Mis vinos del 2017

La experiencia del paladar es única e individual. Por eso nuestro colaborador comparte aquellos aromas y sabores que conoció o con los que gratamente se reencontró en los últimos doce meses.

Es difícil armar un podio o una lista con los mejores vinos que probé en este año.

Sobre todo porque es muy injusto dejar fuera a grandes etiquetas.

Solo sé que ya no hay vinos malos y eso es como mirar el cielo y elegir las estrellas más lindas. Casi imposible, todas son fabulosas, inclusive las que explotan y las que nacen, hay videos en YouTube, los recomiendo.

Mi lista tiene que ver con sensaciones. Ahí va

Amici Miei, Barbera y Petit Verdot, 2017 – Mendoza – Bodega Stella Crinita

Una de las últimas creaciones del hombre que no para ni un segundo en pensar nuevos buenos vinos con grandes ideas. Un homenaje a la amistad gestado por Ernesto Catena y su maravilloso team. Un vino de excelente relación precio calidad, que aporta a la vigencia de cepas que no son protagonistas regularmente pero que cuando están, dejan marcas: Barbera y Petit Verdot.

Elaborado naturalmente, co-fermentado, un vino maravilloso tanto en la boca como en el naso. Un jugo rico y sencillo, para nada complejo.

Primeras viñas, Cabernet Sauvignon 2015, Lagarde – Mendoza

Sencillamente porque Lagarde es una bodega que no para de buscar y creo que es una reivindicación al Cabernet en un frente repleto de un Malbec extraordinario.

Con uvas de El Perdriel se fermentó en tanques de acero inoxidable con levaduras indígenas. Maceró por 23 días y luego a madera un año y monedas. Excelente. En boca cereza, pimienta y algunas hierbas. Tiene un potencial de guarda de 15 años tranquilamente y un alcohol de 14.6

Cabernet Sauvignon, 2006 – Bodega Carmelo Patti, Mendoza

Estoy enamorado de los vinos de este hombre que vino a romper el molde con lo mejor de una escuela vieja de la Europa de post guerra. Toda la sangre italiana de laburar la viña y cero prejuicios. Sin un aparato de marketing gigante más que su propio vino, Carmelo ha logrado ser el rey de los Cabernet. Decantar y calentar el corcho con un encendedor girando la botella por apenas segundos para que no se rompa. Carmelo los vende con la estiba correcta, los guarda por vos, hace todo lo posible para seguir soñando con su tiempo el vino que quiere lograr todos los días desde hace años. Carmelo todo lo que produce es buen vino. No importa cuando leas esto.

Old Vineyard, La Isabel, Pinot Noir 2015, Bodega Humberto Canale, Río Negro

Una de las bodegas más importantes de la Patagonia y casi la única centenaria evolucionando permanentemente y logrando cada vez más elevar el umbral de calidad. Recuerdo miles de vinos de la familia Barzi que probé este año, pero la impronta del enólogo Horacio Bibiloni se nota en este Pinot espeluznante con elegancia y un temple maravilloso, tierra, fruta que acechan todo el tiempo. Un vino con mucha personalidad en una de las líneas más potentes y emotivas de la bodega.

Orange Alma Negra 2016, Mendoza. Domaine Alma Negra

Lo hizo de nuevo. Domaine Alma Negra lanzó un vino sumamente llamativo y rico con varietales blancos fermentados como tintos. Un diseño al que nos tiene acostumbrados esta bodega y que guarda los secretos de los cortes que usa. Acidez y originalidad en un jugo llamativo. Esta cosecha se trata de un vino naranja inspirado en la técnica que emergió hace muchísimos años cuando se intentaba descubrir en profundidad el camino de los blancos y muchas veces aparecían naranjas con registros geográficos que van desde Italia a Eslovenia y desde España a Francia. La piel macerando junto a la carne de la fruta le aporta ese color increíble del vino y luego la característica propia de cada cepa completa el hechizo, durmiendo nueve meses en silenciosas barricas de roble soñando vaya a saber que cosa.

Amor Seco, Merlot 2015, Bodega Chacra, Río Negro

No sé a esta altura si lo siguen elaborando o no. Solo sé que cada vez que lo veo no puedo dejar de pensar en él. Es uno de mis vinos preferidos. Un Merlot natural de una bodega vanguardista. Fruta a más no poder como reivindicación de un terruño maravilloso como es Mainqué. Un año en barrica de roble, casi oscuro, casi negro. Una mermelada sutil en el tostado de la madera. Vinos sin filtrar, con hermosos residuos naturales como el mismísimo amor seco.

Polígonos del Valle De Uco, Malbec 2014, Bodega Zuccardi, Mendoza

La investigación cotidiana por parte de Sebastián Zuccardi y equipo han permitido que muchos mortales tengamos el privilegio de probar esta bomba de todos los tiempos. Fosilización de la lengua, aridez, mineralidad, suelo, recuerdos que me sitúan más del lado de la piedra que de la paleta de frutos rojos. Creo que si uno lee la obra “Piedra Infinita” del poeta mendocino Ramponi encuentra un parentesco emocional con algunos vinos de Sebastián.

Este Malbec ha sido seleccionado respetuosamente de viñas de tres sitios y condiciones geográficas diferentes que la bodega tiene en Valle De Uco y que forman como un polígono, San Pablo, Altamira y Gualtallary. Pocas cosas tan ricas tienen este nivel poético en el paladar y en el estómago.

Los Abandonados, Cabernet Sauvignon 2016 Paso a Paso, Mendoza

Una de las bodegas emergentes que alimentan el nicho de pequeños productores del país. Tuve el privilegio de probar la segunda botella de esta tirada de muy pocas que hicieron el par de cracks Norberto Páez y Sebastián Bisole, enólogos y agrónomos ambos con uvas provenientes de El Cepillo. Tipicidad absoluta en este vino que reivindica a la zona de San Carlos, donde en 2010, Norberto y Sebastián descubrieron un viñedo de Bonarda de 72 años de edad. Especiado, intenso, 14 meses de barricas americanas y francesas de tercer uso. Todo el glamour de la simplicidad en un vinazo.

Reserva Del Fin Del Mundo, Pinot Noir 2015, Bodega Del Fin Del Mundo, Neuquén

El enólogo Marcelo Miras es un jedi. Con el camino iniciado desde el origen del proyecto y marcando una impronta dejó un nivel de vinos increíbles flotando en el aire antes de irse de Fin Del Mundo y emigrar a su hermoso plan familiar. Uno de los vinazos que quedarán en la memoria de todos los que conocen la constelación de vinos de la bodega más grande de la Patagonia. Un Pinot que habla, ruge, ronca y suspira. Excelente acidez, fruta marcada y un color hermoso, caracterizado por el calor de ese año. Madera francesa y americana en un año de añejamiento, para guardar un lustro o inmediatamente tomarlo. Malditamente rico.

Costa y Pampa, Sauvignon Blanc 2016, Chapadmalal, Buenos Aires

Recuerdo que cuando lo probé este año en la hermosa Bodega Trapiche viendo como se despedía el sol en el atardecer y rodeado de un par de enólogos de la casa me fascinó. Primero su color, luego en nariz se quedó flaco en un principio, esperé a que se abra pero de todas formas le metí un trago. Ahí me di cuenta que me gustaba mucho y que estábamos frente a un gran vino. Sobre la costa de Chapadmalal, provincia de Buenos Aires la bodega cuenta con viñedos que han absorbido algunas cosas relacionadas al mar, la sal, el viento; y eso creo que marca el perfil de los vinos. Si bien este Sauvignon Blanc es reconocible en su tipicidad por hierbas, frutos y cítricos, también tiene un relincho salino que lo hace hermosamente brillante. Frío, obvio.


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