Cuando el comisario se va, un preso atiende y recibe las denuncias

CHUBUT

La puerta de la comisaría estaba cerrada.

Entonces golpeó la puerta. Lo hizo una vez. Dos. Tres.

– ¿Quién llama?

Vilma Pinilla se identificó pero debió ir hacia una de las ventanas de la comisaría para que la vieran desde adentro.

– Mire, el comisario no se encuentra pero dígame que necesita.

– Quiero hacer una exposición policial.

– Espere que ahora le abro la puerta.

A los pocos minutos, Vilma Pinilla fue atendidad por el detenido, que tenía las llaves de la comisaría.

Pinilla le comentó el motivo de su visita y el hombre le dijo que no podía tomarle la exposición pero que si esperaba un poco podía llamar al jefe de la comisaría. Fue entonces cuando la mujer hizo la pregunta del millón: ¿Y usted quién es? La respuesta la dejó casi sin habla: “Yo soy el preso. Ocurre que cuando el jefe (de la comisaría) se va me deja las llaves a mí”, le dijo.

Luego, el detenido llamó al comisario a cargo. “Dijo el jefe que le tome a la señora la declaración que él después va para allá”, le dijo a Pinilla. Por supuesto que la mujer optó por no hacer ninguna exposición y le dijo al “preso-jefe” que volvería al otro día.

Esto ocurrió horas atrás en Facundo, una comuna rural ubicada al sudoeste de la provincia de Chubut.

El episodio sale ahora a la luz porque la expresidenta de la comuna se acercó hasta la comisaría porque al terminar el cargo en la presidencia municipal quería dejar constancia de la cantidad de dinero para no tener problemas en el futuro.

El jefe de la Policía de la provincia, comisario Rubén Cifuentes, aseguró que esta situación “no es normal ni en pueblo chico ni en pueblo grande”.

“Si hubo negligencia de los empleados policiales quienes deberían haber estado custodiando a los detenidos, administrativamente habrá responsables”, aseguró.

Fuentes: El Patagónico y Jornada