Trump asume mañana sin dar pistas sobre sus planes para América Latina

El republicano sólo ha hablado sobre la relación con Cuba y la idea de alzar un muro en la frontera con México. Para el resto de la región no se vislumbra una política clara, ni la posibilidad de alianzas con los países más importantes de Latinoamérica.

El millonario Donald Trump será investido mañana como nuevo presidente de Estados Unidos, sin haber delineado un plan coherente de las relaciones de Washington con América Latina, en una situación que sume en la incertidumbre a toda la región.

Durante toda su campaña electoral y en declaraciones posteriores a su victoria, Trump apenas sugirió que podría revertir lo avanzado hasta ahora en el reacomodo con Cuba e insistió en la construcción de un muro en la frontera con México para impedir la entrada de inmigrantes.

También criticó los acuerdos comerciales de que Estados Unidos ha suscrito y prometió renegociarlos, en una amenaza que en principio afecta a México, con quien está unido –junto a Canadá– en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Como en otros aspectos de su plataforma de gobierno, el nuevo presidente no esbozó una estrategia general o una doctrina que pueda guiar las relaciones de Washington con el resto del continente, ni adelantó planes para alianzas en que pueda estar especialmente interesado.

Para el politólogo y asesor legislativo Marc Hanson, el análisis de posibles escenarios de las relaciones entre Trump y América Latina es fácil de resumir: “nadie tiene ninguna idea de que podemos esperar”. De acuerdo con Hanson, es significativo que Rex Tillerson, nominado por Trump para ser secretario de Estado, pasó una agotadora jornada respondiendo a preguntas ante una comisión del Senado sin hacer cualquier mención a América Latina, más allá de comentarios sobre Cuba.

Trump “es tan confuso, tiene un temperamento tan explosivo y tiene una capacidad de concentración tan corta, que puedo ver como se disipará el liderazgo de Estados Unidos en la región, al punto de ser inexistente”, dijo Hanson.

Hanson cree que el “instinto” de Trump “lo hará ser abusivo: cuando vea países que no pueden defenderse solos o líderes que enfrentan desafíos, no dudará en intimidarlos. Parece no saber exactamente en que dirección le gustaría que la región avance”.

En tanto, para el economista Mark Weisbrot, del Centro de Investigación de Economía y Política (CEPR), la región no debe esperar grandes cambios en su relación con Washington. Esto es así no solo porque Trump no parece tener un plan preparado para esas relaciones, sino porque las herramientas que operan cambios en política externa forman una máquina enorme y pesada que tiene sus propios intereses, además de estar ligada a la seguridad nacional.

El impacto económico

Si el futuro de las relaciones entre Washington y América Latina constituye una enorme incertidumbre, el impacto económico podría ser más fácilmente mensurable.

En su revisión de las expectativas para el 2017, el FMI revisó a la baja su previsión para México, precisamente por el “factor Trump”. Aún antes de asumir el poder, Trump inició una frontal ofensiva contra las empresas automotrices estadounidenses por hacer inversiones en plantas de ensamblaje en México destinadas al mercado estadounidense.

“Trump es tan confuso, tiene un temperamento tan explosivo que puedo ver cómo se disipará el liderazgo de Estados Unidos en la región”.

Marc Hanson, politólogo

y asesor legislativo.

Datos

“Trump es tan confuso, tiene un temperamento tan explosivo que puedo ver cómo se disipará el liderazgo de Estados Unidos en la región”.

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