Alto Vuelo en sidras

A la sidra no solo le toca hacerse un lugar entre la cerveza y el vino, sino que también tiene que lograr romper el estigma de bebida hecha con el descarte de la fruta y un nivel de azúcar capaz de hacerte volar las teclas de la boca en un ratito, además obviamente de creer que solo se toma en Nochebuena y Año nuevo.

Nada de eso. La sidra va camino a transformarse en una bebida con popularidad. ¿Cuando?, no tengo idea, solo sé que mientras sigan apareciendo nuevos proyectos, habrá más chances de que suceda.

Conocí la sidra Alto Vuelo en el último Festival del Chef en Villa Pehuenia. Si bien a los hermanos Ricardo y Farid Tello los conozco por su incursión desde pequeños en el mundo del vino (son los responsables de la bodega boutique San Sebastián en Cervantes), esta vez me tocó conocer de cerca uno de sus productos y déjenme decirles está a la altura de todo lo bueno que producen.

Ricardo Tello y Luciana Persiani son los responsables de elaborar Alto Vuelo utilizando fruta del valle de primera calidad, sobre todo la variedad Pink Lady, un cepaje que en Europa esta muy bien visto y tiene excelentes características. Ambos vienen recorriendo los caminos de la producción vitícola y fruti-hortícola de cerca y este proyecto lo traccionan juntos.

La sidra Alto Vuelo según Ricardo no utiliza descarte, es todo fruta de excelente calidad, lavada al extremo. A partir de ese punto comienza a procesarse.

Inspirados en las técnicas españolas, utilizan un prensado con tela evitando el agregado de agua y logrando un nivel de acidez envidiable.

Utilizan método champenoise, donde la segunda fermentación sucede en la botella logrando una burbuja fina y persistente.

Su nivel de azúcar es hasta siete veces más bajo que cualquier sidra industrial en el caso de las Extra Brut. Además elaboran Nature, y Demi Sec.

Alto Vuelo, una sidra champanizada, excelente para tener siempre en cuenta.

En instagram @sidraltovuelo