Peche, el camionero inocente, cuenta su odisea

Hebe Rajneri

Para Oscar Peche nada será igual. La vida le dio un giro inesperado y sorprendente cuando lo acusaron de un asalto y durante 15 meses y 6 días estuvo tras las rejas en una cárcel de Corrientes. “Durante un tiempo no dormí de noche, tenía miedo que me apuñalaran o me hirieran. Ahora estoy más tranquilo y tratando de retomar mi vida”, reconoce este camionero de 41 años que por fin regresó a Roca y pudo abrazarse con sus hijas y su esposa. La casa de Peche , en el barrio El Porvenir, se transformó en el centro de todas las miradas desde que sus vecinos y allegados se enteraron que fue liberado. Entre abrazos y llamadas telefónicas, este transportista intenta retomar su rutina y dejar atrás una historia que seguramente le cambió la vida para siempre. El sórdido relato de Oscar se remonta al 7 de septiembre de 2012 cuando se encontraba en un supermercado de Santo Tomé, en la provincia de Corrientes. Tras realizar los trámites aduaneros para cruzar con su camión cargado de manzanas a Brasil, decidió ir de compras con otros dos transportistas que conocía. “A la salida abordamos un taxi y a las pocas cuadras nos detuvo un patrullero y nos dijo que teníamos que ir a la comisaría. La verdad, pensé que era un chiste; en esta actividad siempre se hacen bromas”, comentó. Pero rápidamente las cosas cambiaron. Peche quedó detenido y sus amigos liberados. “Después me enteré que alguien me había reconocido por un supuesto asalto”, cuenta Oscar, con la misma cara de asombro que puso cuando el oficial le informó de los cargos en su contra. Luego de unos días entre rejas llegó la primera aclaración de uno de los abogados, quien le dijo que estaba “muy complicado porque lo habían reconocido por un hecho delictivo que sufrió una familia de esa localidad. “Yo no lo podía creer. Soy un tipo que siempre fui de frente nunca oculté nada y todo en la vida me lo gané con mi esfuerzo”, cuenta todavía indignado este camionero quien desde hace cinco años hacía el recorrido con fruta desde el Valle hasta Brasil. A partir de ese momento pasó los momentos más difíciles de su vida. “Llegamos a ser 60 personas en seis celdas en la Unidad 5. Allí vi cosas que nunca me voy a olvidar. Una vez un muchacho se cortó las venas y le pusieron 30 puntos. Cosas increíbles que voy a recordar siempre”, cuenta todavía aturdido por la estremecedora historia. Las noches se transformaron en desvelos eternos por la vida de los reclusos en ese penal. “Había noches que temía por mi vida”, sostiene. La ayuda de su esposa María Muñoz y de sus hijas Tamara (22) y Agustina (16) fue el gran sostén para no perder la cordura en una realidad que siempre le fue adversa. “Todos sabían de mi inocencia. Hasta la policía que investigaba el caso me decía que no era el autor porque no coincidía con la descripción del delincuente. El único que no creía era el juez de Instrucción, Rodrigo López Lecuber”, contó Peche quien aclaró que luego se enteró que el magistrado tenía una relación de amistad con las víctimas. “Creo en Dios y por mi trabajo no iba nunca a la Iglesia. Siempre tuve mucha fe en que en algún momento iba a recuperar mi libertad”, contó Oscar quien aseguró que esta experiencia le servirá para replantearse su vida y disfrutar más de su familia. Con la tranquilidad que da el entorno familiar, Peche recuerda que en este difícil trance hizo muchos amigos. Muchos de ellos los propios guardias del penal que luego de una medida judicial lo alojaron en un departamento donde podía salir todas las mañanas. “Ahora quiero recuperar mi vida. Estoy tratando de volver a la actividad lo antes posible y quiero volver a hacer el mismo recorrido a Brasil. Siempre fui inocente y no tengo por qué cambiar mi vida”, se entusiasma Oscar tratando de remontar el difícil momento que le tocó vivir durante este tiempo. Sólo el paso del tiempo y la compañía de sus familiares y amigos le permitirán a este camionero volver a recuperar la alegría y dejar atrás la tristeza de esta historia.