A 25 años del ascenso de Deportivo Roca a la Liga Nacional de Básquet

El ascenso a la Liga Nacional logrado por el Naranja aquel 14 de mayo de 1993 marcó un antes y un después para el básquet de Roca y de la región.

Deportivo Roca, que todavía no cumplió 50 años, acredita en su palmarés tres conquistas que hicieron historia. Dos tuvieron al fútbol como protagonista, como fueron sus clasificaciones para el Torneo Nacional. Aunque, tal vez, la más trascendente llegó por el lado del básquet y fue el ascenso a la Liga Nacional de básquet, 25 años atrás.

Desde ese día, el Depo se convirtió en uno de los clubes referentes del deporte en la Patagonia, especialmente en el básquet, y en todo lo que incursionó fue protagonista. Una conquista que será difícil de superar en el tiempo.

Fue un 14 de mayo de 1993, cuando derrotó a Independiente por 82 a 81, en General Pico, y barrió la serie final 3 a 0. Así se metió en la elite del básquet. Hay una historia atrás, que conoce de tremendos esfuerzos para que el Depo fuera avanzando en la escala nacional. Hoy se festejan 25 años de una conquista que se agiganta con el paso del tiempo por lo que costó llegar y lo difícil que fue mantenerse entre los mejores.

“Fue algo muy importante para el básquet de Roca y de la región. Creo que nadie, ni dirigentes, cuerpo técnico o jugadores pensábamos, cuando se armó el equipo, en lograr el ascenso. No me quiero olvidar de la gente, de cuando el poli quedaba chico con cada presentación del Depo”, aseguró Pablo Coleffi, entrenador de aquel equipo.

“¿Cumplimos los 25 años del ascenso?”, preguntó sorprendido Leandro Ginóbili, cuando se lo invitó a recordar el desembarco del Depo a la Liga Nacional de Básquetbol. El hermano mayor de Manu se prendió enseguida en repasar lo que fue ese periplo. “La campaña fue rara, cuando empezamos éramos un grupo de desconocidos. A medida que pasaron los días, todo cambió. Me tocó compartir la vivienda con Leopoldo (Ruiz Moreno), Diego (Casemayor) y Eduardo Martínez. Tengo un gran recuerdo de esa época”, afirmó.

Otro de los protagonistas que también rememoró lo realizado fue Diego Casemayor. “La verdad es que tengo los mejores recuerdos, la gente hoy todavía en la calle se acuerda de ese momento. Fue un año espectacular”, indicó.

Carlos Pablo y Juan Carlos Occhionero fueron dos de los tantos dirigentes que estuvieron en aquella época. Juan Carlos aseguró que “fue la culminación de muchos años de trabajo, de muchas frustraciones aunque nosotros nunca tuvimos la posibilidad de armar un equipo que fuera favorito porque nuestros presupuestos siempre eran muy bajos”.

“Yo creo que la clave en todo esto es que hubo dos equipos: uno que era el que se encargaba de jugar, y el otro que se encargaba de reunir y conseguir todo lo necesario. Creo que ahí estuvo el secreto”, agregó Pablo.

Con respecto al equipo, Coleffi hizo su descripción: “Ese equipo estaba formado por muchos jóvenes que hacían sus primeras armas. Llegar a Roca fue lo mejor que le pudo pasar a Leopoldo (Ruiz Moreno). Leandro (Ginóbili) era otro chico atrevido que jugó bárbaro, Diego (Casemayor) lo mismo, me acuerdo de Cachorro Martínez que tuvo una participación muy buena. El “Chino” López, el “Burro” Crivaro, el “Pájaro” Mazzela y por supuesto el gran Darryl Parker, se me pone la piel de gallina cuando hablo de él, jugó de todos los puestos y era muy querido porque lo que hizo para el equipo fue increíble”.

En cuanto a la final, Ginóbili expresó que “con Independiente barrimos la serie, fuimos inteligentes y les ganamos en su casa”. Sin dudas, aquel ascenso significó una revolución. No sólo para la ciudad y la región, sino que también para los protagonistas.

“El recuerdo de Roca es el mejor, yo siempre dije a lo largo de mi carrera que es el lugar donde mejor me trataron y donde fui muy feliz. No sólo por el hecho deportivo sino porque me sentí respetado”, dijo Coleffi.

Ginóbili, por su parte, aseguró que su paso por el Depo le dejó “enormes recuerdos. Mi mujer es roquense, me traje el premio mayor. La pasé muy bien porque es gente agradable. Un grupo de dirigentes que no tenían un peso, pero eran muy piolas. Me quedo con Roca de todas las ciudades que estuve”.

Las tapas de aquella época dorada:


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