Semana clave en Brasil para definir la suerte de Dilma Rousseff

El juicio contra la presidenta, que tendrá como inquisidores a los miembros del Senado, se inicia el jueves próximo y debe terminar el miércoles 31.

Brasil empieza a dejar atrás la gran fiesta y catarsis colectiva que representaron los Juegos Olímpicos y se concentra en el juicio político contra la presidenta suspendida Dilma Rousseff, cuya fase final comenzará el próximo jueves.

Durante los últimos veinte días, el mayor evento deportivo del planeta, celebrado en Río de Janeiro, ha acaparado la atención de los brasileños, que en su mayoría optaron por el pasatiempo olímpico y dejaron de lado la severa crisis económica y política del país.

Sin embargo, el proceso contra la mandataria ha avanzado sin pausas, no ha respetado tregua alguna, y en medio de la distracción que han constituido los Juegos ha llegado a su fase definitiva, en la que finalmente se decidirá la suerte de Rousseff y, con ello, la del presidente interino Michel Temer.

El juicio contra la presidenta, que tendrá como inquisidores a los miembros del Senado, se inicia el jueves próximo y debe terminar el miércoles 31.

Durante esos seis días, habrá un único punto alto en emoción: la defensa personal que hará la jefa de Estado contra sus acusadores, para remarcar su inocencia y demostrar que el impeachment carece de cualquier base legal.

El 29 tendrá media hora para exponer sus argumentos, y otros 30 minutos adicionales en caso de precisarlos.

La mandataria está acusada de irregularidades fiscales que ella niega a rajatabla y ha dicho que del Senado sólo espera “justicia” y que reconozca su alegada inocencia.

Pese ello, según los últimos trámites del proceso, Rousseff se verá con un Senado hostil, que en una votación previa a la fase que empieza este jueves respaldó la continuidad del juicio por 59 votos frente a 21.

Esos 59 votos superan en cinco la mayoría absoluta necesaria para destituir a la mandataria y, al mismo tiempo, confirmar a Temer en el poder hasta el 1 de enero de 2019, cuando acaba el actual mandato.

La decisión final será tomada en una votación que, según cálculos del Senado y la Corte Suprema, garante constitucional del proceso, deberá ocurrir entre el 30 y el 31 de agosto, pese a que no hay un plazo establecido para la conclusión del trámite.

La presidenta, según indican quienes la vieron personalmente, está con el ánimo en alza.

No le tiene miedo a un espectáculo de preguntas incómodas o, tal vez, insultantes.

“Si me hostilizan no será mi problema, sino el de ellos”, advirtió con causa. Las intervenciones, televisadas y públicas, podrían crear una imagen de Dilma convertida en la Juana de Arco brasileña, que 6 siglos después de la francesa podrá ser enviada a la “hoguera política”.

Si Rousseff fuera definitivamente alejada, perderá sus derechos políticos por 8 años. Esto implica ni más ni menos que enterrar su vida pública de por vida, por cuenta de los 69 años que se apresta a cumplir.

Dato

Datos

59
fueron los votos que salieron del Senado apoyando el juicio político para la presidenta Rousseff.

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