Año Nuevo sin controles con radares en las rutas de Neuquén

Los operativos se suspendieron los primeros días de diciembre y no se sabe cuándo se reiniciarán. Los que sí están garantizados, son los operativos de alcoholemia.

La fiesta de Año Nuevo llegará sin controles de velocidad con radares sobre la Ruta 22 en Neuquén y no hay fecha cierta de cuándo se retomarán.

El director municipal de Tránsito, Facundo Churrarin, explicó que se realizaron operativos hasta los primeros días de diciembre, pero luego se interrumpieron porque “había una serie de reparaciones, máquinas que estaban trabajando. Cortamos la medición para no generar más inconvenientes sobre la calzada.”

Los trabajos a los que hizo referencia el funcionario fue el fresado que realizó Vialidad Provincial sobre la Ruta 22 entre Plottier y Cipolletti, como parte del acuerdo con Nación por el traspaso del mantenimiento de la Autovía Norte. Estas tareas aun no han finalizado ya que en febrero se comenzaría con la repavimentación para luego pintar las señales y terminar la refacción en marzo o comienzos de abril. Con esta actividad por delante, habrán nuevos cortes de ruta, por lo que se puede suponer que nuevamente se interrumpirán los controles con radares.

Además, no es la primera vez que se le pone pausa a los operativos, en los que se comenzó a multar desde septiembre, aunque anteriormente se realizaron con fines de conscientización. La falta de inspectores obligó a suspender los controles con radares ya que el personal estaba distribuido entre la gran cantidad de obras que se desarrollaban dentro de la ciudad, como la del Metrobus o el desagüe de la calle San Martín.

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A comienzos de noviembre, Churrarin informó que estaba reorganizando los equipos de trabajo para retomar los operativos y resaltó que a pesar de la interrupción, los radares ya habían tenido un impacto positivo porque se había registrado una disminución de accidentes durante los fines de semana.

Otro punto de la ciudad que tampoco tiene controles con radares, como estaba previsto, es la continuación de la Ruta 7 que dentro del ejido urbano toma el nombre de avenida Raúl Alfonsín. El escollo que se presentó en este tramo fue que la velocidad máxima permitida en la ciudad es de 40 kilómetros por hora, mientras que el promedio registrado en el que realmente circulan los vehículos es de 75 km/h. Por esto, se iniciaron las gestiones para elevar la máxima a 60 km/h, como en las rutas nacionales.

Sobre el tema, Churrarin detalló que se está esperando que el área de planeamiento urbano termine de definir la velocidad máxima, a la par que se terminan algunas reparaciones, aspecto en el que ya se avanzó con el pintado de las demarcaciones.

Controles de alcoholemia al día

Los controles que sí están funcionando “a toda máquina” son los de alcoholemia porque el municipio renovó dos de los aparatos que ya no podían ser homologados, manteniendo siete en funcionamiento.

Los equipos que fueron reemplazados no podían pasar el control al que son sometidos cada seis meses por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), por lo que adquirió un par nuevo “de última generación”.

Churrarin detalló que uno de los alcoholimetros se encuentra en la delegación Progreso, otro en la terminal para el control de los choferes y los cinco restantes en diversos puntos de la ciudad, como el centro, los barrios y en los balnearios municipales.

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