El diario del «Yeti de Copahue»: bajo 7 metros de nieve, así festeja su cumple Nico

Es el único poblador de la villa termal neuquina que queda tapada por la nieve en el invierno. Ahora excavó parar salir por la ventana y esquiar hasta el almacen en Caviahue. Necesitaba provisiones: mañana cumple años. No te pierdas sus fotos y video.

En Copahue ya hay siete metros de nieve y para poder salir abrió la ventana y paleó y paleó hasta llegar a la superficie. Así son las cosas para Nico Canter, el único habitante de la villa termal que queda tapada por el manto blanco en el invierno. Es la vida que eligió, la que le gusta: trabaja del 1° de diciembre al 1° de mayo en la temporada y después se queda en los meses más fríos al cuidado de la hostería Hualcupén que lo emplea para disfrutar de ese paraíso en soledad. Con lo que ahorra en el verano financia lo que sigue, que incluye largas caminatas para esquiar sobre nieve virgen cuando lo visitan amigos desde Caviahue. Tres horas de trepada para cuatro minutos de descenso. «Pero te juro que vale la pena cada segundo», dice. Días atrás excavó para poder salir de la casa, con unos 4 metros de nieve. Ahora se le complicó: siguió nevando y el viento, ese innombrable que los pioneros nunca quieren convocar, como siempre acomoda los bardones donde quiere y no había manera de palear desde la puerta. No tuvo otra que encararle por la ventana. Y cuando pudo salir, se asomó a este paraíso que filmó y fotografió otra vez.

Esta vez, excavó para salir por la ventana. «Foto: Nico Canter.
Nico en una selfie que se tomó el invierno pasado.
Así está Copahue ahora: paleó para sacar la nieve que rozaban los cables de electricidad. Foto: Nico Canter.

Ayer bajó a Caviahue para hacer las compras en el almacen: ya era tiempo de ir a buscar provisiones. Está a unos 8 km en línea recta y 19 por la ruta, hoy intransitable. Baja en unos 45 minutos cuando pone la tabla de splitboard en modo snowboard. Y vuelve desde el almacen con la mochila de 60 litros cargada en unas dos horas y media, con la tabla en modo esquíes de travesía con piel símil foca para adherirse y no irse para atrás en el ascenso, ya que Copahue está a 2.050 msnm, es decir 450 metros más arriba. «Tenía que ir», dice. «Aparte mañana es mi cumple», agrega. Eso sí, la nieve estaba buena: «Mucha, suelta para caminar, pero rebien», amplía.

Serán 46 para este zapalino de pura cepa que ama la montaña y desde que llegó a Copahue en los 90 acompañando a su mamá que trabajaba en el complejo termal, se las ingenió para conseguir su propio laburo y no irse nunca más de ahí. ¿Vendrá alguien mañana? «Mmmmm, como está la veo difícil. Pero Gathor está seguro», se ríe Nico en alusión al gatito que lo acompaña.

«Las nubes están muy bajas», cuenta Nico. Asi se veía Copahue hoy a la mañana. Foto: Nico Canter.

Por estos días se juntó tanta nieve que la anduvo despejando de los postes y los cables de luz. Desde hace cinco años se mantiene el tendido en el invierno y eso le permite quedarse ahí. «Salí también para limpiar los cables, para que no se me tapen. Hace unos días estaban enterrados mal», cuenta. «Mucho viento blanco», agrega.

Copahue hoy por la mañana. Foto: Nico Canter.

Tiene Wifi, señal a veces. Losa radiante natural por las aguas termales que corren debajo. Y esa conexión eléctrica que cuida como un tesoro. Es viernes y tiene provisiones. Su voz irradia una alegría contagiosa. Pronto abrirá en Copahue el refugio El Montañés y entonces tendrá trabajo en el invierno: se ocupará de que todo esté en orden cuando lleguen los visitantes desde Caviahue en motos de nieve o esquíes de travesía. Y será también guía baqueano en excursiones y travesías para turistas que por primera vez podrán dormir en invierno en la hostería. Ahí está Nico, en el mundo que se supo conseguir.


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