El consumo también cae en las ferias del centro y del oeste

Los fines de semana son de feria. Los pasillos de la del centro, ayer estaban llenos de gente que la recorría en familia, pero compraba poco. Según los feriantes desde hace un año las ventas caen sin piso y la gente lleva lo justo y necesario. De todos modos, el número de puestos se mantiene, o crece, con los desempleados de otros sectores que llegan allí.

En la ciudad hay dos ferias habilitadas por la municipalidad. Una se encuentra en el Parque Central y reúne a 350 puestos y la otra, en el oeste, tiene 900 puestos.

“Las ventas van en baja. Antes compraban 5 kilos de pan, dos de cebolla, de zanahoria, y ahora solo se compra un kilo de cada cosa. A la feria va gente de clase media y lleva lo justo”, expresó Ruth Schettino, coordinadora de la feria del Parque Central.

Mientras vendía dos kilos de mandarinas a 35 pesos, Marisa acordaba con Schettino. Según la verdulera, la baja de consumo se ve hace tiempo y esperan que se acentúe. Es que en estos días se terminó la verdura de los productores locales y deben traer de Mendoza o del cordón hortícola bonaerense, lo que hace que suban los precios.

La feria funciona los sábados de 8 a 15 y los productos que más se venden son huevos, verduras, y pan. Schettino comentó que la merma genera competencia. “Si recorrés todos tienen ofertas. Oferta de varias cosas: fruta, verdura, ropa”, indicó.

Pese a esta disminución aclaró que se mantiene la cantidad de puestos, e inclusive, se incorpora gente. “Algunos se quedan sin trabajo y buscan una alternativa invirtiendo la plata que tienen para vender en la feria”, dijo y comentó que cada feriante abona por el puesto 50 pesos por semana, y los que comercializan ropa usada 10 pesos.

En la feria ubicada en barrio Unión de Mayo, que funciona los domingos, la cantidad de puestos y personas que la visitan se multiplica pero venden menos. Fernando, ayer, desde su puesto de miel, hablaba en base a su propia experiencia. “Trabajo en las dos y veo que a la del oeste mucha gente va a pasear, pero no necesariamente compran”, decía.

En infraestructura, la del oeste tiene mucho por avanzar. El subsecretario de Empleo y Economía Social, Emanuel Riba, informó que van a mejorar la iluminación. El buen acceso a la electricidad permitirá que –cómo en el centro– puedan utilizar freezer o conectarse de manera segura.

Remarcó que la principal inversión que deben hacer es asfaltar “para sectorizar correctamente cada puesto, ya que hoy se marcan en la tierra y se dificulta cuando llueve”.

Muchas visitas ayer en el predio asignado en el principal pulmón verde de la capital. Las compras declinan a medida que avanza el mes, dijeron los feriantes.

matías subat

“Se vende la primera semana del mes, la segunda menos y las últimas nada. Antes a la gente le quedaba un resto para gastar”.

Fernando, un vendedor de miel.

“La gente pregunta precios pero no compra. Eso que tenemos precios buenos… Desde Navidad que no caminan las ventas”.

Yovana, vendedora de ropa interior.

“Antes llevaban dos kilos, ahora llevan uno solo. La gente cuida mucho el peso, más ahora que la verdura viene de Buenos Aires”.

Marisa, vendedora de frutas y verduras.

Hay controles

sobre la calidad

El subsecretario de Empleo y Economía Social, Emanuel Riba, señaló que todos los fines de semana hay agentes de Bromatología y de Comercio en ambas ferias que “controlan los alimentos y además ven que los productos que se vendan no tengan una procedencia desconocida”.

Mediante una articulación entre el residente de la feria y la municipalidad se garantiza que todo lo que se vende esté regulado.