2020, año de pandemia


Se acentuaron las desigualdades en el acceso a los servicios de salud, nutrición, educación, protección social, ingresos y saneamiento; se ampliaron las brechas de inequidad en el ejercicio de derechos.


El 2020 ha sido un año doloroso y traumático para la humanidad, con crisis económicas, sociales y humanitarias como consecuencia de la pandemia. Aun ésta, lejos de haber terminado, nos está dando un respiro como la calma en el ojo del huracán. Los historiadores dicen que las pandemias tienen dos tipos de final, el médico, que ocurre cuando las tasas de incidencia y muerte bajan, y el social, cuando disminuye el miedo a la enfermedad. Sin embargo, es necesario seguir adoptando las medidas de cuidado para evitar contagios y esperar la vacunación masiva para inmunizar a la población.

Este virus ha interpelado nuestra cotidianidad de tal manera que ya nada será igual, cambiaron nuestros comportamientos, costumbres, forma de trabajo, todo se ha reconvertido para poder sobrevivir. Cambió un orden de vida que parecía inexorable, la libertad individual fue alterada en aras de la seguridad colectiva y en pos de la salud.

Frente al contexto de la pandemia se acentuaron las desigualdades en el acceso a los servicios de salud, nutrición, educación, protección social, ingresos y saneamiento; se ampliaron las brechas de inequidad en el ejercicio de derechos.

El impacto económico y social que produjo la pandemia a partir del ASPO profundizó la situación de vulnerabilidad social. Si bien la crisis impactó en toda la sociedad, no hay dudas de que los más afectados fueron aquellos que viven en hogares en condiciones de pobreza. El gobierno nacional implementó programas de transferencia de ingresos, para estos sectores en hogares con niñas y niños se aumentaron las transferencias en la Asignación Universal por Hijo, implementó el programa IFE, AUH, fortaleció políticas de prevención de violencia en el hogar, adicionó transferencias de ingresos a adultos mayores y políticas de protección de empleo; todo esto hizo disminuir los porcentajes de pobreza e indigencia.

La pandemia puso en debate los principios inherentes a los derechos humanos, la interdependencia y la indivisibilidad; todos son igual de importantes, sin que exista una jerarquía entre ellos. Sin embargo, en el 2020 proteger la salud y la vida condicionó el ejercicio de los demás derechos, durante la emergencia sanitaria los derechos humanos cobraron relevancia y también las instituciones que protegen de la vulneración de esos derechos, como la Defensoría del Pueblo de Río Negro, desde aquí se realizó un monitoreo de políticas públicas que tuvo como objetivo que la atención y contención del virus debía tener como centro el pleno respeto por los derechos humanos.

Las políticas públicas deben ser planificadas y diseñadas con perspectiva de derechos humanos. La pandemia nos ha hecho saber que desde lo individual no existen soluciones posibles, debemos pensar en nuevos mecanismos que organicen la vida de manera más solidaria, comunitaria e igualitaria, terminar con las grandes desigualdades es una deuda de la democracia, nos debemos una gran batalla cultural y social.

Esta crisis sanitaria ha puesto al descubierto las verdades de un sistema, tenemos la oportunidad de volver a pensar políticamente cómo debe ser nuestro futuro. Se puso en evidencia que son muchos los retos que se plantean para el mañana en materia de salud. Asimismo la administración pública debe cambiar de paradigma de gestión, lo cual implica el paso de modelo organizacional, público, burocrático, a un nuevo modelo de organización orientada al ciudadano, a la eficiencia de los servicios y la gestión orientada a resultados, fortaleciendo la función pública y la participación ciudadana.

Este desafío es la gran meta, y la pandemia aceleró la modernización del Estado. El caso más elocuente es el Ipross en nuestra provincia, la agencia provincial Innova y el Invap trabajaron proveyendo de los instrumentos informáticos para que el afiliado a través de una aplicación pueda tener las autorizaciones, bonos de consulta, carnet, acceso a recetas, etc., evitando acudir a las agencias de la obra social, avanzar hacia el nuevo modelo de gestión pública es el camino que debemos empezar a transitar.

* Defensor del pueblo adjunto de Río Negro


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