Procesamiento firmado contra López, por abuso sexual, lesiones y amenazas

La magistrada ponderó las declaraciones de la profesional que atendió a la joven en el hospital tras el incidente. También valoró un informe psicológico.

El procesamiento que provocó la renuncia de Rubén López a la Legislatura provincial finalmente se firmó ayer.

La jueza de instrucción de Cipolletti, Sonia Martín, consideró que el dirigente de Juntos Somos Río Negro es autor del delito de abuso sexual, lesiones y amenazas en contra de una joven que trabajaba de empleada doméstica en su casa.

La magistrada argumentó que el relato de la víctima “ha sido firme y sincero” y que “las lesiones que presentaba en su momento coinciden con la mecánica de producción relatada tanto en la denuncia como en la declaración testimonial”.

En un extenso escrito, Martín reconoce además que la víctima “no ha ocultado sus intenciones de iniciar un reclamo laboral y que contaba con armas como para defenderse (es instructora de Tae kwon Do) pero que pensó que podía hacerle mucho daño al imputado si lo golpeaba”. Ambos argumentos fueron utilizados por la defensa de López para intentar desacreditar la denuncia de la joven.

Los hechos se sucedieron, según consta en el expediente, el 18 de octubre del año pasado mientras la joven se encontraba trabajando en la casa de López. Relató que, en un momento determinado, el ahora exlegislador ingresó a la cocina, donde ella se encontraba, “se le fue encima, la apretó desde atrás” y la manoseó por encima de la ropa. Que le dijo que él podía hacer con ella lo que quisiera porque trabajaba en su casa.

Cuando la chica intentó sacárselo de encima le agarró de los brazos y la zamarreó. Además la insultó, le gritó y la amenazó con que “si llegaba a decir algo o a denunciarlo la iban a encontrar en la sierra con un tiro en la cabeza, que él tiene mucho poder”.

En el procesamiento, la magistrada dejó constancia también que López negó el hecho tal como lo relata la joven. Según su testimonio, la denuncia tuvo como trasfondo un problema laboral y que él es una persona operada “que mucho menos quisiera tocar a una profesora de karate”, que “lo mata a palos”. Puso como testigo a una persona que supuestamente estaba junto a él en su casa ese día.

En el procesamiento, Martín también ponderó las declaraciones de la profesional que atendió a la joven en el hospital tras el incidente. Dijo que tenía “un hematoma en el hombro izquierdo, escoriaciones y tumefacción en ambas muñecas, sin lesiones óseas visibles”. Excluyó la posibilidad de que fueran producto de la práctica de Tae Kwon Do. La magistrada también mencionó el informe psicológico que descartó en la joven “tendencia a la mendacidad, manipulación o simulación”.

Sobre el testigo que presentó López puso en duda su relato “no sólo porque resulta un testigo sospechoso (…) sino porque en la narración ha dejado muchos blancos sobre cosas que no pudieron escapar a alguien que presenciara la discusión que relata”.

El FpV pone el foco en el texto de dimisión

“La pregunta es si aceptar la renuncia significa también aceptar los fundamentos que ahí se expresan, porque de ningún modo vamos a revictimizar a quienes padecieron los delitos sexuales. Y que Weretilneck agradezca
‘el gesto’ nos deja pasmados, porque no sabemos a qué gesto se refiere”, dijo ayer el legislador Nicolás Rochás.

“Si los hechos se hubieran generado como relata el imputado, con gritos y golpes en la puerta, es muy difícil que el hijo no se hubiera enterado de nada”.

La jueza Martín puso en duda la versión de López.

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“Si los hechos se hubieran generado como relata el imputado, con gritos y golpes en la puerta, es muy difícil que el hijo no se hubiera enterado de nada”.

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