Problemas en la tasa de egreso

Sólo el 27% de los alumnos que ingresan en las universidades públicas termina recibiendo su título. En la UNC ese indicador es más preocupante: 15%.

La universidad pública argentina es considerada como una de las más inclusivas de todo el continente. Cuenta con un sistema irrestricto de ingreso desde su creación, lo que ha generado un aumento progresivo sobre la demanda en educación superior que no siempre fue acompañado por los objetivos inicialmente propuestos.

Desde hace años se observan serios desvíos en indicadores clave de eficiencia y calidad educativa dentro del sistema. Uno de ellos es el que se conoce como tasa de graduación que, por definición, es el porcentaje de estudiantes que finalizan en el tiempo previsto su plan de estudios, o en un año académico adicional, en relación con su cohorte de alumnos ingresantes.

Los números que resultan de este cociente son muy difíciles de digerir. En las universidades públicas nacionales se ubica en el 27%, es decir, de cada cuatro estudiantes que ingresan sólo alrededor de 1 es el que termina con su título. En los claustros privados este valor salta al 41%, mientras que en la Universidad Nacional del Comahue (UNC) apenas llega al 15%.

La situación es todavía más preocupante cuando las comparaciones son con las universidades de países de la región. En Chile, computando el promedio de claustros públicos y privados, este indicador se ubica en el 62%, duplicando al que obtiene la Argentina. (Ver infograma adjunto)

“La graduación universitaria es una magnitud muy importante para considerar la evolución de las instituciones de educación superior, sean estatales o privadas. Por esta razón, el concepto de eficacia en la graduación es un indicador valioso, ya que presta atención a la cantidad de estudiantes que se gradúan y la compara con la cantidad de estudiantes ingresantes”, comenta en uno de sus recientes trabajos Alieto Guadagni, director del Centro de estudios de la educación argentina (CEA), quien critica con dureza la reciente sancionada ley 27204 que excluye el examen de ingreso, como sí tienen la mayor parte de las universidades de la región. “Eliminar esta posibilidad condiciona la motivación de los alumnos secundarios a prepararse con sus mejores aptitudes para el ciclo superior”, reflexiona tras una extensa consulta telefónica el especialista en educación. Un canal importante de pensamiento avala esta teoría.

En esta corriente existen dos posiciones bien definidas: aquella que defiende los exámenes niveladores previos al ingreso del cursado de la carrera universitaria (como ocurre en los países de nuestro continente) o los que apuntalan las pruebas sobre el final del secundario constituyendo un prerrequisito para poder ingresar a los estudios superiores (como es el caso del baccalauréat –BAC– en Francia y otros países del viejo continente).

El hecho de contar con una baja tasa de graduación tiene consecuencias directas sobre el desarrollo de estas instituciones educativas y los alumnos que allí estudian. Por lo general nos encontramos con carreras superpobladas en sus primeros años –e infraestructura muy pocas veces preparada para ello– y últimos períodos con capacidad edilicia y humana ociosa. Pero este es sólo un ejemplo dentro de otros mucho más preocupantes por mencionar. La comprensión y análisis de esta situación, que tiene consecuencias personales, sociales y también económicas, es el primer paso para poder obtener una solución al dilema planteado.

Esto se podría solucionar “mejorando el nivel secundario, con participación activa de las universidades a través de: la formación de profesores de nivel medio y superior y la capacitación de docentes de nivel medio en ejercicio, a través de ciclos de complementación y en especial la formación teórica y principalmente práctica en matemática, ciencias exactas y naturales y lectura y comprensión de textos”, confiesa Juan Carlos Del Bello, rector de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN). Complementando esta idea, Del Bello asegura que habría que “establecer a nivel de todo el sistema de educación superior, o al menos universitario, un cuatrimestre de nivelación, con lectura y comprensión de texto como asignatura obligatoria y otras específicas vinculadas a los estudios que se cursen”.

Lee la entrevista completa a Juan Carlos Del Bello aquí

Vincular la escuela secundaria con la universidad es una tarea necesaria. Lograr este acoplamiento permitirá, con seguridad, que menos estudiantes vivan una etapa de frustración, un sentimiento que suele traducirse en una deserción temprana en los estudios superiores, sobre todo en aquellos sujetos pertenecientes a los sectores sociales más postergados o con menos contención. Ante las dificultades que presentan los alumnos provenientes del secundario, cabe preguntarse cuáles son los organismos e instituciones que deben comprometerse a motorizar los cambios. Sin dudas, la escuela y la universidad no pueden quedar fuera ante un nuevo esquema de decisiones.

Otro punto de vista es el que plantea el rector de la UNC, Gustavo Crisafulli: “No estoy de acuerdo con los exámenes de ingreso porque me parece que para garantizar la igualdad de oportunidad éste debería suponer un nivel parejo del ciclo anterior. Y ese es un problema que tenemos en la Argentina: la calidad de la educación media es muy despareja”.

Lee la entrevista completa a Gustavo Crisafulli aquí

El rector quitó dramatismo al bajo nivel de graduación que presenta la universidad que dirige. “No es un problema grave, aunque hay que buscar cómo mejorarla. En una universidad que no tiene condicionamientos para ingresar, salvo contar con la educación media, tener una tasa alta de abandono en los estudios es relativamente razonable. A nivel país más del 80% de los graduados secundarios intenta concretar estudios superiores, esa es una tasa muy alta. Yo no acuerdo con Guadagni en que es un problema tener una baja tasa de graduación cuando se tiene una población universitaria muy grande en la Argentina. Esta producción de profesionales va en línea con las necesidades del mercado. Una mayor graduación debería estar acompañada por un proceso de desarrollo del país que hoy yo no lo veo”.

Los gráficos adjuntos muestran también cómo ha sido el avance de las universidades privadas en estos últimos años. Se observa un crecimiento muy importante en la cantidad de estudiantes, nuevos inscriptos y graduados, muy por encima de las tasas registradas en los claustros estatales. Dato a tener en cuenta: en términos absolutos, las universidades privadas representan solo el 22% de la matrícula universitaria. Sin embargo, ese mismo año las privadas aportaron un tercio de los graduados: 39.079 profesionales contra 81.552 en las públicas.

La estadística que refleja los índices de materias aprobadas en distintos años y grupos de edad en el universo de la educación superior también deja mucho para reflexionar.

Lo concreto, en definitiva, es que las tasas de ingreso que muestra el sistema de educación superior son realmente bajas y se deberían buscar mecanismos para poder revertir esta situación. El último gobierno logró llevar el financiamiento educativo a un equivalente del 6% del PBI. Fue uno de eslóganes de mejora de la década, que muchos expertos están cuestionando. Pero, incluso sin entrar en cálculos ni conclusiones apresuradas, el saldo de estos años refleja que sólo con el dinero la educación no mejora.

“En una universidad que no tiene condicionamientos para ingresar tener una tasa alta de abandono es relativamente razonable”.
Gustavo Crisafulli,

rector de la UNC.

“Eliminar el examen de ingreso condiciona la motivación de los secundarios a prepararse con sus mejores aptitudes al ciclo superior”.
Alieto Guadagni,

director del CEA/UB.

“La tasa de graduación del sistema universitario argentino es baja, tanto en el subsistema estatal como en el privado”.
Juan Carlos Del Bello,

rector de la UNRN.

Fuente: Ministerio de Educación de la Nación. Centro de estudios de la educación Argentina (CEA). Para la tasa de graduación se toman en este artículo los promedios de los nuevos ingresantes (período 2006-2009) y los graduados (período 2011-2014).

Se pueden leer las entrevistas completas realizadas a rectores Juan Carlos Del Bello (UNRN) y Gustavo Crisafulli (UNC) en la página web del suplemento, en www.rionegro.com.ar

Dato preocupante

Datos

Se pueden leer las entrevistas completas realizadas a rectores Juan Carlos Del Bello (UNRN) y Gustavo Crisafulli (UNC) en la página web del suplemento, en www.rionegro.com.ar
15%
Estudiantes que egresan en relación con su cohorte de ingresantes en la Universidad Nacional del Comahue.

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