Solo para valientes: mirá las primeras zambullidas en el Cajón del Azul

Si en pleno enero el agua es helada, en estos días, es más. Pero las chicas se animan al chapuzón e inauguran la temporada de verano.

En El Bolsón muestran cómo el verano empieza a llegar a la cordillera y los primeros valientes no le temen a las aguas heladas y se animan a lanzarse. Con el texto «Proeza @camilafayart se adelantó al verano saltando a las gélidas aguas del Cajón del Azul», felicitan a una de las amantes del salto.

«¡Colosa del bosque!» La llaman desde el Facebook del El Bolsón a la primera que se tiró al agua helada. «Con impresionante coraje @vickyoubina saltó hoy al fría agua del Cajón del Azul. ¿Por qué lo hiciste? preguntamos. «No seré una trucha del río, pero agallas me sobran», les respondió.

A 15 kilómetros de El Bolsón, en el extremo sudoeste de Río Negro, se esconde la Esquina de Wharton, el punto de partida hacia una perla preciosa: el Cajón del Azul, un profundo cañadón de roca que bordea el río Azul. Como es zona de reserva está prohibido ingresar con autos o motos, sólo se puede caminando o a caballo.

Durante el paseo se cruza un brazo del río Azul por un puente colgante, un valle de ensueño y al final del trayecto se llega a otro valle en donde está ubicado el famoso cajón del Azul. El mismo tiene 1 metro de ancho por 40 de profundidad. Si uno se asoma puede ver allá abajo correr el río Azul y saber claramente el por qué del nombre del río.

La caminata es larga, dura 3 a 4 horas según el ritmo que se lleves, y hay bastantes subidas, pero la recompensa al llegar vale la pena.


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