Yo Respeto: “Saber manejar bien no es ser un buen conductor”

Para Gustavo Brambati, gerente de Seguridad Vial de Cesvi, hace falta trabajar mucho para mejorar los números que hoy ofrece Argentina en esta materia. Para ello es necesario realizar inversiones en infraestructura, tener objetivos claros y crear conciencia desde la escuela. La incidencia del fenómeno Vaca Muerta en las rutas de la región.

A principios del 2011 Argentina firmó un acuerdo con Naciones Unidas para reducir a la mitad la cantidad de víctimas fatales por siniestros viales en una década. Pasaron ocho años de la firma de ese acuerdo y el número de muertes por este tipo de hechos no bajó sino que incluso aumentó en los últimos años.

Particularmente en la región, con el desarrollo del área hidrocarburífera de Vaca Muerta, el tránsito se complejizó por el gran volumen de vehículos que se sumó a las rutas ya sea para el transporte de insumos para la actividad o bien para el traslado de personal hacia los yacimientos. Una situación que obliga a tomar mayores recaudos a la hora de manejar y a mejorar la infraestructura vial para no tener que seguir lamentando víctimas.

Pero particularmente hoy, al recordarse el Día Mundial de la Seguridad Vial, resulta necesario plantear por qué los objetivos no se cumplen en Argentina y cuáles son las tareas que hay que hacer para tratar de reducir drásticamente un número que duele: más de 5.000 muertos por año en siniestros viales.

Río Negro entrevistó a Gustavo Brambati, gerente de Seguridad Vial en el Centro de Experimentación y Seguridad Vial Argentina (Cesvi), buscando precisiones sobre la conducta de los argentinos a la hora de subirse a un vehículo y qué se puede hacer para marchar hacia otra realidad en materia de seguridad vial.

P- ¿Dónde estamos parados en cuanto a seguridad vial?
R- En Latinoamérica con respecto al mundo estamos después de África, yo diría que bastante mal. Y dentro de lo que es Latinoamérica, Argentina está en mitad de tabla, realmente no nos destacamos. En 2011 se firmó un acuerdo con Naciones Unidas para bajar la siniestralidad vial en un 50% y no se cumplió.

P- ¿Por qué ocurre esto?
R- Porque no se han hecho inversiones, estamos pobres en cuestiones de infraestructura vial. No llega ni a un 7% la cantidad de autopistas a nivel país respecto de toda la red vial existente. Hay varias rutas que deberían ser autopistas por la diversidad de tránsito que soportan y esto no ocurre. Casi toda la parte productiva importante de Argentina se traslada hoy por rutas de tierra y eso no está bien, son rutas inestables.

P- ¿Qué otras cuestiones influyeron en estos resultados?
R-
A nivel particular también ha cambiado bastante el parque vial, la cantidad de motos aumentó sustancialmente, eso agrega inconvenientes al tránsito porque el nivel de exposición que tienen las motos es mucho más importante que el del auto y la edad de abordaje de los conductores es mucho menor. Eso hizo que mucha juventud se vincule a hechos de tránsito graves.

P- ¿Cómo conductores también tenemos poco apego a las normas de tránsito?
R-
Es así. Hace poco se hizo un estudio del comportamiento de los automovilistas en las autopistas y se comprobó que lo que más ha prendido es el uso del cinturón de seguridad, después de varios años hay un cambio de actitud. Pero sigue siendo marginal el uso de este dispositivo en los ocupantes en las plazas traseras. También se comprobó que cerca del 20% de los conductores manejan por la autopista manipulando el celular. Parece un dato menor, pero es un gran peligro. Lo mismo pasa en las ciudades, es una distracción muy importante. Además llama mucho la atención en virtud de este estudio que los conductores tampoco están acostumbrados a señalizar el cambio de carril o la salida de una autopista. Esto habla a las claras que las conductas viales no se han internalizado. Las reglas de tránsito en general la gente no las respeta. Y eso hace que la incidencia de estos conductores en siniestros viales sea muy fuerte.

P- ¿Podría sostenerse que somos malos conductores?
R-
Mucha gente entiende que el buen conductor es aquel que tiene habilidad para resolver una situación problemática y que el apego a las normas queda relegado entre las prioridades. Pero esto es al revés, el mejor conductor es aquel que respeta señales. El apego a las normas es lo primero.

P- ¿Qué se puede hacer al respecto?
R-
Desde Cesvi entendemos que las sanciones en el corto plazo tienen que existir y que hay que incentivar todo lo que tiene que ver con mayores controles en rutas, pero no controles trampa sino controles en serio. Esto va a permitir no solo detectar a los conductores en situación de riesgo, sino que genera un efecto educativo y la alineación a cumplir con las reglas de tránsito, a las velocidades permitidas, a evitar el consumo de alcohol, a no manejar mirando el celular. Hay que ser muy profesional en la forma que se realizan los controles para que la gente no se sienta estafada, tiene que haber previa concientización, información en la ruta, como para que la cosa funcione adecuadamente.

P- ¿Se puede mejorar esta situación?
R-
Por supuesto que se puede mejorar. Si bien muchos países argumentan el aumento en la complejidad del tránsito al igual que Argentina, lo cierto es que aquellas naciones que están trabajando en estos temas han bajado la siniestralidad vial.


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