“Se cerró la grieta”

Mi sueño de veterano fracasado desde siempre en la política –ya que nunca dejé de votar y siempre perdió mi candidato– era ver a mi país unido y todos tirando para el mismo lado.

Años informándome, tratando de reconocer en cada elección quién era el mejor, pero no tuve suerte, la eterna grieta peronista o radical, azul o colorado, izquierda o derecha… y de allí no salimos hasta que hoy a mis 80 años se produjo el milagro: los dos partidos mayoritarios levantaron sus manos al unísono, sin discusión, sin debate, con alegría en sus rostros; claro, quedaron algunas leyes en el camino.

La inseguridad, bien gracias. Bajar la edad de imputabilidad, bien gracias. Antes a los 13 años jugábamos a las bolitas; hoy andan con revólveres. Antes se respetaba la vida; hoy se mata por diversión.

Pero las leyes son las mismas, nadie levantó las manitos para cambiarlas.

La falopa aumenta, la corrupción es un viva la pepa, el 2×1 es la vedete, las picadas matan inocentes (y lo arreglan mirando videos de tránsito).

Hoy mueren por desnutrición ocho chicos por día; los jubilados llegan al 10 del mes. Y estamos en el país de la carne y el trigo, pero bueno, por algo se empieza. Y no es poco, parece que los diputados tampoco llegaban a fin de mes, y para evitar el papelón nacional que hubiera sido que se nos muriera un diputado de hambre resolvieron olvidar la maldita grieta y votarse un aumentito (unos 30.000 pesos, algo así como tres veces lo que cobra de jubilación este veterano con 32 años de aportes).

De todas maneras, lo único rescatable para mí a pesar de esta terrible desgracia es que ya no tengo que pensar en quién votar porque son todos iguales, su sensibilidad es pura novela y la vocación de servicio, cuento para la gilada… Qué vamos a hacer, ¡es lo que tenemos! ¡Viva yo aunque la patria perezca! parece ser el axioma básico de nuestro “honorables” representantes. Con el mayor respeto les diría que en vez de levantar las manos levanten sus pies y se vayan a sus casas. La verdad, no los necesitamos. Si la vergüenza se pierde…

Raúl Fant

DNI 7.393.383

Raúl Fant

DNI 7.393.383


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios