Ana Prieto: Los terroristas hoy “editan y difunden” sus acciones en la web

La periodista y autora del libro “Todo lo que necesitás saber de terrorismo” explica la dinámica de los grupos y atentados recientes.

La periodista indagó sobre las distintas modalidades históricas de esta violencia política.

La definición de qué es un acto terrorista a menudo es compleja, lo que para unos es “terrorista” para otros es “resistencia” o guerrilla”. Por este motivo, la periodista Ana Prieto dedicó años a investigar este fenómeno, reunió fuentes, testigos y entrevistas para dar forma al libro “Todo lo que necesitás saber de terrorismo”, que en sus propias palabras “es un concepto resbaloso y complicado y existen muchas definiciones”.

“El terrorismo consiste en matar o dañar a personas que no están involucradas activamente en hostilidades de ningún tipo, con una intencionalidad propagandística y en la persecución de un fin político. Como tal, ha sido una estrategia utilizada por grupos muy diversos, en nombre de luchas muy diferentes, en partes del mundo muy distintas”, señala vía mail a “Río Negro”, donde analizó los recientes hechos en Nueva Zelanda.

Pregunta- ¿Cómo encuadraría el ataque en Nueva Zelanda? ¿Son los extremistas de ultraderecha los nuevos “lobos solitarios” del terrorismo?

Respuesta- Los “lobos solitarios” no son un fenómeno nuevo, y no implica necesariamente ser blanco y de derecha; solo implica cometer un crimen terrorista de manera individual, sin pertenecer a un grupo organizado o célula. De todos modos la expresión tiene algo de engañoso. Aunque no pertenezcan a ninguna agrupación terrorista, estos “lobos” suelen simpatizar o identificarse con grupos extremistas que les proporcionan una “ideología de validación” y una plataforma en la que pueden transferir sus frustraciones y odios a un objetivo superior, e incluso realizar atentados “por la causa” sin que nadie se los haya pedido.

P– ¿Cuáles son los principales componentes de esta ideología extremista? Tarrant dijo haberse inspirado en el noruego Anders Breivik.

R– Breivik no fue el primer terrorista de derecha de la era moderna. Uno de sus más prominentes predecesores fue Timothy McVeigh, cuyo atentado de 1995 dejó un saldo de 168 muertos en Oklahoma. El Ku Klux Klan fue una agrupación terrorista de derecha. La novedad de las acciones de Brenton Tarrant no son ideológicas; lo que escribió en su manifiesto coincide con ideas de intolerancia, xenofobia y racismo que no son en absoluto nuevas. La novedad de sus acciones fue su uso de las herramientas 2.0: se colocó un casco con una GoPro y transmitió su matanza en vivo vía redes sociales. Su manifiesto tampoco es novedad: Anders Breivik y el Unabomber también escribieron los suyos . La novedad del manifiesto de Tarrant es el uso de memes, shitposts y copypastas dentro del mismo manifiesto, algo dirigido a usuarios de internet empedernidos y habituados a su lenguaje subcultural.

policías patrullan en las afueras de la mezquita Al Noor, en Christchurch, tras el ataque.

P ¿Cómo se explica que haya podido ocurrir el ataque en Nueva Zelanda, donde hay baja criminalidad, violencia y la población musulmana es mínima en comparación a otros países?

R Brenton Tarrant explica en su manifiesto que estaba viviendo temporalmente en Nueva Zelanda y no pensaba atentar allí, pero luego se dio cuenta de que era un lugar tan apropiado “como cualquier otro de Occidente” para hacerlo. Es decir, se dio cuenta de que es un país bastante multicultural. Dice además que al atentar en un lugar que nadie esperaba daría el mensaje de que en ningún lugar del mundo los “invasores” (inmigrantes) estarían a salvo. Las personas que quieren cometer un acto terrorista atentan como y cuando pueden. Nadie se esperaba tampoco que en un lugar como Oslo se cometiera una masacre como la que Breivik cometió en 2011.

P-¿Cree que la expansión global del populismo y nacionalismo en Europa y EE. UU. tiene que ver con la expansión de estos grupos?

Estado Islámico produjo fotos a todo color que publicaba en sus revistas digitales y videos de alta calidad que difundía en sus canales, editados. El atacante de Nueva Zelanda fue más allá y mostró su matanza vía streaming.

Ana Prieto, periodista

R-Creo que los discursos de derecha y etnonacionalistas de parte de líderes políticos foguean y podrían ayudar a radicalizar a personas violentas que comparten esas ideologías. Desde la asunción de Trump ha habido un aumento de las demostraciones y rallies de grupos neonazis y supremacistas en Estados Unidos. En esos rallies no solo se desprecia a los musulmanes, también a los judíos, a los mexicanos, a los negros. Estos grupos están proliferando en la web -Brendon Tarrant era habitué de varios- pero está por verse si de allí podría surgir una organización armada lista para cometer atentados terroristas de alto perfil. Los supremacistas parecen tener más bien una afición a atentar a solas –Timothy McVeigh, Anders Breivik, Wade Michael Page, Dylan Roof–, y no es sencillo detectarlos antes de que cometan sus ataques (es más fácil rastrear y frenar un atentado planeado por una organización que por un individuo).El terrorismo de derecha es una amenaza real y letal que ha sido desestimada como tal durante mucho tiempo. En Estados Unidos, además, muchos crímenes que podrían haber entrado bajo la categoría de “terroristas” han sido calificados como “crímenes de odio”, que no suponen cargos en sí, sino agravantes, y que reciben mucha menos publicidad.

P ¿Juega algún rol la religión?

R. En el manifiesto de Tarrant no juega ningún rol la religión. No se define como cristiano ni justifica sus accionar bajo preceptos religiosos o teológicos. La religión tampoco jugó un papel en los atentados de Breivik o de McVeigh. Una agrupación de derecha en la que sí jugó un rol justificatorio la religión cristiana es The Army of God o el Ejército de Dios.

P-En los 90, los ataques de Al Qaeda buscan la espectacularidad de los medios masivos (televisión). Estos ataques, al igual que otros, parecen diseñados para ser “virales” y ser trasmitidos por Facebook Live.

R– La táctica terrorista siempre ha buscado la espectacularidad, es parte integral de ella. No empezó con Al Qaeda. Siempre necesitó de los medios de comunicación para expandir su mensaje: los periódicos primero, la televisión después. Antes solo podíamos acceder a imágenes de un atentado si el noticiero decidía mostrárnoslas. Ahora es el propio perpetrador quien difunde su material. Estado Islámico (ISIS) lo hizo con fotos a todo color que publicaba en sus revistas digitales y videos de alta calidad que difundía en sus canales, editados. El atacante de Nueva Zelanda fue más allá y mostró su matanza vía streaming.


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