Rechazaron la prisión domiciliaria para Llambay

La solicitud de su defensor fue por razones de salud. El juez entendió que tiene garantizada la atención médica.

Deniegan prisión domiciliaria a Miguel Angel Llambay, solicitud que fue fundada en razones de salud que le habrían generado una notable disminución de su peso al perder unos 18 kilos.

Al considerar que una denegatoria resultaría arbitraria, en los fundamentos del pedido el abogado defensor Hugo Lapadat destacó que Llambay “cuenta con recursos materiales suficientes para obtener en forma privada y a su costa, una mejoría superlativa de sus dolencias y una dieta alimentaria tendiente a restablecer su evidente decaimiento físico”.

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Agregó que de ser mantenida en el tiempo la situación actual de su defendido “podría agravar su salud hasta el extremo de riesgo vida, toda vez, que el Servicio Penitenciario no está preparado -como así también ningún estamento del Estado- para prevenir y contemplar situaciones como la planteada”.

Desde noviembre del año pasado Llambay cumple una condena de cinco años de prisión por causar lesiones gravísimas a un joven en el interior de una confitería viedmense. Esa sentencia había sido dictada hacía seis años pero el imputado se mantuvo prófugo hasta el año pasado.

El juez de Ejecución Penal de Viedma, Ignacio Gandolfi, denegó la prisión domiciliaria al considerar que en este caso no se reúnen los requisitos establecidos por la Ley en el sentido que una decisión de estas características debe estar fundada en informes médicos. Y en este sentido aseguró que “existen razones suficientemente fundadas en cuestiones médicas que me permiten inferir la imposibilidad de encuadrar la patología que atraviesa el interno Llambay, como habilitante de la excepcionalidad que conlleva el arresto domiciliario. No han sido debidamente corroborados -a mi entender- el móvil o causa que habilita y justifica de citado beneficio penitenciario”.

El magistrado agregó que tampoco se constató que la permanencia del interno Llambay en el medio carcelario y en las condiciones en las que se encuentra “le impidan recuperarse o tratar su dolencia”. Tras agregar, en base a los informes recibidos, que siempre fue asistido por las psicólogas del Penal y se encuentra en tratamiento bajo la supervisión de un médico psiquiatra interpretó que “la administración penitenciaria garantizó razonablemente la atención médica y por ello la patología que atraviesa Llambay puede ser afrontada en su estancia carcelaria”.

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Gandolfi tuvo en cuenta también las conclusiones del Cuerpo Médico Forense que señalan que Llambay presenta un trastorno adaptativo -con síntomas ansiosos- producto del proceso carcelario y que se producen al inicio del encierro por el estrés que genera la misma situación de detención, provocando síntomas emocionales o comportamentales.

En la resolución el juez ordenó a la dirección del Penal N°1 de Viedma que adopte las medidas necesarias que garanticen a Llambay el suministro diario de la medicación indicada, amparar la continuidad de los controles psiquiátricos necesarios y que se adopten las medidas necesarias a los fines de salvaguardar al interno el estado de salud e integridad física, debiendo realizar las modificaciones necesarias para que en su estadía intramuro se minimicen los estresores vinculados a la convivencia con los demás internos.


Agredieron a Llambay en el penal de Viedma

Un interno del Penal N°1 de esta capital sufrió una lesión punzante en el abdomen. Se trata de Miguel Angel Llambay, quien en el marco de una presunta discusión con otro interno fue apuñalado. La lesión fue superficial y no puso en riesgo su vida.

El interno fue traslado al hospital Zatti donde recibió las primeras atenciones tras el hecho ocurrido el jueves en el sector de condenados del Penal N°1.

Además Llambay ha presentado un recurso ante la Justicia reclamando prisión domiciliaria sobre el que aún no se ha tomado ninguna determinación.

En noviembre del año pasado el imputado comenzó a cumplir una condena de cinco años de prisión por causar lesiones gravísimas a un joven en el interior de una confitería viedmense. Esa sentencia había sido dictada hacía seis años.

Todo ese tiempo Llambay había permanecido prófugo hasta que el 24 de octubre de 2016 fue detenido en la zona de Puerto Maderos en Buenos Aires, donde habría residido durante parte de esos años de ser buscado por la Justicia rionegrina. No se descarta que haya circulado con otra identidad.

A fines de setiembre de 2011 el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro confirmó la condena de cinco años de prisión que pesaba contra Llambay por el delito de “lesiones gravísimas”, razón por la cual debía cumplir la sentencia dictada en noviembre de 2010 por la Cámara en lo Criminal de Viedma.


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