El día a día invernal en Orcadas según Gonzalo Campillo, el jefe la base más antigua de la Antártida

A 1.500 kilómetros de Ushuaia la base Orcadas sigue en pie desde 1904. Entre temperaturas extremas y días de apenas unas horas de luz, su jefe, Gonzalo Campillo, comparte cómo es hacer patria en el fin del mundo.

En la base conjunta Orcadas en la Antártida, el día comienza sin agua. La rutina exige salir a juntar nieve. “Nos levantamos y lo primero que hacemos es hacer agua. Uno en su casa abre la canilla, pero acá vamos todos a cargar cajones con hielo, lo derretimos y lo pasamos a los tanques. Es nuestra primera hora del día”, contó Gonzalo Campillo, jefe de la base ubicada en las islas Orcadas del Sur, a 1.500 kilómetros de Ushuaia.

Escuchá a Gonzalo Campillo, jefe de la base Orcadas, en RÍO NEGRO RADIO:

Quién es el jefe de la base Orcadas


El Capitán de Fragata Gonzalo Campillo está al frente de la base conjunta antártica Orcadas desde enero. Pertenece al Cuerpo Profesional Técnico de la Armada Argentina y es licenciado en Higiene y Seguridad. Ingresó a la Armada en 1994, especializándose en el área de Operaciones.

A lo largo de su carrera prestó servicios en el destructor Heroína, la fragata La Argentina, la División de Corbetas, el Batallón de Seguridad, la Escuela Naval, la Base Naval Puerto Belgrano, el Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada y el Comando Conjunto Antártico, entre otros destinos.

En Orcadas, su función principal es brindar apoyo logístico y garantizar el mantenimiento general de la base para asegurar el desarrollo de las distintas investigaciones científicas durante todo el año. Desde fines de enero, Campillo lidera al grupo de personas que, sin interrupciones, mantienen viva la presencia argentina en uno de los rincones más australes del mundo.

Paisajes congelados y un silencio imponente: el invierno antártico transforma por completo el entorno de la base Orcadas. Foto Argentina.gob.ar

Con 129 años de historia, Orcadas es la base más antigua de la Antártida y fue la primera estación científica permanente del continente blanco. Hoy, en pleno invierno, los días de luz son escasos: “El sol sale a eso de las 8:45 y se va cerca de las 15. Es el tiempo que tenemos para todas las actividades del día”, agregó.

Cuando cae la noche -larga, helada, silenciosa- las tareas cambian: “Por la tarde hacemos trabajos internos, sobre todo aseguramos que funcionen los generadores, que haya electricidad y calefacción. Son los servicios básicos para pasar bien la noche”. Así lo explicó en una entrevista periodística en el programa «Marca Patagonia» de RÍO NEGRO RADIO.

Cada jornada comienza juntando nieve para derretir y obtener agua. En la Antártida, nada es automático. Foto Argentina.gob.ar

El desafío cruzar el temible pasaje de Drake


Llegar hasta allí no es sencillo. Cada campaña antártica implica meses de preparación y una logística que combina vuelos y navegación en condiciones extremas. “La campaña tiene tres etapas: primero se hace el relevo de personal en Marambio con los aviones Hércules. Luego vienen dos etapas con el rompehielos Almirante Irízar, que zarpan desde Buenos Aires o desde Ushuaia, según el año”, explicó.

La dotación llegó en dos tandas. La primera partió el 30 de noviembre; la segunda, el 28 de enero. Pero todos, sin excepción, deben atravesar uno de los lugares más temidos del planeta para los navegantes: el pasaje de Drake.

El pasaje de de Drake, uno de los lugares más mortíferos de la Tierra, según National Geographic.

“Allí se cruzan el Atlántico y el Pacífico sin ninguna costa que amortigüe el viento. Hay olas de 12 metros en adelante. Es agua gélida. Me parece que es el lugar de mayor terror para los capitanes que navegan barcos. Si uno no lo cruza en la ventana meteorológica adecuada, la puede pasar muy mal”, resumió.

A fines del siglo XVIII, tres buques ingleses desaparecieron ahí, se los llevó un temporal. No existían los instrumentos que tenemos hoy», destacó, «por eso, con toda la tecnología satelital y los pronósticos meteorológicos, intentamos cruzarlo en el mejor momento posible. Lo ideal son 48 horas, porque tiene 800 km de ancho por 1000 de largo. Si tardás más, no la pasás bien”.

La primera base antártica: «somos ‘cinco’ en el medio de la nada»


Orcadas no es como Esperanza, que tiene escuela, niños y nacimientos registrados. Aquí no hay familias. Hay una dotación militar, científica y técnica, dedicada por completo a mantener viva la base y asistir a los investigadores. “Es un lugar inhóspito, pero histórico. Tenemos 129 años de presencia ininterrumpida. Es la primera base antártica y fue la única durante casi 40 años», dijo Campillo.

Desde Orcadas se emiten datos meteorológicos clave para los pronósticos argentinos. La base cuenta con 120 años de historia científica. Foto Argentina.gob.ar

Uno de los sitios más emblemáticos es la casa donde vivió Juan Manuel Moneta que invernó en los años 20 en tres períodos y escribió el libro «Cuatro años en las Orcadas del Sur». “Lo que él contaba en aquel libro es lo que vivimos ahora. Esta parte de la isla es un istmo, un brazo de tierra entre dos bahías, la Uruguay y la Scotia. Hoy están completamente congeladas. No hay vida. Se fueron los animales. Los únicos que quedamos somos nosotros. Y eso él ya lo había escrito hace 100 años: ‘Somos cinco en el medio de la nada’. Así nos sentimos ahora”.

Rutinas, frío y entretenimiento


Afuera, el clima puede llegar a los 25 grados bajo cero, con viento seco que obliga a estar bien abirgado. Aun así, las patrullas de montaña siguen saliendo al menos una vez por semana para dar apoyo logístico a los científicos. Hay dos refugios montados en zonas alejadas, pensados como puntos de seguridad en caso de que algo salga mal durante una expedición.

Puertas adentro, el ritmo de trabajo se mantiene de lunes a sábado. “Lo importante es estar ocupado. Hay tareas de mantenimiento, carpintería, electricidad, vehículos… cosas que uno en el continente no hace, pero acá aprendemos”, cuenta el jefe de base.

Mantenimiento, vigilancia de generadores y apoyo a la ciencia: la rutina en Orcadas exige constancia y trabajo en equipo. Foto Argentina.gob.ar

En los momentos libres hay metegol, pool, juegos de mesa, gimnasio y algunas películas. Pero la novedad más valorada es la conexión a internet vía Starlink, que fue instalada recientemente. “Poder mirar una serie, una película, aglo normal, todo eso ayuda muchísimo al bienestar. Este año fue muy especial por eso”, admitió.

El pasado 21 de junio, con motivo del solsticio de invierno, celebraron el Día de la Confraternidad Antártica, una ceremonia compartida por todas las bases de distintos países. “Es el inicio simbólico de la gestión antártica de invierno. Compartimos empanadas, hicimos algo especial. Cuando juega la selección o River y Boca también se juntan a ver los partidos y siempre hay algo para comer.

El regreso está previsto para febrero. Será a bordo del rompehielo, que llegará para hacer el relevo de la dotación y luego continuará rumbo a Belgrano II, la base más austral del país. Desde allí, las opciones para volver son dos: en rompehielos hasta Ushuaia, o vía aérea desde Marambio.

Mientras tanto, la vida sigue en Orcadas. Campillo, oriundo de Punta Alta, cerca de Puerto Belgrano, valora la experiencia a pesar de las dificultades. “Lo que más se extraña son los amigos y la familia. Pero estamos bien. Tenemos buena comida, un gran cocinero. Y muchas cosas nuevas por aprender. Eso te mantiene en movimiento”. Frente a las bahías congeladas, en la base más antigua de la Antártida, hay argentinos que sostienen todos los días un proyecto de soberanía y ciencia en el fin del mundo.

Base Orcadas: historia y presente de una presencia centenaria en la Antártida


La Base Orcadas está ubicada en la isla Laurie de las Orcadas del Sur y es la más antigua del continente antártico con ocupación humana continua. Fue inaugurada el 1 de abril de 1903 por la Expedición Escocesa de William Speirs Bruce, y transferida a la Argentina el 22 de febrero de 1904.

La base quedó bajo la órbita de la Oficina Meteorológica Argentina. Entre la dotación inicial estuvo Hugo Acuña, considerado el primer invernante argentino, quien dejó testimonio de su experiencia en un diario personal.

Durante décadas, Orcadas fue la única base argentina en la Antártida y la única ocupación permanente en las islas del archipiélago. Foto archivo.

La expedición escocesa había construido un observatorio en 1903. Dos años después se sumó una casa moderna que hoy es el museo «Casa Moneta» en homenaje al técnico del Servicio Meteorológico y diplomático argentino, José Manuel Moneta. Este hombre invernó cuatro años ahí y a partir de su experiencia escribió un libro («Cuatro años en las Orcadas del Sur») y filmó en 1927 un documental («Entre los hielos de las Islas Orcadas»).

Desde Orcadas se emiten datos meteorológicos clave para los pronósticos argentinos. La base cuenta con 120 años de historia científica. Foto archivo.

En 1927 se instaló la primera estación radiotelegráfica de la Antártida, que permitió concretar la primera comunicación radial con el contienente. Esto convirtió a Orcadas en una pieza clave para los pronósticos meteorológicos nacionales. Durante cuarenta años fue la única base argentina y la única presencia humana estable en las islas Orcadas del Sur.

Desde 1952 está bajo control de la Armada Argentina. En la actualidad, científicos de la Dirección Nacional del Antártico, el Instituto Antártico Argentino y otras instituciones realizan investigaciones en meteorología, geología, glaciología, magnetismo, atmósfera y biología, con base en el Laboratorio Antártico Multidisciplinario Orcadas (LABORC).

Ubicada entre la bahía Scotia y la bahía Uruguay, la base Orcadas sostiene desde 1904 la presencia argentina más antigua en el continente blanco. Foto Argentina.gob.ar

Marca Patagonia es un programa de RÍO NEGRO RADIO que conducen Checho Arregui y Naira Torres Bel con la producción de Gabriel Dal Piva, de lunes a viernes de 15 a 17.