A cien años de la llegada de los galeses a Luis Beltrán

La galesa ha sido una comunidad integrada al resto de los inmigrantes y criollos de la región de Valle Medio desde el primer momento de su llegada. Ahora es tiempo de recordarlo y festejarlo, afirman sus descendientes.

Nini Griffith da testimonio de la inmigración galesa en Valle Medio: «tenemos que todos juntos festejar nuestra historia»
LUIS BELTRAN (AVM).- La isla de Choele Choel era, un siglo atrás, un inmenso pastizal. Un desparramo de casas donde no había alambrados y la vista se perdía.

El 6 de abril, cien años atrás, Edward Owen y Meuring Hughes se sacudieron la modorra de un viaje que había comenzado una semana antes. Sin saberlo, eran los primeros galeses de una avanzada que dejaría huellas para siempre en la zona.

Algunos meses más tarde se le sumarían varias familias galesas, en principio a trabajar, pero como se sabe ocupar un lugar en el mundo tiene que ver con la tierra donde se deshilvanando los sueños.

Un poco de historia

El 28 de julio de 1865, el «Mimosa», un mítico velero llegaba a las costas de Argentina. A bordo, 150 pasajeros galeses, que dos meses atrás habían dejado su amado Gales, llegaban buscando nuevos horizontes.

Se establecieron en el Valle Inferior del río Chubut.

Allí iniciaron una nueva vida, con luces y sombras con momentos de prosperidad y de duras dificultades, pero siempre plena de heroísmo y generosidad. Muchos de esos obstáculos típicos de este lado del mundo, la cruel rigurosidad del desierto, las diferentes características del suelo y las inundaciones de los ríos, que ocasionaban constantes perjuicios sobre los cultivos y sobre las incipientes aldeas.

A fines del siglo, el gobernador Eugenio Tello vio que en la gran isla de Choele Choel había muy buena tierra, pero estaba poco cultivada.

Recordó, entonces, a sus viejos amigos de Chubut, con quienes había anteriormente trabajado. Había admirado a los colonos galeses y las obras que habían hecho de irrigación del Valle del río Chubut.

Se comunicó con el presidente argentino Julio A. Roca solicitando colaboración para trasladar familias desde Chubut y hacer la isla habitable.

Dos hombres fueron elegidos para visitar la isla: el ingeniero Edward Owen y el Señor Meurig Hughes, quienes llegaron el 6 de abril de 1902. La tierra era buena y alta, muy difícilmente inundable. El bosque cubría las orillas del río, y había gran cantidad de pastos para los animales.

Muy cerca un servicio de trenes podría transportar las cosechas hasta Bahía Blanca y, desde este puerto, podría ser exportada a Europa.

El gobernador prometió que cada chacarero sería propietario de la tierra que hubiera trabajado durante siete años.

El gobierno les daría dinero y algunas carpas del ejército para vivir hasta que las casas fueran construidas. Los galeses podían organizar sus chacras y hacer el sistema de canales según lo desearan. Así, tras ese sueño, setenta colonos llegaron a las isla el 24 de setiembre de 1902, luego de cruzar el desierto en carros. Todos vivieron en carpas durante ocho meses.

El 24 de setiembre de 1903 el gobernador fue invitado a abrir la primera compuerta y dejar inaugurado el sistema de riego. Ese día se festejó con asado con cuero, y los colonos actuaron en los coros que habían armado tiempo atrás.

En los años siguientes, los galeses hicieron un gran esfuerzo. Construyeron compuertas, abrieron canales, cultivaron campos, plantaron cortinas de álamo contra los vientos, crearon varias empresas y fundaron escuelas. Se dedicaron a Dios en las capillas, mostrando en cada acción la fortaleza de su fe.

Pero el grupo de galeses que llegó a Río Negro, tuvo que sufrir un fuerte hostigamiento ideológico generado por los representantes de la religión oficial del país, por lo que fueron perdiendo la cultura galesa, el lenguaje y la religión. Por esta razón, el nombre original de «Tir Pentre» fue reemplazado por «Villa Galense» y luego, por «Luis Beltrán», en memoria de un sacerdote católico que ayudó en la guerra de la independencia argentina.

Para agendar y prepararse desde ahora

LUIS BELTRAN (AVM).- El centenario de la llegada de los galeses no puede pasar inadvertido en la región: por ello, una comisión ha organizado una interesante e imperdible serie de festejos que comenzarán el 21 de setiembre con la recepción de autoridades, delegaciones y visitantes.

A las 14 de ese día, en el Club Social y Deportivo Luis Beltrán, se realizará la presentación de las delegaciones de colectividades y hablará en la oportunidad el intendente Robin del Río.

Después se presentará el libro «Pasado de Luis Beltrán» y la «Guía para un recorrido histórico-turístico». Asimismo se pondrá en exhibición el primer plano de riego de la isla. Y se hará la apertura de la exposición de «fotos y video».

A las 19 se celebrará una gran velada aniversario donde habrá un musical de Pablo Otazu y un concierto coral con la presentación de los coros de la provincia de Chubut, Viedma y Luis Beltrán.

El 22 por la mañana estará dedicado a las actividades de evocación histórica. Los actos comenzarán a las 9,30 con el izamiento del pabellón nacional y la oficialización de una placa en la primera casa de la «Villa Galense»,

A las 11,30 se hará una visita y recorrida por el primer canal galés, hasta antiguo repartido, donde habrá charlas explicativas de cómo se construyó la obra.

A las 17 en el Club Luis Beltrán se realizará un tradicional té galés. Habrá exhibición de la elaboración de manteca casera con maquinaria tradicional. Participarán del evento historiadores del Chubut, que hablarán sobre «las vivencias patagónicas».

El 23 desde las 10 hasta la 19 continuará la exposición fotográfica. Presentación de herramientas utilizadas por Edwar Owen y M. Hughes en la nivelación de la isla. Habrá una serie de muestras y presentaciones.

Mientras que el 24 se realizará el acto central a cargo del municipio de Luis Beltrán.

La otra historia: Una resistencia pacífica, en pos de una integración enriquecedora

LUIS BELTRAN (AVM).- La historia no refleja todos los hechos. Siempre hay detalles que escapan a los historiadores. Algunos de ellos importantes, porque hacen a la construcción de los pueblos y sus identidades.

La llegada de los galeses a Luis Beltrán es el reflejo no sólo de un grupo de inmigrantes en busca de una nueva vida sino también de la integración de aquellos que llegaron y quienes ya estaban habitando esta tierra.

Esta integración fue pacífica, sin grandes conflictos. Pero sí es cierto que los inmigrantes debieron soportar las presiones de los sectores, en ese momento más poderosos dentro del Estado. El combate se dio por la religión. Los galeses ya habían sufrido las presiones del reino inglés por ser protestantes y en la Argentina la situación fue, aunque no tan extrema, similar.

Nini Griffith es una de las pocas descendientes de inmigrantes, cuyos dos padres eran galeses; por ello conoce con detalles la historia de sus antepasados. Sostuvo que llegaron porque el reinado inglés los sometía a un régimen implacable de trabajo en las minas de la isla, además de perseguirlos por su religión.

En busca de sosiego, libertad, llegaron a la Argentina, insiste en su relato a este diario.

En Valle Medio, Nini mencionó que aquellas promesas hechas por el gobierno de ser propietarios de la tierra luego de trabajar siete años recién se cumplieron a los 40 años de haber estado trabajando en la isla.

Además agrega que debieron sufrir las presiones de la Iglesia Católica, que no veía con buenos ojos que un grupo de protestantes se asentaran en la zona. Así la capilla que habían construído en el centro del poblado debieron trasladarla a una chacra.

Por eso, la historia de los galeses también está hecha de resistencia. Una resistencia pacífica. En el camino de la integración se fueron perdiendo algunos rasgos de su cultura, como la propia religión, el idioma y algunas costumbres. Ha quedado aún muy grabado el ritual del té de las cinco.

«Mi madre, mencionó Nini, tenía siempre invitados a tomar el té. Además ya la conocían por eso».

«No todas las familias que llegaron a Luis Beltrán decidieron quedarse. De las 40 familias sólo se asentaron nueve», dijo Nini.

«Que los indios son malos, ¿de dónde?

«Toda esta historia de resistencia no está contada. Porque además la historia de los galeses fue distinta. Ellos por ejemplo no se peleaban con los indígenas, sino que mantenían buenas relaciones, incluso comerciaban. Esto se dio sobre todo en Chubut. Porque cuando llegaron acá no había ya casi indígenas», relató Nini.

Por su parte, Millie Pedranti, que integra el grupo que está organizando los festejos por el centenario de la llegada de los galeses mencionó que «en realidad empezamos con la inquietud de saber además quién estaba acá. Preocuparnos por la historia del pueblo. El pueblo estaba disperso. En realidad el pueblo se traza años después».

«Muchas familias llegaron para hacer el trabajo de la construcción del canal y volverse. Pero además porque estaban cansados de las crecidas del río Chubut, que les llevaba todo», sostuvo.

«Cuando ellos estuvieron en Chubut, los indios nunca los atacaron, estas cosas que me contaba mi madre me impactaron mucho. Entonces cuando yo iba a la escuela y la maestra me decía que los indios eran malos yo no entendía nada. Incluso en mi casa trabajó don Ignacio Catriel», relató.

«La integración fue excelente. Los habitantes de la zona los ayudaron mucho. Porque ellos vivieron mucho tiempo en carpas», concluyó.


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