¡A disfrutar!

Aunque no muy difundida en el país, Marlango es una excelente banda española. Anoten.

El grupo español Marlango, que encabeza la cantante y actriz Leonor Watling, visitó este miércoles por primera vez la Argentina. “Todos nuestros amigos nos hablan de lo genial que es el público, de lo culto que es musicalmente, y queremos estar allí después de, por suerte, haber roto con la tradición de la industria de no llevar de gira a artistas poco conocidos”, expresó Watling en comunicación telefónica desde Madrid. “También mis amigos actores como Leo Sbaraglia y los Alterio nos hablan maravillas de lo que es Argentina culturalmente y queremos que a la gente le guste y poder volver todos los años”. El concierto del miércoles en el Centro Cultural Recoleta le permitió a Marlango presentar las canciones de su último disco “Life in the treehouse”. Watling, dueña de una belleza perturbadora, se hizo conocida al trabajar en filmes como “A mi madre le gustan las mujeres”, “Mi vida sin mí” y “Mala leche”, pero además acaba de actuar junto a Leo Sbaraglia en “Salvador” y protagonizará “Teresa, muerte y vida”, dedicada a Santa Teresa, un polémico filme dirigido por el escritor español Ray Loriga. Marlango es un trío que Watling encabeza y comparte con el pianista Alejandro Pelayo y el trompetista Oscar Ybarra, con el que editaron cuatro discos de los cuales tres, “Automatic imperfection”, “Electrical morning” y “Life in the treehouse”, ya fueron editados en la Argentina. En un principio, Marlango creaba climas de jazz de tugurios, de cabaret a lo Kurt Weill. Luego fue sumando rock a la americana mezclado con country alternativo y algo de folk. En “Life…” esta búsqueda se profundiza y los Marlango se transforman en los Cowboy Junkies iberoamericanos al sumar una slide y lograr que la voz de Watling adquiriera tintes a lo Margo Timmins como en “The long fall”, el tema de promoción. Además, este disco suma cultores de ese estilo con el estupendo cantautor canadiense Rufus Wainwright, los Pereza y el músico de jazz Ben Sidran, que fue sesionista de Bob Dylan, Eric Clapton, Rolling Stones y la Steve Miller Band. La actriz y cantante –mujer de Jorge Drexler– habló de la banda, de literatura y del nuevo disco. Un disco y una banda para tener en cuenta. –Este disco es más pop que el anterior, ¿a qué obedecen los cambios? –Creo que es como la reacción a la crisis que vivimos los españoles. El disco traza una diferencia entre lo importante y lo fundamental, pero además teníamos ganas de bailar, alejarnos de muchas cosas de la vida cotidiana. –¿Y dónde nació este cambio? –Hemos aprendido mucho en estos años de existencia de Marlango. Los conciertos me han enseñado mucho, por eso esta vez escribimos muchas canciones cálidas, muy lindas. También me han remarcado un cambio en la voz, que está más cálida, y eso tiene un quiebre que fue el día en que colaboramos con Fito Páez en su DVD. Fito me obligó a cantar con falsete. –¿Cómo fueron saliendo las nuevas canciones? –El sonido que veníamos consiguiendo en la sala de ensayo era mucho más ligero, no había tensión. Además, no ensayamos antes de entrar a grabar el disco, las canciones se quedaron con la sencillez que tenían cuando las escribimos. –¿Cómo fue contar con la participación de Rufus Wainwright? –De pura caradurez mía. Rufus estaba en Madrid tocando y yo conocía al dueño del local donde iba a presentarse y pude conocerlo, le llevé nuestros discos y le di un demo con tres canciones para que eligiera. Dos días después mi amigo me dijo que a Rufus le habían encantado los discos. Unos días después recibimos un mail donde nos decía que había elegido la canción “The answer” y a las semanas nos llegó un mail con un archivo sonoro con coros y un arpegio con la mano derecha en el piano, que son dos elementos frágiles que hicieron que la canción floreciera. –A la hora de las letras, ¿qué querías decir y qué estabas leyendo? –Estaba leyendo J. D. Salinger, que me tranquiliza mucho porque es profundo y lento. Estoy leyendo “9 cuentos” y me dieron ganas de ser uno de los Tenenbaum. Las letras tienen muchos significados, resumen un poco el espíritu del disco, que es que la vida es tan larga que es mejor disfrutarla. Intento que las letras tengan dos o tres lecturas; a veces una nana para los niños puede ser una canción de amor para una pareja. Además creo que la gente hace su propia lectura de la canción: al que la escribe sólo le quedan los derechos de autor, lo demás corre por cuenta de quien la escucha.


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