Fue a bucear a Puerto Madryn y mirá la impresionante batalla que filmó…
Tras sumergirse, Raúl observó a un congrio, un pez con forma de serpiente raro de ver, que se refugiaba en la restinga y a un lobo que intentaba sacarlo. Lo que siguió quedó registrado en este video alucinante. Mirá...
La pandilla de lobitos marinos más curiosa. Foto gentileza.
Desde que decidió dedicar su vida profesional a bucear en el Océano Atlántico de cara a Puerto Madryn, Raúl vive la rutina de la extraordinario en este paraíso de la Patagonia, Aquí, en la costa de Chubut, sus días transcurren entre ballenas que pasan cerca, delfines que siguen el bote y saltan a un puñado de metros y elefantes de mar que miran fijo la cámara, entre otras maravillas de la naturaleza. Le puede tocar, por ejempo, una inmersión en busca de las frutos de las profundidades o embarcarse con turistas para hacer snorkeling y que se acerque la pandilla de cachorros de lobitos marinos más cariñosa. Pero siempre hay lugar para una sorpresa más.
El lobo marino vs el congrio
Y sino, fijate lo que pasó el jueves, cuando se sumergió en Punta Este con su hijo Ezequiel, que sigue sus pasos. Además de esa alegría, lo esperaba otra a unos nueve metros de profundidad; ver a un congrio, ese pez con forma de serpiente que no es frecuente observar aunque vive en estas aguas. «Por eso cada vez que vemos uno nos ponemos recontentos», dice Raúl.
El congrio pasó cerca de ellos y buscó refugio en el fondo del mar. Los dos buzos entendieron rápido por qué: enseguida apareció un lobo marino, su predador. Ahí estaba Raúl con su cámara subacuática encendida.
Seguro que viste esos videos alucinantes de las orcas que varan para cazar lobitos en otro punto de la costa de Chubut en Península Váldes. Para ellos, llegaba el momento de ser testigos de una inversión de roles. El lobo marino merodeó la cueva en la restinga donde se había refugiado el congrio, que le quedaba chica.
Lo que sigue es el relato de Raúl, aún asombrado. «El congrio estaba metido en la cueva, el lobo lo vio y fue a sacarlo. Lo pudo hacer y después vimos varios mordiscones de los dos lados, porque el congrio también es fuerte. Al final, la batalla la terminó ganando el lobo«.
Tras publicar el video, llegó el aluvión de pulgares levantados y corazones rojos. Entre los comentarios, una palabra, una idea, se repetía: «Un privilegio ver eso«. Raúl lo sabe y por eso empieza cada día imaginando qué nueva maravilla lo espera.
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