Dirigentes sospechados de enriquecimiento ilícito: el incómodo espejo del “Pata” Medina
La detención del jefe de la UOCRA platense marca un antecedente inquietante para otros sindicalistas amoldados a la extorsión y la violencia. Los cuatro casos investigados por “Río Negro” en la región.
El dirigente del gremio albañil Juan Pablo “Pata” Medina se ha convertido en el espejo incómodo de los sindicalistas amoldados a la violencia y la extorsión, que no son pocos en el país.
Su detención -como la del bancario Juan José Zanola, del ferroviario José Pedraza y del marítimo Omar “Caballo” Suárez- es una señal que da esperanzas en el combate de una matriz sindical infecta y pendenciera. Y presiona a aquellos jueces y fiscales habituados a mirar para otro lado.
No hace falta ir muy lejos para dar con exponentes gremiales susceptibles de ser evaluados con lupa. En sus investigaciones, “Río Negro” se ocupó de suministrar suficientes pistas sobre cuatro dirigentes sospechados de enriquecimiento personal o familiar:
El titular de la Fruta, Rubén López y su delfín de la obra social Juan Lescano.
Este diario exhibió cómo prosperaron en negocios particulares. Detalló las propiedades que se les atribuyen, probables testaferros y beneficios para todo el clan familiar y un selecto círculo. Describió el saqueo de las arcas de las entidades que manejan. Y reveló una insólita faceta: cómo lograron ser ellos mismos empresarios, doblegando a tradicionales firmas frutícolas a fuerza de coerción.
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El dirigente mercantil barilochense Walter Cortés, hoy preso por una estafa
Este diario expuso cómo grandes y medianos comerciantes de Bariloche entregaban un porcentaje indebido al gremio mercantil bajo extorsión, escrache y boicot. Expuso propiedades a investigar, entre ellas un complejo turístico de gran calidad de construcción, lindero a la casa del gremialista.
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El sindicalista-senador Guillermo Pereyra
“Río Negro” investigó los negocios familiares germinados alrededor del poderoso sindicalista petrolero: una docena de sociedades a nombre de sus familiares directos, amigos y empleados, orientadas a casi todos los nichos del negocio hidrocarburífero y con el propio gremio. Y puso el foco en una firma que apadrina, generadora de un millonario negocio atado a la petrolera estatal YPF: las mantas oleofílicas. Un negocio favorecido por maniobras normativas convalidadas desde el gobierno neuquino para obligar a todas las perforadoras a usar un producto que, paradójicamente, generó alta contaminación ambiental.
El millonario negocio de las mantas empetroladas “de Pereyra”
El intendente gremialista Marcelo Rucci
Este diario mostró cómo aparece vinculado a sociedades que abarcan todos los rubros imaginables de la actividad petrolera en Rincón de los Sauces. En una aparece como accionista y el resto está bajo el mando de su más confidente amigo, lugarteniente político y socio, el actual presidente del bloque del MPN del Concejo Ángel Salazar. Otro concejal de su tropa, dos hijos de Salazar y un empleado del jefe del bloque completan el círculo comercial.
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Hay cables conectores entre algunos de estos dirigentes y los casos más emblemáticos del país puestos en cuestión: la sospecha de un sostenido enriquecimiento personal, el matonismo como instrumento de acción y protección, el anquilosamiento en el poder, y la complicidad de funcionarios políticos y judiciales para la construcción de ese poder.
Años de perpetuación en los cargos -forjados muchas veces bajo la consigna de la aniquilación de cualquier insinuación interna- conducen invariablemente a un historial de coerción, violencia y manejos turbios.
La falta de controles de sus cuentas y actos hace otro tanto. Un dirigente gremial debería estar sometido a las reglas de la sana política: acotamiento de períodos y alternancia en el cargo, así como la rendición de la evolución patrimonial del dirigente. Los propios afiliados lo agradecerían.
Ante la mínima señal de alarma en estas conductas, la Justicia debería actuar. No ha sido el caso de los dirigentes regionales investigables. La laxitud judicial alimenta una cultura del clan mafioso.
Así, el cóctel de la sedimentación de poder, protección política e impunidad fabrican un molde sindical pernicioso para la sociedad, que sólo puede combatir un decidido empeño político y judicial.
Todo el clan
detenido
Juan Pablo “Pata” Medina fue detenido el martes por la justicia federal acusado de “extorsión y lavado de dinero”. El miércoles también fueron arrestadas nueve personas de su entorno, entre ellas su mujer, dos hijos y su cuñado como partícipes de negocios ilegales. Medina llevaba 20 años al frente de la UOCRA en La Plata. Ayer fue intervenida.
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