a través de la foto-identificación, su comportamiento y sus técnicas especializadas de caza, únicas en el mundo.
“El objetivo es recabar información sobre las orcas y darla a conocer. Porque cuanto más se conoce, más se protege. Por eso invitamos a los chicos a ponerle nombre. Y también queremos desmitificar que son asesinas, solo son carnívoras y tienen que comer», dijo Leoní Gaffet, una de las fundadoras de PVOR.


Lo que hay que saber para ir a ver a las orcas

Puerto Pirámides es la opción más cercana para alojarse a unos 70 km de Punta Norte por ripio. Hay quienes hacen base en Puerto Madryn a 170 km para encarar las excursiones que ofrece la costa de Chubut, entre ellas la de las orcas.

Estos son los tips para el avistaje de orcas que comparte Marcela Fernández, directora de Turismo de Puerto Piramides:

* Chequear la tabla de mareas. Por lo general las orcas aparecen en la marea alta para no quedar varadas al ir a la orilla por su presa.

* Ir dos horas antes de la marea alta y quedarse dos horas después. Aumentas las posibilidades para verlas.

* Tener paciencia. Aunque en los últimos 10 días fue alta la actividad nada garantiza verlas Un viaje de dos o tres días aumenta las posibilidades.

* Elegir un día sin viento norte. Cuando sopla fuerte a las orcas se les complica escuchar el sonido de los lobos que les sirve de guía si hay mucho movimiento en el mar.

* Son animales en libertad. Pueden aparecer en condiciones adversas y no aparecer en condiciones perfectas.

* Desde Puerto Pirámides son entre 60 y 75 minutos a Punta Norte a no más de 60 km /h por el camino de tierra en el que hay que ir con precaución por la presencia de animales.


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