adiós pantera negra
Eusebio se transformó en mito del fútbol mundial. Ayer sufrió un paro cardíaco y pasó a mejor vida. Todo Portugal lo lloró. La historia de un genial futbolista.
El mítico Eusebio da Silva Ferreira falleció a los 71 años cuando el corazón le dijo basta, y el fútbol mundial le rindió un homenaje eterno. La noticia conmocionó por entero a Portugal, ya que Eusebio se había convertido hacía ya mucho tiempo en algo más que un extraordinario futbolista, comparable a Pelé o a Di Stéfano: era parte de la mejor memoria y de la mitología de un pueblo. La Pantera Negra fue conocido por su velocidad, su técnica y su potente disparo. Eso lo llevó a ser considerado uno de los mejores de todos los tiempos. Sus palmareses hablan de que logró el Balón de Oro en 1965, ganó una Copa de Europa con el Benfica y lideró a Portugal hasta el tercer lugar en el Mundial de 1966. Además, fue 10 veces campeón de liga y se proclamó en dos ocasiones Bota de Oro de Europa, con 43 goles en la temporada 1967/68 y 40 en la 1972/73. La exitosa trayectoria de Eusebio se fraguó cuando abandonó con apenas 18 años su Mozambique natal a mediados de diciembre de 1960 y viajó de incógnito (utilizó un nombre de mujer) hasta llegar a Lisboa, donde fue recibido por su compatriota y ya jugador del Benfica Mario Coluna, a quien le entregó una carta escrita por su madre en la que le solicitaba que cuidara de su hijo. El jugador del Benfica se convirtió en protector de Eusebio, a quien ayudó a ganar sus primeros sueldos y comprar sus primeros trajes. Eusebio había aterrizado en la capital lusa tras haberse destacado en el Sporting Club de Lourenco Marques mozambiqueño por su descaro y capacidad goleadora, lo que pronto llegó a oídos de los mejores clubes portugueses. La versión más extendida asegura que el Benfica negoció directamente con la madre del jugador y logró cerrar su traspaso por 250.000 escudos, mientras que el Sporting llegó a un acuerdo con su club de origen que, finalmente, no sirvió de nada. Rodeado del más estricto secreto (el Benfica utilizaba en sus documentos el nombre de Ruth Malosso cuando se refería a Eusebio, para despistar), el club decidió aislar al futbolista a su llegada a la capital y lo trasladó a un hotel del sur de país, donde permaneció varios días hasta que cerró el acuerdo. “Me levantaba pronto para ir a hacer unas carreras y dar unos toques; nadie me conocía y en el hotel sólo había extranjeros”, recordó el genial futbolista. El temor a ser descubiertos llegó hasta tal punto que incluso se dice que el dirigente del Benfica Domingos Claudino dormía con una soga atada por un extremo a un dedo de su pie y por el otro al dedo de Eusebio, por si alguien intentaba llevárselo durante la noche. El Sporting de Lisboa protestó a la Federación Portuguesa de Fútbol, e incluso su club de origen en Mozambique denunció la “retención” del jugador al no dejarlo regresar a su país. Entonces, el embrollo legal forzó a Eusebio a estar parado cinco meses y debutar en un amistoso, en el que logró tres de los cuatro goles de su equipo. De hecho, no pudo jugar la final de la Copa de Europa que ganó el Benfica en 1961. Pero fue en el Mundial de 1966 donde Eusebio alcanzó eso que pocos logran: tocar la gloria. Ocurrió en un partido que recuerdan todos los portugueses mayores de 50 años. Corrían los cuartos de final y Corea del Norte se colocó 3-0 en el minuto 25’. Era la primera vez que Portugal participaba en un Mundial y muchos intuyeron que el camino de regreso a casa estaba cerca. No Eusebio, que le dijo a su compañero Antonio Simoes que no se preocupase, porque iban a pasar. Dos minutos después marcaba el primero de los cuatro que iba a lograr esa tarde y de los cinco que conseguiría la selección, y que llevaron a Portugal al triunfo y al éxtasis. Después el equipo caería en las semifinales. Con todo, la Pantera Negra fue elegido mejor jugador de ese campeonato (9 goles en 6 partidos). Tras 15 exitosos años en el Benfica, comenzó un periplo que le llevó a jugar con cuatro equipos distintos de EE.UU., en el Monterrey mexicano e incluso en la segunda división lusa, para acabar retirándose en la temporada 1977/78, a los 36 años. Ayer sufrió un paro cardíaco y todo Portugal lo lloró. Entonces, la Pantera Negra se transformó en mito.
Los goles, en 557 partidos, que marcó Eusebio en el Benfica, con el que ganó 11 campeonatos de liga. En el seleccionado portugués gritó 41 tantos en 66 presentaciones.
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