Lobos marinos, surfers y perros: encuentro cumbre en Las Grutas
Lo que desde los valles o la cordillera causa asombro, en el golfo San Matías es algo parecido a una rutina, aunque a veces sus residentes también se sorprendan un poco. Como el jueves...
Lo que desde los valles o la cordillera es asombro, para quienes viven en Las Grutas es algo parecido a una rutina, aunque a veces se alinean los planetas y también pueden sorprenderse un poco, como el jueves a la tarde,
Los elementos que se combinaron: un día soleado con una sensación térmica cercana a los 20 grados, mar transparente con viento norte y sedimentos al fondo, remanente de olitas por el viento sur del miércoles ante de plancharse, un grupo de lobos marinos que se acercan a la costa, dos surfers sentadas sobre sus tablas que podían ver la arena en el fondo y el Flaco, uno de los perros playeros más conocidos, que se manda confiado al encuentro a puro ladrido.
Y por si faltara un detalle, estaba el drone de Sebastián Leal que despegó de la primera bajada para registrar la escena. Lo tenía preparado porque estaba listo para salir por si aparecían ballenas, pero no fue el caso. En cambio, observó todo lo que le presentaba el mar y no lo dudó: ahí están las imágenes para demostrar que valía la pena. Lo transmitió en vivo, con sonido ambiente.
Mariela es guardavidas y surfer y el jueves estaba con su tabla junto a su amiga Marina, que es su alumna para seguir sus pasos custodiando el mar y también se le anima a las tablas. Las dos son parte de la tribu que doma las olas en el invierno.
Ese jueves a la mañana el grupo había visto a los lobos cuando surfearon en la bajada cero. Ahí también estaba Agustina Ramírez, estudiante de Biología Marina y fotógrafa oficial de la tribu, que un mes y medio atrás captó a un grupo de delfines y lobos surfeando.
A la tarde las dos se metieron en la primera bajada. Sentadas sobre las tablas vieron a dos lobitos que se acercaron. «Estaba tan lindo el día que daba ganas de meterse de nuevo», cuenta Mariela.
«Primero apareció un lobito, después otro, al ratito eran cinco. Se acercaban pero hasta ahí. Creo que ellos y nosotras estábamos esperando las olas, pero el mar se había planchado. Les daba curiosidad el movimiento. Cuando Marina braceaba venían un poco y si estábamos quietas se alejaban», cuenta Mariela.
«¿Si son rutina estos encuentros? Si vas a pasar varias horas en el agua sabés que algún encuentro vas a tener: lobos, delfines, a veces te asustás porque aparecen de repente. Los lobos cuando siguen una ola no avanzan siempre como los surfers, en un momento se tirán para atrás y escuchás el ruido del panzaso. Otras veces estás sentada en la tabla y ves el salto de una ballena a lo lejos, escuchás su soplido. Y otras te puede pasar como el jueves, que estás a metros de los lobos y se sume un perro», relata.
¿Y qué pasó con el Flaco? «Se metió con todo ladrando pero cuando vio que los lobos no se achicaban algo no le gustó porque puso cara de pánico y salió como loco para la orilla. Es increíble como se adaptaron al agua estos perros playeros. El Mocho llegó a aparecer en la plataforma de buceo, que está a un kilómetro y medio de la costa».
«Es como lo del jueves, si lo contás por ahí no te creen, te dicen no seas exagerada. Pero así son las cosas por acá. Por eso bromeaba con Seba Leal, le decía que fue un encuentro de especies», cuenta Mariela y antes de despedirse agrega desde la playa (salió a chequear el estado del mar) que en el invierno las ballenas, los delfines y los lobos se adueñan de las aguas cercanas a la costa, un espectáculo que es parte de la rutina de lo extraordinario.
Para ver más videos: https://www.facebook.com/SebaLeal-102714454807348
Para ver más fotos de los surfers: https://www.instagram.com/minombreesmuycomun/?hl=en
Comentarios