Un increíble refugio de cara al lago en las sierras de Córdoba

Un puente es el eje de este proyecto en el valle de Calamuchita en el que predominan elementos nobles y rústicos como la madera, el hormigón visto y el hierro para garantizar resistencia al paso del tiempo y al entorno natural y al mismo tiempo darle una estética sólida y atemporal.

La casa fue construida en dos plantas sobre una pendiente. Fotos: Gonzalo Viramonte.

Emplazada en un barrio cerrado sobre el Embalse Los Molinos, en el Valle de Calamuchita, Córdoba, la residencia se integra a un entorno natural privilegiado, rodeada de bosque y con vistas directas al lago, un contexto idílico que fomenta la conexión con los deportes acuáticos.

La casa, de cara al lago.

De acuerdo con la charla inicial con los propietarios, desde los primeros trazos del proyecto del estudio Paolini Arquitectos la casa buscó ser un puente generacional familiar, pero también entre el bosque y el lago y entre los anfitriones y las visitas. El concepto: un refugio multifuncional.

El puente es uno de los ejes vertebradores del proyecto.

El desafío de construir en la pendiente

El diseño y la distribución de estos 564 m2 responden al principal desafío del terreno: su pronunciada pendiente. La solución arquitectónica se materializa en una casa de dos plantas, con un acceso distintivo a través de un puente que, sutilmente, evoca la forma de una lengua extendiéndose hacia el lago. En la planta alta, al nivel de la calle, se organiza el programa principal: la suite, las amplias áreas sociales y un acceso de servicio resuelto a través de una cochera.

El área social se abre al lago.
El quincho, eje de los encuentros.

Las áreas sociales fueron estratégicamente orientadas con una ligera inclinación, maximizando así las vistas panorámicas al embalse e incorporando una galería, solárium y piscina que amplifican la experiencia del exterior.

La escalera helicoidal central, otra de las claves del proyecto.
La escalera conduce a la vinoteca.


La conexión entre niveles se realiza a través de una escalera helicoidal central, que no solo funciona como elemento escultórico de gran impronta, sino que también se ilumina mediante una lucera cenital. Esta desciende a la planta baja semienterrada, un nivel diseñado con patios centrales y laterales que aseguran ventilación cruzada, iluminación natural y una privacidad excepcional.

Aquí se ubica un salón de usos múltiples, concebido como un espacio versátil para el encuentro con amigos, equipado con parrilla y áreas de juegos. Su diseño permite un acceso independiente, facilitando la separación de ambientes y actividades sin interferir con la dinámica general de la vivienda.

La planta baja, abierta al patio.


La selección de materiales y acabados responde a la premisa familiar de bajo mantenimiento y durabilidad. Predominan elementos nobles y rústicos como la madera, el hormigón visto y el hierro, que no solo garantizan resistencia al paso del tiempo y al entorno natural, sino que también otorgan una estética sólida y atemporal al conjunto.

Contacto: https://www.paoliniarquitectos.com/


La casa fue construida en dos plantas sobre una pendiente. Fotos: Gonzalo Viramonte.

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